fábricas nrro del í eat0 ' 1527. U ls-0 Somi, 10 "» mués, del tapi2i ahora par¡l El Mañana Página 3 ^RLA i CUENTO La ceguera de lajliña Ha pueblo, o mejor dicho un Jmo de calleja d sordenadase ZolptensibUs levanta su voz Ta los acantilados enormes fia sierra, y se muestra como «na alucinación caprichosa y ex«avagante. Tal parece siguiendo L río la corriente, que descolgar l .oisiéramos un racimo de sus casasysaciarel apetito. Vid tentacular avai za todos los años, se posesiona de praderas y bancales, y por último prcfaná el río. El río diminuto de este pueblo serrano, es también el baño natu ral de las vírgenes rurales, éter nameote arrullado por las aguas amorosas y eternamente respeta do por los hombres honrados de Tronchín, nombre del pueblo de mi cuento. Di ahí que todo el vecindario se subleve al compro bar la existencia de una vil profa. nación odiosa doblemente, porque pisotea las santas tradiciones de Tronchín, el mayor y más precia do tesoro de los pueblos. ¿A qué extrañar que la población toda se mostrara escandali zada, si su río, plácido y riente, del que siempre se ausentaron los graznidos belicosos, es molestado por el pico del obrero que ahonda en sus ribazos? Y en verdad que fué una cobarde intrusión, porque hasta las aguasen su lenguaje mudo, inte rrogaban al Cielo. Y el Cielo parecía corroborar: Es un rico con blasón de calavera y escudo de libertino que levanta, ogro, su casita dé recreo con ventanas al caudal.,. Los obreros terminaros el centro de espionaje, y al transcurrir del tiempo acarició las aguas, groseramente, la penetrante y ^dica -mirada de un hombre, cuando en las mañanas de verano ampiábanse las mozas el cuerpo, S1Q pecar. * * * El Rincón-tal se llamaba el aflo- estaba acotado para el nombre, y el hombre de Tronchín ^a del Rincón en las primeras ^as del estío, acudiendo la mu¿confiada, exenta de zozobras. Wh qi,é don T^tán, el rico li runo y calavera, cometió el sasu J10 de leva*tar en el Rincón Casita de recreo? me^t k Pensará nada bueno, cocioso w! !l versadísimo y mali- cieL Y rOdeTr0Dchín- íSon iUíi yo virtudes de Tristán? vida df» 00 Creo en su Peonada peatid0 daSCeta- ¿Que está arre ^á'Cr^^8 hech0S alevosos? ícás p, cmedlante que es y nada girón vPaSad0 de Tristán es un sidonn ,r85rZ0£o» canalla. Ha 11 "uhán muy truhán, y un GRANDEZA SUMA ¡Señcrl con tu poder omaipotente y sóla una palabia sacaste de los senos insondables del no ser y la nada los mund :s con sus tierras fértilísimas . y sus altas montañas. Al imperio solemne de tu voz apareció enjoyada de bellezas, de hechizos y. de encantos, la vida sacrosanta que brilla en los conñnes de la tierra esplendorosa y mágica. Mas para dar al hombre envilecido la vida de la gracia, fué preciso ¡Señoi ! que en el Calvario tu sangre derramaras, e in j arlaras con ella para el Cielo toda la estirpe humana. Esto ¡Señor! conmigo realizaste con tu virtud sagrada, al darme la existencia y los tesoros que embellecen mi alma: más ta poder augusto e inagotable no ceoa en mi, ni acaba. El obispo tu fiel ministro santo Recuerdos de un día memoiable con su voz soberana me hd ÍLÍmáo c^n poder tx :elso misión sublime y santa: la de servir al pueblo qu? ta adora, te reverencia y ama. Me ha dado fiil poder sobre tu cuerpo y sangre veneranda: y al coo joro potente de mi vez a la tierra nos briis ¡ para ser de las almas qu; te buscan comida recalada. Los arcanos más ricos de tu ser, las más dulces viandas, los dones más preciosos de los cielos en mí reunidos se hallan, pues yo soy SACERDOTE, soy ministro de la vida de gracia. ¡Dios mic I tu bondad y amor profundo me admiran y anonadan al ver en mi grabados sin medida tus dones y tus gracias, y encontrarme en el trono más sublime de la grandeza santa. P. Bernardino M.a Rubert. O. F. M. Teruel- Colegio de San AntOBio-II-1931 mal rico muy rico, tanto, que por sus dineros ganados sabe Dios cómo, logró mancillar la honra de muchas muí eres y comprar el silencio de muchos hombres... en apariencia, porque aquel silencio j pagado a peso de oro, despejába- 1 les de dignidad y los aureolaba de cobardía. Tenía razón el barbero. Si en el pueblo hubieran sabido la conspi ración tramada, ¡pobre veje tel lo hubieran arrastrado como en Tronchín arrastraban a los lobos que cojían en la trampa. * * * Aquella noche... Las sombras hicieron su presa a Tronchín. Un caduco vejete, estafermo y agonizante, cambiaba en dirección al Rincón. La casita de recreo acogió al propietario con sonidos quejumbrosos de los goznes de la puerta, y callóse, rezongando, en tinieblas como estaba. 61 TAañana r^BIÓDIOO DIABIO Ronda de Víctor Prnneda, 15 Teléfono, 79. Unico diario de la provincia TERUEL ¡Cuan largas horas las de aquella malhadada nochel El viejo Tristán las pasó en insomnio, ' anhelante, sujeto a la ventana. Por ñn llegaron voces, trinos y gorgeos dé la república femenina. El corazón del viejo aceleró su carrera, estremeciéronse las aguas cristalinas y doró el sol alegremente la cúpula sin estilo de la iglesia. Las vió llegar, cantando, en inocente pío pío, y sus ojos brilla ron como las estalactitas, y en sus muñecas acartonadas el pulso rugió inquieto, y en sus entrañas úbricas desgarró el demonio del deseo. Se acercaron las mozis, al aire los brazos, en descuido los pe chos. * * * Las galas femeninas iban formando montoncitos, junto a los árboles, y pronto el río empezó a estremecerse a las caricias castas de las mezas. ¡Divino Rincón! Aquella mañana guardabas las bellezas de nuestros genios más preclaros. El pincel de tus aguas era el pincel de Goya. Rubens inmortalizó en lienzo tres de tus Gracias. La bella Afrodita, con ser tan bella, bajaría de su trono para ser compañera de tus ninfas y esclava de tus aguas... :SOS - I IMBRADC EN RELIEVE OS - CATALOC REVISTAS TRABAJOS COMERCIALES 5 EN RELIEVE ENCUAD; NACIÓN lABADO Y í '06RABA[ Rodríguez San Pedro, 51 sléf. 33029 - MA Y en aquel primoroso paraíso de muñecas una niña destacaba ventajosamente. Soberbia en su velada desnudez, eran las aguis un gran espejo que mostraba aquel cuerpo a los Cielos, cuerpo esbelto y poderoso como el mástil de un navio. Bella de cara ardorosa, plasmaba en el río la admirable Eva de Durero. Prende en el rosal de sus labios un amante madrigal, y al cantar sale la voz tan malabarista, tan mágica, que los pájaros hacen coro y las mozas no respiran. Tiene ojos de lucero y d 'entes de alabastro, y es tan bella, tan bella, que al besar las aguas las embriaga de oerfumes insospechados... — ¡Qae hermosa es! Comentaban las mozas compañeras. Inició una caricia suprema. Su cuerpo extendido en la alfombra verde y blonda del ribazo, enseñaba a los pájaros la pagana hermosura de su voz maravillosa, y en infinidad de arpegios melodiosos y castos, aleccionábales, instruíales. Un temor recóndito, temor que sienten las almas cuando son espiadas, hízole abrir los ojos. ¡Horror! Gravitando en el aire, como una pesadilla mostruosa, una cara fijaba insistentemente dos ojos mortecinos. Y pudorosa, balbuciente, vencida exclamó la niña: — ¡¡Usted...!! Que desencanto, que asco y que vergüenza encerraba aquel grito de agonía que rasgó los aires. La virgen cubría su tesoro y miraba con fijeza pavorosa al villano. —¡Usted...! repitió. ¡Es usted...! ¡Que asco...! Y cantó la tragedia a su elegida, a su amada de un segundo. Fué inevitable. El agua abrazó su cuerpo, tan férreamente, que lo arrastró en su avance, sin miramientos y sin escrúpulos. Era una rama más del árbol del plantío, y fué a estrellarlo contra unos muros, muros sin alma, como Tristán. El cuerpo de hinchazón se juntó a las piedras, amalgamado, y cuando los hombres de Tronchín pudieron rescatarlo, los ojos de la niña, ojos sia luz, de una muerta, tenían grabado el rostro repulsivo de Tristán el vejete, un rostro lívido y báquico por la tremenda senssción... * * * Hoy, transcurridos muchos años del hecho que relatado que» da, el barbero cortinua explicando al visitante la negra pesadilla, y si curiosos ahondamos en el drama, el viejo barbero, bonachón, terminará: —El cielo, justo y prócer, lo dejó pegado a la ventana, eternamente. Alonso BEA.