quiera dentro de lo que deba, y, así, podremos conocerle y dirigirle según creamos que le conviene. Los castigos son las penas impuestas en nombre de la justicia para reparación de la falta cometida, teniendo por objeto la enmienda. No olvidemos que pueden surtir buenos o malos efectos en la vida moral del niño, según su aplicación y calidad. Tengamos presentes las circunstancias y las reacciones naturales. No siempre triunfa quien cuenta gon más energías, sinó quien mejor las aplica, quien mejor elige la hora y circunstancias. Así, pues, cuando un niño recientemente ha cometido ana falta con premeditación, encuéntrase en un estado psicológico de rebeldía, y no 6s la mejíjr ocasión para castigarle en aquel instante, puesto, que «u ánimo está excitado y dispuesto a la lucha contra todo; si sabemos esperar a que su espíritu se tranquilice y reaccioné, entonces, sin necesidad de esforzar nuestra voz ni echar el resto en la pelea, conseguiremos que la semilla moral del castigo fructifique, porque hemos sabido elegirlas condiciones de siembra v el moffiénto más apropiado. Los castigos no deben ser nunca ridículos, ni antihigiénicos, ni siempre los mismos; de ben ser muy variados porque un niño teme" menos a faltar cuando conoce ^1 cástigo que se le aplicará, y sobre todo, si ha sido impuesto a varios de sus com'pañeros recientemente. Los castigos colectivos deben desterrarse en absoluto. MARCIAL GIL. Mora de Rubielos. LO QUÉ FALTA Después del tiempo transcurrido sin haberme dedicado a emborronar cuartillas para tratar asuntos societarios, ya cssi estaba decidido a no enristrar nuevamente la pluma; sin embargo, en atención a la presentación y sa udo que don Juan Juste nos dedica en el número 446 de La Asociación del 10 del actual, no puedo resistir al deseo de decir algo, no para mejorar la situación ni siquiera para que se me atienda ni escuche, sinp para satisfacer una necesidad de mi alma. En el ser. animado, todos los órganos viven el uno para el otro; esta solidaridad en los animales y plantas es materia obligada; es la solidaridad que se llama Asociación; la solidaridad de los individuos que la componen, es, además, la obra de su consentimiento; solidaridad voluntaria; solidaridad de los corazones; solidaridad cuya divisa es: Uno para todos y todos para uno; sí teniendo esto en cuenta conseguimos despertar el espíritu de abnegación y sacrificio, pensando todos en el bien comúa en el ,que hay deberes que cumplir; y con esta disposición sin éxeítóivismos, sin egoísmos ni apasionamientos; relegando al olvido el amor propio y la pasión; sacrificando hasta nuestra tranquilidad e intereses en beneficio de la clase, aseguraremos la solidaridad, la grandeza y la prosperidad dsí Magisterio; y confíe él Sr. Juste q\x¿ prócediérido con alteza de miras; sintiendo con el debido calor y cariño ansias de reivindicación, no ha de encontrar el menor obstáculo en la senda trazada y que todo el Magisterio de la provincia aplaudirá su pían y prestará apoyo para que sea una realidad, como desde hoy pued,e contar con el insignificante del más humilde de todos los maestros turolensas José Rívelles. Burbáguena y septiembre 1921. A los Maestros de ambos sexos de la seGción segunda del partido' de "Albarracín. ; El día 10 de julio del año corriente en sesión celebrada por los maestros del partido se acorj dó establecer definitivamente la división de este en dos zonas al objeto de favorecer la asistencia a las sesiones y cuya línea divisoria será el río Guadalavlar. La primera sesión tiene su capitalidad en Santa Eulalia, dejando en libertad a los maestros cuyos pueblos pertenecen a la segunda,