rei'0 de 1931 El Mañana Página 3 L/X nUJER V EL MOCAR secretos del tocador en el I ;zi a c«yt iránsolicj. ;e hallen litación. 1 Personaj ,s» con más izacionesj 10 ios ecióQaias el Regla, listerio de se conten, el arance. la percep. t>rofesió¿ lanzas pati i del cargo, , en ningí el importe lades m eha consultado sobre la Sem. cia de ponerse en los ^Tn poco de zumo de limón. 03 .«empezado a fisgonear en fosïo7de medicina y tocador, .ontramos en él, de una ilus .producir en los ojos zumo 1 imán o de naranja, los hace ¡1 poderosamente y los limv no los perjudica, recomenIdotambiéacomo gran remeroara la belleza de los mismos, lerse liaros masajes en los ex "os con un poco de vaselina pu- cifica su tone de color. Aüora ¡ bien; se debe de evitar que al ha* 1 cer esto, la luz se refracte en el I cristal. I Los gemelos y los lentes deben usarse lo menos posible, y de^ser indispensables, procurar quitarse éstos en casa, en visita, etc, etc. Si se tuviese algo de conjutivitis, el agua boricada se recomienda en tibio, o en iguales condiciones que la infusión de meliloto. El té, poco cargado, y sobre todo el negro en infusión, conviene para hacerse frecuentes lavados, a que será preciso someter los ojos. Los colirios, caso de ser prescriptos deben usarse, si no, no. Si se inflaman los párpados, sus etas efecti- apoderados :io podrái ixpedientes ¡lases pasil iqu 3n general asivas o tí ; Ejércitoy o, percibir la nómina ig nadas ar* ¡ntes M [q se hallen conviene lavarlos con agua de ro* Muy importante es la conserva- sas o de llantea. ción de nuestros ojos y su belleza También es muy conveniente jor tanto, ya que en ello es con j el zumo de fresas maduras, bien Teniente, asi como por lo que a la tamizido. higiene y salud de los mismos se j El agua de saúco es buena conrefiere, como a su belleza, ya que tramanzón y la lechuga o cerafohay que tener en cuenta que ja- lio, es refrescante, más podrán ser bellos y atrayen- Si se ha llorado, lavándose con tes unos ojos enfermos, que nece- / agua avinagrada, muy caliente, sariaifiente han de perder casi to- desaparecen las huellas, y luego das sus cualidades de atracción, conviene secarse cuidadosamente Cuidemos, pues nuestra vista, y con una toalla tibia. enellohacemos a nuestra perso- 1 ^mt na un doble beneficio. Las veladas y la luz artificial, fatigan notablemente. Conviene qat las lámparas tengan siempre pantalla, procurando no mirar Dtmca a la luz con fijeza. La luz sedebe siempre recibir de costadoy a ser posible de izquierda. Conviene también reposar los ojos de vez en cuando, cada dos lloras por ejemplo. Cuando se haíí un trabajo en el cual la La vida en Sociedad CRONIC4 DE PARIS ido de cola' lad o afiü jr vacant^ rovserse | alases pa*1' ¡xisteoteeí •espoaderá. o de la^ eudayctol aatrib*! [dbleo entre Vamos a tratar de las presentaciones. Para hacer una presentación es, condición indispensable que tengamos algún grado de confianza con ambas personas. Existen países muy escrúpulovista sos en manera de presentaciones, siá posada cerca, como por ejem , En Inglaterra constituye una des Pío coser, a menudo sedebe mi i cortesía imperdonable el dirigirla la lejanía. Los colores que se a una persona a quien no se Meen bien a los ojos, sonelízul haya sido presentado. Otros, en yeWerde. El rejo es perjudicial, cambio, no tienen esta clase de Ncomoloda tonalidad viva dej esciúpulos, aceptando familiaricontrastados. dades, acaso excesivas. En todas la convalecencia, en coche ! las presentaciones encuentro casual, tratándose de personas del mismo sexo. La pre sentación de un caballero, se hace al dueño de la casa y éste la hará a su señora. En caso de que la señora no tenga esposo, se hará a ella, y ésta al hijo mayor. Los dueñas de una casa, no serán en ella los presentados, y nos abstendremos de decir su nombre, pues estas presentaciones son premeditadas y ya sabe el pre sentado a quien se le va a presentar. Al presentar a la señora o fami liares de la casa, se hará mencio nando el grado de parentesco únicamente. La presentación más solemne es la de un caballero en [ casa de otro, porque los encadena a una amistad con el presentado, para tener la solvencia de que cumplirá con los deberes de cortesía, cuidando, también, de que haya entre los presentados La tarde es un poco triste. Por las ventanas del gabinete de Ket* ty, se ve la calle casi desierta, por la que cruza de vez en cuando a toda velocidad un coche. Ketty está en casa, porque ha estado en^ ferma durante unos días con un fuerte catarro, y hoy es el primero que se levanta del hecho. La acompaña su inseparable amiga María, que procura distraer a la convaleciente. Después de tratar j todos los asuntos confidenciales, se pasa al capítulo de modas. María dice: v.— Anoche estuve en casa de los Durand. -¿Cena? —Baile. —¿Muchos invitados? —Bastantes. —¿Y toilettes nuevas? Algunas. Los vestidos de noche, se siguen haciendo desde luego, con la falda larga y el talle corto. Pero se logran muy bellas amplitudes, distribubéndolas a partir de las caderas, según el tejido [que se escoje, en frunces, godets y plisados. —Sí. Ya vi algo de esto en el último baile de los Renardi. —En coloridos, pude ver que se escogen para esas reuniones, en su mayor parte, blanco. Terciopelos blancos, crepé satín, crepé georgette, pana, tul y muselina. —Y en abrigos, ¿hay a^o i ue vo? -Sí. Son de una largura muy nueva. Ya sabes lo cortos que han sido durante el verano. Pues ahora vuelven a los tres cuortos. Pero guardsn una excentricidad muy original, pues son cortos por la parte de delante, y largos por la de detrás. Se ven muyho los de terciopelo que van muy trabajados con frunces de nidos de abejas. Si hacen también en pana de seda artificial excesivamente tornasolados. —¿Vas el viernes a casa de Artheul? Yo pienso ir, ya que estoy completamente repuesta. T- Yo también iré. —¿Con que conjunto? —Con el negro. —Pues yo, con el blanco. — Yjesultarás más elegante que yo. Después de todo es una distinción difícil de superar. FEMINAS AMAR MAL cerá nombra jamás se debe de leer do primero, la persona de me- j educación y principios. En todos aejor maEera de escribir) leer nor Cgtf gojía. Cuando se trate de ! los ca*os de presentación prevées de esnald»R n i« in-z rir,c ^«Kon^r^c o ,w ««orac c« nida, el dueño de la casa, exten- de perlas de cristal irisado o bordados en «strass». Después del blanco, es el negro el que reina, también en terciopelo y crepés. —No me interesa el negro tan fúnebre! —La misma idea deben tener los modistos, pues se deciden a laM aclararlos, con algunos detalles, para lo cual escojen el rosa y el Hace algún tiempo un hombre, hablándome de sus amores con una linda mujer que no le correspondía como él deseaba, me decía: no me luce el cariño>. Y me pareció admirable la expresión, por lo Y se deja que el color triunfa por justa y exacta, sí solo, sin otro adorno que su rea- j «No me luce el rariño>, como kza, o bien colocando unos hilos «no me luce el trabajo, indican lo mismo; que el que realiza la acción, no la sabe realizar y a pesar de su esfuerzo, no logra lo qee se propone. Y en efecto; vengo observando lEslciue en nuestro gente «no sabe es de espaldas a la luz, dos caballeros, o dos señoras, )lClej íl,^6 que el trabajo esté bien presentará antes al más joven. Si erJ[iM0J ' el Papel estará bien i son las personas de diferente se0con escritura clara. La ca¬ las la0^ se personas xo, el presentado será el caballe- íame0dWile,IlasiaCdngeStiOna, Si Se in¿lina I ro» y si se trata de un anciano y ir ^ lase* ^.y po 0 al traba;,ar 0 al escri- í de una chica joven, ésta primero. i2CeXpe.s%enJ ^^cuencia, los ojos Indistictamente puede hacer la ^e8tóm 0 i Presentaci6tl señora o un ca- ^iníW^0' eSel ór&ano que ballero. tinglé! ^,la vista# El grani Una vez hecha la presentación lraíSoPerdid aUt0r de