LA ASOCIACION Castilla y Navarra, y hoy es alma de veinte Estados, en el orbe no ha de hacer jigote Vil el capricho de cuatro egoístas intransigentes...» Y llevan su intransigencia esos cuatro egoístas sin sentido común, á querer imponer el dia lectc catalán en las escuelas primarias, como si los niños corriesen peligro al aprendei el cas- ■ tellano, mejor dicho el español. Y así, no te niendo el escolar catalán ni el más pequeño re sabio que huela á nacionalidad española, creerá en la indiferencia, ya que no en el odio hacia la madre patria. ¿Es este el ideal? Para justificar esas tendencias de separatis m©, encubiertas en un velo, han inventado el argumento de las cuatro nacionalidades con fercnciadas: Cataluñii, Vasconia, Castilla y Portugal. El gran pensamiento de Pí y Margall, es cierto; pero el malogrado patricio nun ca pretendió una excisión; y el argumento, más que ideal político realizable era un estudio erudito acerca de los distintos procesos que se han desarrollado en la vida de esta pobre Es paña que tan mal tratan algunos de sus hijos, ¿Cómo ha de agradarles á esos recalcitrantes defensores de la nacionalidad exclusivamente catalana la labor encomiáslíca de nuestro in- 1 signe Royo VillanoVa. El actual Director de Primera Enseñanza es un espíritu abierto á toda idea que engrandezca al país hispano; enemigo siempre de todo cuanto pueda aminorar el cariño que todos los españoles debemos á España. Es un hispanófilo rabioso— y perdone el adjetivo -y esto es lo íjua no agrada á los catalanes que quieren imponer á todo evento, contra viento y marea, las cuatro barras de Wifredo. Es ya vieja la enemiga capital de los cátala nes. Es en ellos un mal endémico, tradicional, el deseo ansioso de querer independizarse, creyéndose que ellos, y nadie más que ellos, saben gobernar. Dígalo si no la hermosísima (?) gestión del ayuntamiento barcelonés con todo su bagaje de cemento, «rena, tifus... Dígalo el sueldazo de Prat de la Riva. El deseo no menos ansitso del puerto franco es cosa peregrina, estupenda. Puerto franco, pero para Barcelona solamente. A Valencia, Cádiz, Coruña, etc., que las parta un rayo. ¡Oh! Seguramente que España sería feliz estando bajo el dominio de los catalanes que insisten sobre lo de las cuatro nacionalidades, pero á cuyo frente habría de estar Cataluña. ¡Colosal! ¡Magnífico! Antonio Bendicho Reforma conveniente En toda obra humana, por perfecta que sea el tiempo se encarga de descubrir los lunares', tal sucede con la sabia y bienhechora ley de Derechos pasivos del Magisterio de 1887, que tantos consuelos prodiga. Considerando los derechos pasivos como un Monte Pío que pertenece al Magisterio, procede que se modifique para que los huérfanos que cobren sueldo del Estado por ser maestros, etc., sea compatible y perciban la orfandad que, por fallecimiento de sus padres, les co rresponda; porque éstos sufren el descuento y las hijas no perciben el recuerdo que les legaron. La jubilación debe principiar á los 15 años de servicios con el 50 por 100; á los 16 con e, 52, á los 17 con el 54, á los 18 con el 56, etcétera, ya porque la longevidad se ha ido para no volver, ya porque es muy justo que la esca la para la clasificación sea por años hasta los 55, que podía dejarse el Magisterio voluntariamente. Estudíese y trabájese esta mejora, que es urgente necesidad. M. Aso. Siempre paga el maestro Leemos en Heraldo Escolar de Huesca: «El maestro no tendrá dinero, pero cuando por cualquier causa da motivo á reclamaciones por débitos de los celebres repartos de consumos ú otros arbitrios, no se le perdona la oca sión de hacer presa en sus cortos haberes, no los particulares, sino especialmente los Ayuntamientos que tanto cariño han siempre mos trado á favor del educador popular. Y para muestra ahí van esas líneas que un maestro dirige, por si hay medio hábil de solv entar á satisfacción de todos el asunto de íiue se trata: «A un maestro deudor de un Ayuntamiento y acreedor de la Diputación se le quiere embargar sus bienes por débitos del Ayuntamiento a la Diputación. Un intríngulis que podía arreglarse con fácil transferencia de crédito. Dos simples autorizaciones. Pero el maestro