A0BÜPACI0M FORESTAL pàg_ y nu&óMa agAiculiuta El amplio informe formulado recientemente por el ministro de Agricultura ha de producir en los hombres del campo una impresión satisfactoria y optimista. Las contestaciones responden no sólo a la orientación política del titular de un Departamento ministerial, sino también al conocimiento de nuestras tierras por un especialista, a la visión exacta y objetiva del ingeniero agrónomo señor Cánovas. Lo que para muchos parece ser un inconveniente, tiene en realidad ventajas importantes. La circunstancia de que España sea un pafs predominantemente agrícola no es una fatalidad que la haya de condenar a la pobreza frente a otras naciones. De aquí se deriva una serie de posibilidades de desarrollo que representan garantía para el futuro y mayor disponibilidad de riqueza. Al mismo tiempo, la variedad de climas y de geografía encierra, junto a dificultades innegables, una serie de ventajas que colocan a nuestro territorio en una situación muy interesante para el futuro comercio con los países de Europa. En otros puntos de su objetivo estudio queda ía indispensable coordinación entre industria y agricultura, tanto por la disponibilidad de primeras materias como por la capacidad del mercado consumidor. No podían faltar Jas indicaciones sobre objetivos fundamentales de la política del Estado en estos años, que comprenden los principales problemas que retrasaban el desarrollo económico del campo y entre los que se encuentra con realidades iodiseutiblea la estabilización del mercado triguero, la creación de nuevos regadío», la repoblación forestal, el crédito agrícola, la mecanización del campo y la implantación de nuevos cultivos. Junto a esto, y como reforma básica, una estructura de la proPiedad que esté de acuerdo con las exigencias de la técnica moderna y con la mayor productividad de las tierras: la concentración parcelaria ha de seguir, durante mucho tiempo, como la operación preferente de estas tareas.