Página 2 El Mañana 16 enero de 1931 Pectoral Dr. Moliner (PRODUCrO NACIONAL) y Pastillas Pectorales Dr. Moliner CALMAN LA TOS Resultados probeos *n lo« R. SFt^lADOS, GRIPPE GUARROS, RONQUCR Y 8f?0NGUtT'c, quiz* evlt« una Tuborculosls DE. VtílSJ. A. EN TODAS LA.S F A-RM A- O ' CRONICA AGRICOLA La ünióa de Cerealicultores IV Comenz irnos a esbozar en nu 3S tro pasado artículo algo de lo que debe ser la orgmización social de «La Unió a de Cerealicultores t que nosotros estamos estudiando y que parece va entrando en las masas campesnas, por algunas cartas que hemos recibido. El principio de la organ'Zició i social era la de mayor a menor, o sea la organízocióQ integral social, para que dicha unión de el fruto que se desee. Esencialmente la división comarcal, como la regional, como la nacional, como la dirección suprema tiende a bus car y procurar los problemas ce realistas regionales y sus solució nes prácticas; he aquí que el regionalismo económico-cei ealista es el camino sególo para que los campesinos se den cuenta de su importancia y de que son sus pro blemas los que tienen preponderancia sobre todo otro, y por consiguiente es el princioio mejor establecido para la solución de cuantas necesidades se plantean al labrador con ocasión de su pro ducción. La organización social de la Unión de Cerealicultores de Es paña debe tener su asiento en el Sindicato, cortado por el patrón que las leyes tienen marcado, pero dándoles a'ganas estructuraciones precisas para su desenvolvimiento como Sindicato coope rativista; es decir que aparte de sus funciones primordiales el Sin dicato debe imbuir en sus componentes la idea de una cooperación social y también comercial y ha cer desaparecer el unilateralismo por la totalidad, o sea por el bien común, que en suma es la repre sentación de la fuerza económicosocial de nuestros días. Inmediatamente ha de surgir aquel centro, quí recoja en la comarca toda esa fuerza sindicalcooperativista que exista y ya, tenemos planteado el organismo comarcal, o la panera comarcal y que radicará en la población, no es necesarió sea en la capital, en que la producción cerealista tenga más intensidad, con lo que se, evita la absorción por parte de algunos elementos heterogéneos que siempre existen en las'capitales provinciales y que en muchas ocasiones son advenedizos del campo y comerciantes de oca¬ sión, y por ende los verdaderos usureros. Luego tendremos aquel espíritu de solidaridad comarcal nfl.jado en otroxf gional, el cual ya puede ser de carácter burocrasista, sin que por eso h^ya de ser quien marque la orientación sindical y comercial, conforme a reglas del uso y costunbres de la región, y con miras exóticas, puesto que entonces se perdería la verdadera significación regionalista de la Unión de Cerealicultores españoes; todos hacia un fia pero sin perder su autononjía. Por último el Supremo organismo que ha de ser quien recoja toda la fuerzi regional que se funda en el todo nacional y el cual cargue con t jd ís las respoi - sabilidades de direcc'òn, de orga nización, de iniciació i y de plan teamiento de todas aquellas situaciones que se hayan de producir por consecuencia de los encontradoá pareceres de cada región o de otros organismos contra esta Unión de Cer alicultores españoles. Para un artículo es bastante esta ex3osición y por consiguiente no habremos de extendernos más, en ctro próximo, más que para estudiar la mejor forma de encauzir ese movimiento social y como de ese modo habrá de cum plirse la idea que nos persigue al tratar este asunto de «Li Uüión de Cerealicultores». Manuel de la Parra. {Prohibida la reproducción). Ijformes Comerciales y Pe nales España y Exíraníero cot Reserva. -Certïücados de Penales al día, 5 pesetas. —Comisio oes generales. — Cumplimiento de exhortes. —Compra- Venta do Fincas.— Hipotecas.— Casa fan dada m 1908.— Director: Antonio Ordó&ez.—Ageote Colegrí» do. Beouncias MIRANDO A LA VIDA LA INTERVIU MANDA —¿Qué lee usted, querido? — Una cosa interesantísima: la interviú hech i al guar ía agujas de la estiCióa de Huele. Véalo ustedaquíeu tres momentos: al pie de la aguj a para dar paso a un tren, desayunando en su casa y jugando al fútbol con unos amigos. —¿Y qué hi hech 3 ese hombre? —¿Cómo que ha hecho? Nada absolutamente. — Yo creí que había realizado algún acto heroico, algo que justificase... —Nada, nada; ni era preciso para la interv ú. Lo interesante ¿sabe usted? está en que el público sepa la vida que hace este guarda agujas, sus opiniones políticas y literarias, sus gastos, sus aficiciones... -Ya. —Vivimos una hora en que al público le interesa lo que hace todo el mundo, por humilde que sea. Dí ahí la profusió a, la abundancia de la interviú. La interviú, de este modo, vien * á ser una es pecie de contrapeso dentro de un régimen social en que el . hombre, la individu ilidad, significa menos cada vez. ¿N ) cree usted? — ¿Nd he di creer, joven ami¬ go? Con el mayor respeto inclino nu-vo vé/ti^o este de la interviú, y la cu nr si dad i úblic^, una especie üe v.iágiuc inbACiable, terrible. — ¡Qué he nos de hacerl» I Los gustos mandan, la actualidad se impone. ■ —Lo comprendo, querido. Pero permítame usted que exhale un suspiro per todo lo que viene a destrozar, a destruir, muestra tirana la interviú. Viene, ante todo, a matar la poesía de la intimidad. Ya no es posible el misterio en nada. El pudor de lo secreto y recogido se desvanece ante el fogón f zo indiscreto o el interrogatorio implacable. Viene, además, a despoetizar un tanto las grandes figuras que, como las pinturas maestras, conviene ser a cierta distancia. Llega, por último, a pregonar por el altavoz periodístico nonadas, fruslerías y bagatelas que no valen la pena de escucharse. Y menos mal cuando no pasa de ahí; lo peor es cuando el político tal o el artista cual le 6U?Uan a usted cuatro vulgaridades con gest ) traescendental. Es mu 7 posible que ese guarda agujas de la interviú de u^ted emita más discretamente sus opiniones que alguno de los personajes que a diario nos sirven en bandeja. — Mi respetable amigo, el mundo marcha, y no eí cosa de detenerle a ponerle peros. La inter- \ viú, que usted encuentra tan inI discreta y descarnada, a mi me VENDO Máquina - secreter, bobina central por marcharse el duí ño. Plaz i Judeií i, . Registro civil Movimiento de población qu» se nos facilita hoy en el Juzgado municipa): Defunció i.-R món Ríos Martín, de un afto de edad, a consecuencia de í-clampsia. — Plazuela, núm. 8. sucede. Por ella se cosas adora- Han sido denunciados: Enrique Serrat Aguilar, de Torrecilla de Alcañ'z, y Julio Laria Utiel, de Pancrudo, por infracción al Reglamento de carreteras. Y n Villafranca fué denunciado Mariano Ríos Pérez, de 26 de edad, natural de Rivaforada (Navarra), por haber hurtado en casa del Campillero de Teruel una trinchera. IOSE MAESTRE MATERIAL ELÉCTRICO MAYOR, 20. MADRID mi cerviz ante nuestra señora la interviú Uited la ha conocido ya madurd; yo la he visto crecer, desarrollarse, hasta alcanzar el grado de deidad que ahora disfruta- Al princio sólo el grande hom bre, la figura revelante nacional o extranjera, del arte, de la ciencia o de la política, osaba asomar se al marco de la exhibición. Poco después, al compás del progreso de las artes gráficas, comenzó a j ¡uiji^aes d menudear la interviú. Ya no era solamente la figura de categoría, sino el persona j í pintoresco, arrancado al retabúllo de la co media humana, que veüia a pon<.r un grano de sal en la sosez de nuestro cotidiano. Al mismo tiem po nos lleg ban de fuera libros de inter v.ús, de confesiones de hombres y mujeres célebres contemporáneas. Más tarde, con la inva sión muadial del cinematògraf 3, las principales estrellas de la pantalla comenzaron o contarnos sus vidas, todas ellas, verdaderas o falsas, siempre novelescos e interesantes. Y, por último, hijo de mi alma, empieza a descargar este aluvión de interviús que inunda las planas de periódicos y re vistas, que invaden todas las profesiones, todos los oficios, todos los deportes; que se introduce en cada casa y no deja rincón sin escudriñar; que interroga, inquie re, indaga, husmea, y a nadie deja quieto y todo lo esparce a los vientos de la publicidad. Es un bles de la artista tal y cual, que de otro modo acaso no sabría nunca. Por ella me entero de flaquezas y d eb ilid rK1 e ■; — ¡cuantas se descubren entr. í^as!— de este y aquel perdón, je campanudo. La interviú es la fisonomía de nuestra época, un resorte más de nuestro dinamismo. Así como ve- Lorenzo Ramón DECONCÜD VENDE VINO DE COSECHERO A 4 pesetas dscálitro Cada rostro, cada gesto quiere posar un instante ante el lector. La Prensa es el inmenso