Página S de 1931 El Mañana fébrero per TAURINOS Ya han inaugurado, con una ccvillada, en Barcelona la tempo rada taurina. La tarde era fiía pero el público invadió el monumento ceso para ver cómo Carnicerito, Contreras y Leopoldo Blanco (que resultó levemente herido) cosechaban grandes ovaciones despachando réses de la viuda de Soler. ^llllllli» illllHlllilil alio Bay SaW' 46 ^ en generé > fes <^ tones njnovillada de Toalla tám ¿iéícoñstituyó un triunfo. Lorenzo Franco fué aplaudido y Lagar tito II y Manolé cortaron orejas. ^Parael S de marzo se prepara ÍB|Calatayud una novillada de postir. Probablemente actuarán en ella lagaTtito y ManoJé. Don Enrique Lapoulide, apode rado de los hermanos Agüero y habitante en Belén, 3. Madrid, ios remite hoy unos elegantes albun de sus poderdantes. Eada hemos de añadir a cuanto diceensus nota^el señor Lapou ffde y que "huelga publicarlas ya que todo buen aficionado conoce demasiado el arte y valor de los hermanos Agüero. La Vitoria (Venezuela). —^'S. (Recibido con retrase.) Con motivo de las fiestas de «ta población se celebró una cocida íxtraor dinaria siendo la báldela corrida Niño de la Palma. Lidiáronse toros de La Quebra. 113 que resultaron manejables. Larita estuvo temerario en toda Actuación, siendo ovacionado. ^at6 superiormente y cortó la de su segundo tor0í Jalencia I bien toreando y re^ar matando. Metano Ordóñez toreó de cacoJt? SU estil0 brillantísimo, íadJr yen muy gran. ra me voy a Zaragoza do,^^^ acabaiá para siempre porque va ^egEl) tanynfrvioso tuyo que ré varios ^ ^^^¡l , para viejo y lo que no ha con se i marc^rse de casa por no dejar a quizá haga allí ^e^áo haSta ^ 00 10 COnSe jsus pequeños sin madre, ¡Qué la oportunidad se P^se^a; Ade- guirá en lo SÜCesivo> desgracia, señor, que desgracia !.. más me estoy P^P'^^^^ -¿Y de Gironès? ' lDef pués U Uñaban de que se campeonato de España que lucha- , _Ese precisamente es el mejor | ¿ulcldasen las personasl... Aque ré con Kos. j boxeador de España. Tiene una llo clamaba al cieio, aquello no TT \ técnica especial y una buena pe- 1 era para su genio El hijo mayor gada. —¿Y de Martínez de Alfara? —Pues es un muchacho que por enemigos. El triunfador de la temporada | caraqueña. Niño de la Palma, fué llevado a hombros por las princi j pales calles hasta el hotel donde se hospeda, teniendo que salir al balcón repetidas veces para CO' rrespondera las ovaciones. En Méjico se ha celebrado la que estaba en la Corte estudiando Derecho, se había hecho futbolis to de profesión. Los libros no los su juventud ha de llegar, si no lo abría siquiera. ¡Era lo que le fal malogran. El cine y los caramelos ~ — —¿Qué diversiones tenéis los boxeadores? —De los demás, no sé. De mí te diré que mi taba ver, tener un hijo futbolista! La directiva de un equipo, vió en corrida de Covadonga con toros ; más predilecto es el cine, pero ova- ^pomr:rcrimóasu primer %L 11(10 magníficos pares al ^ado. Banderilleó ^mbio, por lo que fué largamen* racionado. Con la muleta realizó faenas de ladero artista compuestas de ^es de todas las marcas sobre^tndo naturales y de pecho dapeonía izquierda. La música las faenas con alegres ^¡el Público, puesto en imariV Un 8010 momento de ámente, concedién- ds Queréndano y San Mateo. Chicuelo cortó cuatro orejas y dos rabos después de grandes faenas que la música amenizó y el público ovacienó largamente. Liceaga estuvo valiente y artista. Se le aplaudió. En Pampina quieren inaugu- también siento afición por el fút bol cuando juega algún equipo de mi tierra, y me entusiasman los toros, pero viéndolos desde «barrera > para estar lo más cerca posible. — ¿ Muchos noviazgos? — Ninguno. Estoy interesado por una bella mejicana, pero... rar la temporada el 12 de marzo me contengo, porque sería perder con una ncvillado en que toreen Cirugeda y nuestro paisano Juan Sales . Leemos que la Empresa de Madrid tiene en organización los siguientes . Marcial Barrera. Márquez «Gitanillo deTriana>. Márquez Marcial. Y Solórzano- Ortega. ZOQUETILLO. mi carrera cosa que me interesa mucho. Peña se conforma con sacar del bolsillo de la americana el retrato de la paisana de Calles y admirarlo. Ya es bastante. — Me conformo con esto— nos dice—. Y además, con ir al cine y comer caramelos como los chi qui líos. Error de iníerpreía- ción Charla que charla. Peña llega i ncluso a hablarnos de su vida en Africa como soldado del Tercio que fué. Y nos dice: entretenimiento! -Una mañana estaba en el bo el cine, pero i ^111 del campamento, muy hm pió por cierto aquel día porque iba a pasar revista un alto mando, cuando se le ocurrió entrar un soldado aUmán que pertenecía al Tercio. Llevaba un gran ñemón en la boca. Se le ocurrión escupir en el suelo que estaba brillante cerno una patena. El comandante médico qiue estaba allí, al ver la acción me dijo: «Pt ña, dale una bayeta a ese>. Y así lo hice. Le di tal galleta que por poco lo mato dando el individuo más vueltas en el suelo que un peón. La que armé fué tremenda. Resulta que en vez de «bayeta > para limpiar el suelo, entendí «galleta> como castigo por su falta de higiene. El error no pudo ser más lamentable para el alemán... ARGELINO. Madrid, 1931. { l> él grandes fícultades balompédicas y le contrató por no sabía cuanto dinero. Al siguiente día ojeando su mujer la sección deportiva de la Prensa, vió varias fotografías del hijo, elevado repentinamente a la categoiíi de ídolo, y desbordante de entusiasmo, corrió hasta él para enseñárselas. ¡Madre santísimal El reven taba del berrinche. Y su mujer se alegraba ante sus mismas barbas. Tenía que estar loca, irremisiblemente loca. Otro padre acaso se alegrase, no lo dudaba. Pero él no quería que su hijo ganase el dinero dando patadas. Para eso le estorbaba lo que sabía. U hombre ignorante en el fútbol, u hombre sable4 en la curia. Eran profesiones incompatibles. Además esto del fútbol no podía soportarse por más tiempo. Había llegado al límite de la paciencia. El mercantilismo y el profesionalismo se impusieron de una manera inaguantable. Con los jugadores ejercían las directivas la compraventa como si fueran objetos semovientes. Y eso por pudor y por decoro no debía consentirse. Después de todo —pensaban algunos— ¡Qué mejor carrera! Pero no, se retribuía con exceso a los «consagrados» que eran los menos; y en cambio a los que jugaban en equipos secundarios, les pagabas exiguamente o con algún mal empleo que les proporcionaban. Pero eso mientras tuvieron agilidad para dar patadas. Pero y después... ¿Qué pasrba después a esos jugadores que, creyendo hacer fortuna en su «carrera > no aprendieron un oficio?... Desde el momento que el mercantilismo y el profesionalismo se imponía en cualquier deporte, perdía este tod?» su dignidad y tobelleza. Y el fútbol como deporte mismo dejaba bastante que desear Eran muchos los jugadores que retiraban del campo lesicnados. No eran pocos los que a la larga de los años quedaban con desperfectos físicos y morían a consecuencia de ellos. Deporte sucio, deporte bruto. Fiesta apática, fiesta fría. Fiesta que ocasionaba la enemistad entre los pueblos. Lucha grosera, impropia para la mujer que había de oir palabrotas deshonestas y blasfemias del espectadoracalorado. ¿Y por qué razón el cariño tan excesivo por el equipo de la población Equis si los jugadores no eran oriundos de ella? Lo mip obraban por las locanoaaes ae este espectáculo, era un escándalo. Costaban más qua