Si eres católico... y MtftmM en algo di "eshieno que supone maoteoer próspera nuestra Prensa^ en oircunstanolas adrersas como las que actualmente atravesamos, tienes el deber de propagarla y contribuir al mejoramiento yperfeocidn de sus servicios, aportando suscripciones, anuncios y cuotas de protección. DIARIO DE TERUEL Y SU P -, . . u iaü Ai tú aa MiBsa tasa A ASO rf.-Redaeeión y Administraoiòni Teraprado, ti. Viernes 13 de Diciembra de I9t9 Frahqubo mmcbrtado ' ' . '! ' V1. ... 1 1 - " Apartado 15.-Téláíono IW-IiOH. 9iX (i: ■ [fi i mi TEMAS DEL DIA El pomiius lela chado aquel triunfo. Y vamos a la consideración con que iniciábamos nuestro comentario de hoy. ¿Por qué interesa más discernir la culpa de esa desgracia que tratar de repararla? ¿Por qué se pierde el tiempo en personalizar la responsabilidad de que se haya malogrado el esfuerzo cuando lo práctico, lo convenien te. lo natural, es ver si el esfuerzo se puede enderezar de nuevo para evitar que los derrotados de entonces se conviertan en triunfadores de un mañana próximo? El el mismo caso de un médico que dedicase todo su saber y toda su experiencia a averiguar el origen de una dolencia y perdiese en tales perquisas científicas el tiempo qué debiera Invertir en curarla, en atajar el mal. ¿Es que ea ya coompletamente imposible buscar el remedio y procurar de nue vo la unión que condujo hace dos Fftos al triunfo electoral y que puede conducir ahora a su consolidación o, cuando menos, a la evitación de que la victoria sea para los otro»? Peró no «e hace esto. Se mantiene la obstinación en la pelea sobre aulén o quiénes tuvieron la culpa. Y asf, al míame tiempo que se acep ta ema absurda titulación de «segundo bienio» para estos dos años en qu<\ si no se ha logrado todo, ha hebldó 'al menos utaa paz y unas garantías que en Octubre de 1933 parecían Ilusorias; e lmpoi»lbies, se agranda Insensatamente la posibilidad de volver al punto de partida. Crónica económica semanal Id (foli filmi ¡ el li imán de Id m m Ante la crisis co— las restricciones a los funciona-' iloa— tiene. Qiéda por realizar lo Yno seolvldequ^ha h^ldode por principal: la ley sobre los derecho. reales. Ei Presupuesto; ¿te llevará. Es viejo achaque de españoles el de averiguar quien tiene la culpa de ios males y los transtornos y, una ves localizada la responsabilidad personal, abandonarse a la desgracia. Parece que sería más práctico dedicar todo ese esfuerzo Inquisitivo a lograr las fórmulas que condujesen al remedio. Pero no. Con decir: «la culpa es de este o del otro» hay bastante. Y así nos va. Esta funesto táctica se viene sljjtil ndo nhon* en torno al gn ve problema político que las gentes de orden tl?nen p'anteado. Veamos En N siembre de 1933 se dló pcas|ón a España de reaccionar. El temor, el dcánlmo, la falta de energía q ie acompañó a tanta gente perseguHa por la polínica de tono soda^zante de los dos años y medio primeros de la Repúb'ica; se convirtieron en fuerza y decisión al llegar el momento de dejar en las urnas una papeleta aue podía camtolnr el panorama y a situación. E» cierto què hr-bía habido previamente hombres que, exponiéndolo todo, salieron un dfa y otro por los pueblos de Eappfla a predicar la mutación y a señalar el rumbo. Y es cierto tamb^éa que, gracias a esos estí mulos, fué más fácl' y más hacedera la reacción dé Noviembre ante loa comicios.' Però esto es episódico y no queremos detenernos en su examen Vamos a 10 que ha pasado des pués. Se produjo el < amblo. Triunfaron las candidaturas de orden. Unas, republicanas, con sello Indiscutible de permanencia y adhesión al régimen. Otnis, monárquicas, con Indiscutible slfho de h >stllld d par» la Repdblíca. Otras, de Indif erencia, en las que se ponía por delante de la cuestión de la forma de Gobierno, el anhelo de r» stabk cer principios hollados y escarnecidos. Otras, en fin, en las que esas posiciones y tonos diferentes se fundían, porque lo que interesaba fundamentalmente era derribar una situación política y unos métodos de Gobierno, apartar de la gobeanación del país a unos hombre i que repres entaban el odio, el sectarismo, la violencia y la Injusticia. Y todo aquello ganó la partidá¿ Tampoco' es ésta la ocasión de detenernos a cpjulclar el valor sintomático que ppdlera tener el que los que no se fijaban en la forma de Oobierno. sino en los principios comunes, fuesen preferidos en la estl^ madón popular y los dotados ds una dosis más amplia de confianza. Eso es lo menos. Lo importante es que triunfó todo lo que representaba oposición y guerra para lo que había. Y que lo que había tuvo que desaparecer. Han pasado otros dos años. El «secundo b'enlo», oan ahora se dice, falseando el sentido estricto del vocablo, porque si bienio, en la significación gramatical, es el transcurso de dos años conse .uilvos, en la significació n política es. concreta y exclusivamente, esto: el Oobierno d§ Asofia y de loa socialistas. Peto Aceptemos la denominación. Estamos en tfecto. en el «ifgundo ble nlo». Y estamos en el momento crítico y terrible de la lamentación de que el triunfo que determinó este «segundo bienio» no haya sido apro vechado y que sea posible, otra vez, la aparición en escena de los que dsstrczaron la economía, sembraron el encono y arrasaron los funda Cuando llegue y nos ve .Xi-que nos meatos seculares de la sociedad es- vencerán-no será tiempo ya de .pañol*. Es ex*cto. No se ha aprove- buacar otra vez U rcv*ncha. Eso ha La crisis ha surgido, interrumplen do los planes del señor Chapaprieta. Tal vez sea a éste al que mejor le ha parecido. Sin embargo, hay que dea tacar la gran perturbación que en la marcha económica de un país causan tantos cambios de Oobierno, tantas recapitulaciones en el transcurso de una orientación política, que buena o mala, por lo menos es orientación. Esto es lo que decía en 'a «B U& de Madrid» ayer. La estabilidad del O >blerno es condición «si ne qua nou», pàra que pueda lie vane a cabo la restauración económica que todos anhelan. Algunos inconvenientes tiene el plan económico de Chapaprieta y nosotros hemos sido los primeros en señalarlos; nero no hay más remedio que reconocer, que Chapaprieta ha sido el primero desde hace muchos años que ha. tenido una visión económica —equivocada o no— de conjunto. H* procedido con una audacia sorprendente en el ambiente financiero esoañol, que siempre ha pecado de timorato: con la audacia necesaria en los duros tiempos que corremos. E* Nft-sv ib 3 ■ - n-diTi . • «rl»! , Ibamos a consignar que son ya demasiadas crisis, pero sería repetir un concepto muy conocido de todos, y no valdría la pena repetirlo, si al mismo tiempo no expresásemos nuestra voluntad de que, resuelto el actual conflicto político, esta crisis debe ser la última. Y ya está bien, porque, aunque parezca que la opinión genera i sigue con relativa indiferencia la tramitación de los sucer sos políticos, más accidentados a medida que transcurre mayor tiemdo, no obstante, los manómetros suelen ser también aparatos silenciosos cuya marcha ascenslonal precisa ser vigilada atentamente para que el estallido de la caldera no nos sprprenda catastróficamente. Es verdad que la crisis, que ha puesto f in al ú timo Oobierno Chapaprieta, ha sido en parte producida por la misma precipitación del menclonedo ministro. Sus novedades económicas necesarias de toda nece sidad. eran como una medicina para 'a restauraclóa económica del país, pero ao un remedio de índole qulú gl a. cuya aplicación pudiera hacerse .en alemanas ni aun en meses, sino— como ha apuntado cierto periódico— se trataba de una empresa cuya realización. P0í sus mismos ca sactetea flacaliza dores, requería «n período de dos o tres años. Además, no fué una medida acer tada empezar por donde se comen- Por la mañana coiitinuaron las ampliaciones de ios consultas fl primera hora de la tarde Miguel Maura es encargado de formar Gobierno Facilita a la Prensa dos notas del Presidente de la República ha creído en la deflación, y se ha tánzado á ella cenitra viento y marea; viento y marea muy fuertes, puesto que 'a deflación casi siempre en impopular e Impolítica. Por ahora ha quedado la cosa en Jzó. lesionando posibles derechos de lo peor. El plan se ha realizado en | humildes funcionarlos, mientras que lo que de más Impopular e Impolítl' otros sectores, más elevados y res-1 ponsables. estaban, el parecer, lejos medio una revolución fracasada que, en medio de su» terribles estragos y de su enorme eficacia destructiva, debltra haber tenido la virtud de servir de aglutinante a quienes, por es'ar en plano con ú i de odiar y repugnar a los que la promovieron, tenían el deber y el derecho de por fin. esto a cabo? Por de pronto el señor Chapaprle ta ha procedido con limpieza, que no podemos por menos que destacar, a anular una buena parte de la Ley de Restricciones. Q reda así des hecho, aunque sólo sea por el mo- urirse. Si en Noviembre de 1933 f é ment0( otro €plan> económico de fácil derrotar a los que, por sus excesos y sus errores se habían hècho incompatibles con el ánimo de Esp ñi, exnléndidamente exteriorizado, más fácil debiera haber sido apartarlos para siempre de toda posibilidad de reconquista después de «tí criminal aventura de O tabre de 1934 Y la verdad es esta, lisa y 11anenaente expre'.ala: los derroteros de hace dos años en las urnas, y los aplastados de hace un año en la barricada roj i, son los dueños de la situación en la actualidad. No nos engañemos. El porvenir ea de ellos. El día de mañana corresponde por entero a la revolución. Y, entonces, será inútil pensar y discutir sobre la culpa de una victoria mal aprovechada y la responsabilidad de una táctica de meJÒI o de peor resultado. ¿P¿ro no se dan cuenta las gentes de orden— ni siquiera he de decir de deret h i — de que mientras perdemos el tiempo y la energía en estas disquisiciones el enemigo está en la puerta y se dispone a entrar y a arro liarnos? ¿Pero no habrá quien, ¡con la lespoasabllidad de guiar y de di rlglr, se llegue a convencer de que. por encima de la disputa sobre cómo se ha actuado y cómo se ha podido llegar a la presente descomposición, está la obllgición moral, loe I ludlble. de buscar de nuevo la unlóc y el punto de coincidencia? Poco queda para la prueba final. Madrid.— A las once de la méñana continuó en Palacio el desfile de personalidades llamadas por el Presidente de la República para amr pilar consultas. El primero en llegar fué el señor Cambó que penetró séguldaniente en el despacho del' jefe del Estado aln hacer manisfestaclones a la Prensa. Su entrevista con el señor Alcalá Zamora duró media hora. Al salir dijo a los pesiodistas que había ampliado su consulta y que no podía anticipar ninguna ienprealón. -He ratificado - añadió el señor Cambó— ante el Presidente de lai República mis manifestaciones de anteayer. EL SFÑOR PORTELA VALLADARES II los muchos que se han forj ido en el mundo en estos ú timos tiempos. Los planes económicos. |ton tan bonitos sobre el napel y tan difí:lles y violentos en la realidad! La «Bolsa de Madrid» ha experimentado un movimiento depresivo al conocerse la crisis. La desorientación es grande y de esto se resienten los valores españoles, especialmente los del Estado. P. T. Madrid, 10 12 1935. ocurrido una vez en la vida porque la Providencia, que no noa quiso abandonar del todo, dlspuao que fuese factible la reco^qulita. Ahora no tendremos la Providencia de nuestra parte, porque nueatra pronta 1. cura la parta de nuestro Lado. Ya lo anuncian, Jictancloaamente, los revolucionarlos Si lleg m al Poder r o les oasará io que en aquella ocasión. No les pasará porque no volverán a someterse a pruebas de legalidad. Pretendieron la dictadura roja por medio de la violencia. No la con Siguieron, y ahora se les va a regalar la consecución de su empeño por medio de las urnas. Pero una vez que lo logren, la dictadura será un he ho. Socializarán la propiedad en carcelará i, fusilarán, se lacautaráo de la prensa, tomarán para sí Ips bancos y las sociedades, nacionalizarán las industrias. Lts gantes d orden no tendrán ya nada que hacer en España, Su mi»íó i habrá ter minado para siempre. S'gimos con nuestras querellas. AdtlaQte... E porvenir es da la revolución. Francisco Casaras de sentir próximo el cercén de las medidas hacendísticas del señor Chapaprieta. Y, sin embargo, quién pondrá en duda que una fórmula económica era más que necesaria y que el Oobierno que suceda al actual ha de enfrentarse forzosamente con esa necesidad? Peyó no de modo que se trastrueque el orden natural de las neceslda des^ políticas y que, por dar primacía al problema económico,, vaya a paralizarse la actividad parlamentaria en orden a la revisión constitucional y a la ley electoral, razón específica hace más de dos años a un entusiasta cuerpo de electores. Y no se olviden los que deban oírlo que si el Parlamento 11« gira a disolverse sin que estos problema* fundamentales llegasen a obtener una solución satisfactoria, la opinión se llamaría a engaño y sería muy difícil, casi imposible, poder sa caria dentro de unos meses de esta situación de desconfianza. Por eso estimamos muy peligrosa esta ininterrumpida sucesión de crisis, que on un momento cetermlnado pueden dar finiquito a todos los asuntos pendientes y que f ueron solemne promesa electoral. Y en la esperanzd de que este Gobierno ha de ser ei último, ponemos fin a estas líneas en la firme persuasión da que los escasos meses— casi es. aria mejor contar este tiempo por semanas -que nos separan de la autodlsoludón, se dará cima a esas dos materias tan fundamentales, cuya realización será la carta de crédito para las elecciones futuras. Rodrigo de Arriaga Lea usted ACCION ■ Madrid. -Tras el señor Cambó IVgó el ex ministro señor Pórtela Valladares. Su entrevista con el jefe del Estado duró un cuarto de hora. Al salir, dijo que habla reiterado al presidente de la República su opl nión ya conocida. EL SEÑOR HURTADO Madrid.— El tercero en llegar a Pa lacio fué el señor Hurtado. Al salir, manifestó: —Tengo muy buenas impresiones pero no puedo anticipar una orlen taclón sobre la resolución de la crisis. En mi entrevista con el señor Alcalá Zamora hemos hablado de la situación política y he ratificado pie nam nte ante el Jefe dej Estado mi criterio que va conocen ustedes. EL SEÑOR OSSQSIO Y GALLARDO Madrid.— Después del señor Hurtado llegó a Palacio para ampliar su consulta el señor Ossorio y3 Gallardo. Este al salir dijo a los periodistas: —El Presidente de la República me ha preguntado si después de lo ocurrido ratificaba mi opinión y yo le he contestado afirmativamente Repito, duplico, y reitero con más fervor mi anterior consulta. UN POLITICO DE INFANTERIA Madrid. -Cirilo del Río, al llegar a Palacio llamado por el Presidente de la República para ampliar su anterior consulta, suplicó a un redactor de «La Voz» que desmienta la noticia publicada en dicho periódico, según la cual llegó a Palacio en un auto particular. -Yo no tengo auto; utilizo los ser vicios de los coches de slquiler. Yo soy un político de Infantería. Al salir dijo: —La primera persona que afeuda ahora a Palacio será el encargado de formar Oobierno. EL SEÑOR MAURA RECIBE EL i ENCARGO PRESIDENCIAL : Madrid. -A la una y veinte de la tarde llegó a Palado Miguel Maura. Estuvo cor f ¿rendando con el Jefe del Estado media hora. y Al salir dijo a los reporteros; -El Presidente de la República me ha encomendado la misión de formar un Gobierno y voy a formarlo^ I Ahora— añadió— voy ¿'entregar a ustedes dos notas, una que debió darse durante la tramitación de la crisis, al encargar al ieftor Martínez de Velasco de formar Gobierno, j que por circunstancias diversas no se dló y or ra sobre ei momento actual, bh 'i .eitsM UlfT. Marcho c hacer alguna gestión j ruego a ustedes que no me sigan, porque me perderán. A las. cuatro y media les recibiré y les diré cuanto haya. -¿El encargo de formar Gobierno es con. decreto de dlsoludón o sin éí?— pre guntó un reportero. —Ahora— dijo Mauta eludiendo una contestación cate górlca— voy a formar Gobierno y. luego hablaremos de todo eso. LAS NOTAS PRESIDENCIALBS . ?— f~! Madrid.— Les not a a que el señor Maura se refirió en su conversación Con lot periodiitas son dos. La primera dice: -Piañteada un crisis, que no lo- {¡raron evitar ni la advertencia de as dreun^tandas en que surgía, ni el insistente mego de Ik Voluntad llamada a resolverla , sfguV élx Presidente de ' la República' atiento a las d.(¡)^ preocupaciones reiteradas en cásbs anteriores, cop apelación constante y éxito variable. Cuanto sucede o se atraviesa Impone la primacía de la situación exterior del mundo y de la necesaria convivencia de los españoles^o ya sobre las luchas y dlsconcordías de los partidos sino sobre sus Intereses y aspiraciones normalmente lícitas y realizables. Todo ello aconseja la formad 6« de un Gobierno que pueda utilizar el concurso de las Cortes para una obra concreta, necesaria y viable que, sin retorcesos ni paradas en ios resultados ya obtenidos, prosiga la normalización polltics^y financiera y que por todos sus elementos, ya técnicos, ya políticos, responda a las exigencias formales del momento en la vida exterloí y en la Interior. El encargode constituir este Ministerio se confiere a don José Martínez de Velasco, actualmente ministro de Estado . La segunda nota entregada por ei señor Maura a los periodistas dice asís Cuando encargóse de formar Gobierno al señor Martínez de Velasco fundamentó su decisión el Presiden te de la República en los tlrmlnoa que expresa la otra nota, complementaria de ésta. Se quiso buscar una fórmula para obtener una obra legislativa, serena y. eficaz, salvaguardando siempre las esenciales preocupaciones que impone el interés nadonal. La renunda del señor Martínez de Velasco, así como el conjunto da circunstancias muestran la dificultad y en definitiva la evidente posibilidad actual de aquella labor oarlamentarla. H En vista de ello se procúra la formación de un Gobierno de coheordía republicana que, apoyado en los partidos de centro, ofrezca las de- S íiaÍantífB de p*z' orde° imparcialidad en la. distintas manlfcsta^f de la lucha política y en el ejercicio de la ciudadanía ^encargo se confía a don Miguel