LA ASOCIACION -quemáticos (listas de objetos, ideas ntc.), los cuales podrán tener utilidad científica en un Laboratorio de Psicologia; pero no tienen uti üdad pedagógica y antes conduciría á suprimir la mayor parte de la enseñanza. Otro tanto hemos de decir de las leyes que, por inducción, se procura obtener acerca del caudal medio de los niños á diferentes edades. Esto puede tener utilidad científica, pero no sirve corr\o inventario escolar. El que un 95 por 100 de los niños de tal edad y condiciones conozcan un orden de objetos ó ideas, no ex cusa al maestro de cerciorarse por sj, de si sus discípulos lo conocen, ó si por venlura son del 5 por 100 que lo ignora. Pues, en este caso, nada le aprovecharían las Estadísticas. Fuera de que semejantes leyes han sido for madas con inducciones muy imperfectas; pues, el caudal intelectual de un niño á determinada edad, no sólo depende de esta, sino más por ventura del medio social, moralidad de la fami lia, solicitud de ésta en la educación del niño pequeño, etc., etc. En tanta complejidad de factores como de terminan el caudal intelectual, no sería fácil formular una ley, por mucho que se multiplica ran los experimentos, y aunque se llevaran al cabo con absoluta precisión científica. Mucho menos son de fiar las induccienes que se han hecho hasta ahora, reducidas á un número escaso de niños, á uno ó pocos países, á clases sociales determinadas, etc "•obie lo que el maestro debe inventariar en la inteligencia de los niños, hace Meumann las siguientes indicaciones: 1. a x Se ha de examinar cómo percibe y nom las impresiones de los sentidos: el color, Já claridad, el sonido (taño) y las cualidades del tacto y movimiento. Luego las nociones elementales del espacio y del tiempo. 2. a Cómo percibe estos mismos elementos cm una pintura ó imágen; y además, cómo per cibe el compás y el ritmo. 3. a Este exámen se ha de hacer primero en objetos (ó secciones), y luego en cualidades aisladas, Vgr., en. colores ó sonidos aisladas. 4ft Examinar cómo entiende el niño las relaciones numéricas, las partes, los miembros, la proporción de las cosas y la ordenación de Jas partes en el todo 5 a Examinar los conocimientos antes adquiridos. Para lo cual no ha de estar presente el objeto como en los experimentos anteriores. 6. a Notar qué nociones tiene de las relaciones sociales, familiares y religiosas. 7. a Examinar cómo entiende las relaciones causales y temporales; el fin y el valor de las cosas. 8. a Eu todos estos puntos hay que notar la capacidad del niño para dar nombre á las cosas y entender los nombres con que se designan No conviene limitarse á pedir respuestas aisla, das, sino seguir con él una convenación, conviene dejar primero que diga lo que espon táneamente se le ofrece, y luego insistir con hábiles preguntas. El fin que siempre hemos de tener ante los ojos en tales exámenes, es poner en claro, qué sabe y qué entiende el niño; qué es lo que ima gina ó piensa debajo de sus palabras; qué co sas puede designar con sus nombres propios ó señalarlas; que es capaz de representarse es pcntáneaitiente, qué cosas puede ^conocer e identificar, y qué parte toman sus sentimientos y voluntad en esta su actividad intelectual, Esto es: la relación entre sus facultades de percibir y reproducir verbalmente; y el modo cómo su lenguaje infantil se relaciona con estas percepciones y reproducciones; y asimismo, la parte que toman en ello sus facultades afectivas. En una palabra: hemos de tener por blanco, conocer el crecimiento de la experiencia in fant'l y sus aspectos verbal y emocional; ó lo que es lo mismo, 1) cómo percibe, 2) cómo re produce, 3) cómo habla (y entiende el lengua je) y 4) qué interés toma en estas cosas. En estas cintro cosas está el fundamento de toda la formación intelectual del niño en cuanto, por los medios dichos, adquiere los materiales con que ha de elabprar sus canoci mientos, su lenguaje y sus conceptos, de cuya abundancia y claridad han de depender laexac titud de sus apreciaciones y la apercepción de sus ulteriores percepciones. Como corolario, hemos de advertir, que las investigaciones hasta ahora llevadas á cabo demuestran que las percepciones espontáneas de los niños son hexactas, incoherentes y faltas de todo plan, sin elevarse nunca á una observación metódica; antes bien ingieren sus fantasías mezclándolas sin ningún criíeria con sus observaciones reales; su inteligencia de las palabras es incompleta y falta de lógica, alcan^ zando sólo casualmente conformidad con Valor que al lenguaje dan las personas ma^