LA ASOCIACION es tratándose del control del deber. Quien diga lo contrario porque en octubre del año pasado incurrió alguno en el delito de la sublevación, es porque confunde el ideario como ciudadano y el ideario como maestro. El ideario político o social puede impulsar al maestro como ciudadano a realizar actos, fuera de la escuela, fieles a sus convicciones; esos mismos idearios, como maestro, deben quedar dormidos en el espíritu del educador. Y el castigo debe ser, si a él se ha hecho acreedor el ciudadano por cuestiones políticas o sociales, no con arreglo a la profesión que ejerza, sino con arreglo al artículo de la ley en que haya delinquido. ¿Cuándo se ha visto que porque un abogado haya cometido un delito deben sufrir todos los abogados colegiados las consecuencias de ese delito? ¿Por qué si un soldado abandona la guardia ha de sospecharse del incumplimiento de todo un ejército? Las autoridades que persiguen al maestro porque éste sustenta ideologías contrarias a las suyas, esas autoridades no están a la altura de su misión. V ¿por qué la ley ha de mostrarse severa con el maestro y benévola con las autoridades cuando ambos incurren en el mismo delito? La ley que se muestra benévola con la autoridad claudicante y sañuda con el subordinado delincuente, es una ley antojadiza y mezquina merecedora de ser sepultada entre cieno. No han alarmado al Magisterio las recientes disposiciones atanaderas a que se vigile su labor docente, que el uso que puede llegar a hacerse de esas disposiciones, según que los llamados a cumplirlas sean personas de alta categoría mental o de vulgar condición psicológica. Está el maestro harto amenazado, en los pueblos sobre todo, por el caciquismo, para que no sienta .temores justificados al ponerse en vigor la novísima orden de vigilancia. Esperemos sus resultados. (De