El Mañana 17 febraro de Información de España y del jíxtranjero Sigue sin resol verse ja crisis Sánchez Guerra declina los poderes y aconseja al Rey llame a Melquíades Alvarez Don Alfonso conferencia con el jefe reformista. Tramitación de la crisis. - Sánchez Guerra, después de muchas gestiones, no consigue el apoyo solicitado. - Declaraciones de Alcalá Zamora. - Comentarios de la Prensa extranjera. - El Go- bierno Berenguer implanta nuevamente la Censura. - Otras noticias. SANCH EZ GUERRA VISITA A LOS PRESOS POLITICOS Madrid. 17. —Anoche como dijimos estuvo en la cárcel Modelo el señor Sánchez Guerra* Los periodistas a la salida advirtieron en su semblante algo de contrariedad, y durante Uu os segundos estuvieron pendientes de lo que les dijera. Un periodista preguntó: —¿No nós dice usted nada, don José? — He venido aquí porque creía que era un deb^r visitar a algunos de los presos políticos para ver si conseguía determinadas colaboraciones en el gobierno que estoy formando. —¿Y es satisfactoria su impresión. —No. Me han dicha que no aceptan ninguna clase de colaboración. Ahora voy a mi casa para co mocer el resultado de otras gestiones que se han h tcho por otra par • te. REUNION EN CASA DE SANCHEZ GUERRA M -drid, 17. —Anoche a las ocho y cuarto se reunieron en casa del señor Sánchez Guerra los consti tucionalbtas y los señoras Maráñón y Oísorio y Gallardo. Nj fué el señor Bergamin por tener ocupaciones ni el señor Vi llanueva por estar indispuesto. A los treinta minutos de comenzada la reunión la abandonó el señor Ossorio y Gallardo, diciendo que le había sido ofrecida una cartera, lo que satisfacía mucho por la distinción que representaba; pero se había visto obligado a declinar, porque tendría que dejar el decanato del Colegio d Abogados. A su juicio, el problema político de España no es precisamente la reforma de la Constitución, «sino otra cosa.» Pasadas las nueve y media salieron los demás señores. Los periodistas les interrogaron. Adelantóse el señor Alvarez y les dijo: —«Nada, señores, nada. Nos hemos limitado a cambiar impresiones acerca del resultado délas entrevistas del señor Sánchez Guerra. D isde luego los republicanos y los socialistas no colaboran con el Gobierno; pero he de manifestar les que han hech ) la declaración de que lo v-'n con simpatía». N is ha dado cuanta el señor Sánchez Guerra de su visita a la cárc el. I H i sido una cosa emocionante para todos. —¿H \brá Gobierno mañma? —Depende de algunas gestio nes que hay pendientes para ma ñaña muy temprano. Hoy el señor Sánchez Guerra está muy fatigado y se ha ido a acostar. Nosotros hemos hecho cuanto hemos debido hacer. Ellos verán lo que hacen. Los reporters preguntaron al señor Chapa prieta si será ministro, a lo que réplicó: —Yo no quería, y me negué al principio; pero siguiendo instrucciones del señor Alba he aceptado. Los periodistas dijeron que se había dicho que si el señor Sánchez Guerra hallaba dificultades insuperables, se encargaría de formar gobierno don Melquíades GUAMLAYIAR S. A. Para pedidos de instalación de aguas, avisos y reclamaciones, dirigirse a su domicilio social: Carretara de Cuenca, número 2. TELEFONO, 36 Alvarez, y contesto el s?ñorChapaprieta: —No creo que haya dificultades hasta ese punto. Lo ú lico que hay es que en la formación de ese gobierno no se trata de un jefe político que pue da coger ocho señores y formar un gabinete. Además un gobierno de par ti dos tiene ya> terminado el progra ma y no le queda más que publi cario esto es cosa distinta: el señor Burgos Maz? dijo que la re unión había sido solo un cambio de impresiones y que mañana a primera hora volverían a reunirse. Un periodista preguntó: —¿Habrá Gobierno a las doce? —No sé. Depende de las gestiones que ultimará el señor Sánchez Guerra. Después salió el señor Marañón y fué interrogado con avidez por os informadores. — ¿Vió usted al señor Ortega y Gasset? — No. Pero sé que no acepta. CONTRARIEDAD Madrid, 17.— En la reunión de los constitucionalistas llevaron la voz los señores Alvarez y Burgos M?zo. Ambos se negaron [a que formei parte del Gobierno los señores conde de |Romanones y marqués de Alhucemas, por entender que esto mixtificaba la composición del Gobierno constitucionalista puro. El señor Sánchez Guerra no ocultó que le había contrariado la negativa de republicanos y socialistas, así como la imposición del señor Ossorio y Gallardo. GOBIERNO Y PROGRAMA DE SANCHEZ GUERRA Madrid, 17. —Los reunidos en casa de Sánchez Guerra trataron de la formación de un Gobierno, cuyos nombres telegrafiamos ano che, con elementos de todos los sectores de la opinión constituci ) nalista, ya que los republicanos y socialistas no aceptaban, y también, en líneas generales acordaron el programa, que con la lista del Gobierno hib-an de someter al rey. En el programa figura un decreto derogando todas las disposiciones de la Dictadura, entre ellas el cé ebre Código Penal y el Estatuto Municipal y supresión del juramento en la Cámara regia por entender que si no hay Constitución mal se puede jurar por ella. Prometería lealtad al Gobierno de acatar los fallos de la Asamblea Nacional Constituyente. Otros extremos consisten en una declaración de don Alfonso en el preámbulo del decreto de convocatoria a Cortes, comprometiéndose la Corona a desprenderse de todas las prerrogativas mientras se reúnan las Cortes y acatar sus fallos. ÜNAS DECLARACIONES DE ALCALA ZAMORA París, 17. —El enviado especial de cLe Journab en Madrid, visitó en la cárcel Modelo al señor Al • ca'á Zimora. ¿Qué piensa usted de la reco mendación que el señor Cambó ha hecho a don Alfonso de formar un gobierno de izquierdas? —En estas condiciones— contes ta— no se podrá m^nos de poner en libertad a los d. t ni ios políticos. —¡Bonita combinación en ver - dadl— añadió irónicamente. El señor Cambó ha dado hasta ahora la impresión de ser favorable a una política de fuerza. ¿Se ha üado cuenta de que una política de fuerz \ sólo serviría pa ra precipitar la caída del rey? ¿Un Gobierno de izquierdas bajo el rey Alfonso? Sería una mascarada lo que se nos propone. — Sin embargo, si se quisiera organizar un gabinete de unión nacional, ¿se negaría usted a formar parte de él? —Ciertamente, y no tendría ni sombra de duda. Estamos, por lo tanto, en el ca¬ mino de soluciones políticas bastantelcomplicadas. ¿No se comprende por lo visto el peligro que presenta la sitaa. ción? ¿Qué remedios eficaces espera el régimen hallar si se resiste a conocer él mismo la naturaleza del mal.> COMENTARIOS DE LA PRENSA EXTRANJERA ¡r-OBRE LA CRISIS THE TIMES Londres, 17,— cThe Times» dice que la posición de su majestad de España es en extremo delicada. Los consejos que recibe de los antiguos jefes de partidos soa contradictorios y hacen muy difícil la situación del Soberano. Los elementos clericales le inci' tan a que mactenga un régimen dictatorial, pero los peligros que entrafli tal consejo son harto evidentes. Termina diciendo: cSi el rey rechaza esta sugerencia, correrá el riesgo de someterse a la decisión de un grupo formado por la mayor parte de los monárquicos, que lo criticarían se verísimamente. > LE PETIT PARISIEN París, 17.-€Le Petit Parisién» estima que el rey apenas podrá resistir a la corriente constituciónalista, y que ya, al aceptar llamar a consult a los jefes ^ partido, retorna a las costumbre políticas anteriores a la dictaattra. «Es posible que pronto convencerse de que para la salva¬ ción de la Corona es preferib^ dictí las actuales circunstancias seguir el movimiento de las Cortes tituyentes.> HOJAS DE AFEITAR ; FABRICA NACIONAL DE ARMAS TOIXDO" SON UNA MARAVIUA cióne i enel( «Icafd fe: leo.