E Is MAÑANA 29 diciembre a,, ¡xj^. Pectoral Dr. Moliner (PRODUCTO NACIONAL) y Pastillas Pccíorales Dr Moli CALMAN LA TOS*' Resultados probados en los RESFRIADOS, QRIPPE, CA7ARKnQ Y BRONQUITIS, quizá evite una Tuberculosis ' 0iNQ^£^ iDE yrsmsrxBL bjst todas l^q fa.rmAo CRONICA S G A RCIR RU B I E S C A S La guerra de Yanquilandia El cinematógrafo hiblado, ha declarado la guerra al cinematógrafo mudo. El cinematógrafo hablado, ganará la batalla porque está muy bien organizada. Tan bien organizada como toda em presa mercantillsta estadounidense. En aquella tierra joven, no ha brá grandes artistas ni lumbreras clentificas, pero si hábiles especuladores y hombres de negocios En eso son maestros. Dadles una idea, un invento en embrión, una industria en mantillas, que ellos se encargarán de darla forma, de hacerla crecer, de robustecerla, de fortificarla. Casi todos los pai ses del mundo que pueden adaptarse a su sistema ot gárnco, lo ha cen porque Ven en ello la llave del éxito. La razón estriba tamq én en que la mayoría de les negocios norteamericanos son granaes, fuertes, sólidos. Y es que desde el primer momento los orientan bien. El movimiento monetario y la gran cantidad de dóllars de que disponen, coronan el triunfo. Ahora, han querido imponer al punto la moderna industiia cine matográfica sonora porque en la venta de les aparatos proyectores han visto una gran fuente de irgresí sy porque a la misma pe lícula pueden hacer pagar más cara. Ya cí si lo tienen conseguido. Bien poco tiempo han necesitado para ello. Priirero, hm hecho la propaganda, una propaganda cara, pero perfecta, llamativa, escar dalcsa casi. Las gentes al principio acudían al cine sonoro por curiosidad, por admirar el inven to msmvillcso, per saber lo que ignoraban. Ante la primera proyección, lo mismo técnicos que ignorantes, quedaban bequiabiertcs, alekdcs; después, les entretei ían aquellos vczdrroms raros e incorgruentes tan en desacuer do con la peisona que hablaba; les molestaba mucho que no fuera su idioma nativo para compren derh s, pero no importaba, ya harían películas artistas españole.' , !ya se perfeccionaría, todo era cuest ón de tiempo. Luego, como por la buigueíh no fué mal acogido en este sentido de curiosidad, se puso casi de meda y las gentes seguían acudiendo aunque fuera inopinadamente. A la burguesía, como en todo, siguió la burocracia y tras la burocracia, ha ido acudiendo la ma^a popular que endomingada tiene pujos burocráticos también. Y vistos por los empresarios los primeros llenos a un precio de uquiila nuyirpíiior, han adep tado en su mayoría el moderno procedim ente; y ks que no lo hicieron voluntariamente por el precio del aparato proyector, tienen que hacerlo ahora obligados porque ya no les suministran películas mudas. Se hi llegado al extremo de que sólo en los cinematógrafos de los barrios aparta dosse proyectan películas silentí s; y como en algún sitio se ha de pa sar esas dos horas tontas de la tarde o de la noche, aunque sean contrariados, prefieren el local de un cine sonoro por lo distinguido y confortable al de uno silencioso incómodo y pobre. Sí guro estoy de que, si entre los asistentes a una de esas funciones se organizase un plebiscito, la inmensa mayoría se inclinaría por el cine mudo. El cine hablado, no podemos examinarlo desde el punto|de vista artístico ya que todavía dista mu cho de una vocalizad ó i perfecta. Al cine mudo se le tenía como una distracción íntima, propia, unipersonal, interna, como espec táculo de recogimiento, de sosiego, de reposo, de tranquilidad, en una palabra; como a una distrae ción descansada. Se gustaba de aquél místico sigilo, de aquella re concentración, de aquel desfile de figuras de vida novelada que pro dudan dulces emociones y hacían que la idea en brazos de la ilusión vagara y fuera lejos /como huyen do de la realidad materialista y cruda de la vida. La orquesta, quinteto o sexteto que casi todos los cines tenían, era un buen ali cíente para ayudar a soñar y a sentir. En medio del silencio de la sala, era de un efecto sublime y embriagador aquel desgranar lento y constante de notas tristes y lánguidas, alegres o melancólicas, pero siempre rítmicas, siempre suaves, siempre melodiosas. Aquel encanto, aquel deleite, aquel sabor, aquel misterio, aque lia belleza y aquel embeleso del espíritu, ha desaparecido con elcine hablado. La^película misma se resta va- - CAMlbERiA *Í»hA m ïggf SOUfPOS PARA NOVTAS «lili. 18 1 n. E tamos presenciando una es cení eminentemente dramática cuando una voz poco eufónica, hueca y cascada, nos hace pasar de la emoción a la hilaridad brus camente. Si el grito para que en caje bien en el ambiente y en la figura que se mueve ha de ser fino o agudo, resulta siempre grueso, tosco, cavernoso. El otro día presencié la proyección de una cinta que, en el momento culminante de la tragedia en que la heroína tenía que llorar, los sollozos eran tan extraños y altisonantes que parecían rebuznos. No os dais, eran talmente rebuznos. Un ciego, hubiera dado fé de que en el escenario se hallaba un rocinante larz indo rebuznos a grito peladoLa misma música que pudiera ser lo más atrayente y adaptable a este moderno procedimiento, resul- ABRIGA NACIO UTOMOVILES s.a Organizando su red de Agencias participa a los interesados que todavía quedan algunas disponibles, y por lo tanto ¡lamamos su atención sobre las ventajosísimas condiciones que concedemos a nuestros representantes que le interesa averiguar cuanto antes dirigiéndose a nuestra Dirección solicitando el Catálogo recién editado del Coche mCllOfíAfL PÍT/CAlMb Apartado de Conreos n.0 799 BARCELONA ta chabacana. Si como ordinaria. mente ocurre procede también de América y es por consiguiente de j zz-bandoiostiumentosaT á'ogos^ se hace francamente insoportable. Y si por el contrario es de 'aigmjj zirzuela eipa ñola u ópera1 e peajes tan discordante, esiá 7 desprovista de ritmo y melodía! tan exmta de emoción y Sem mentalismo, quí a la vez que encorajina y entristece por su de^ ficiente armonía, nos hiere y molesta al oído. Hemos escuchado trozos de ópera cantada por los más eminentes tenores y hemos quedado defraudados. P¿ro no importan n zones. Como he dicho antes, es una guerra que ha declarado Yanquilandia al mundo entero y la ganará. Esta muy bien organizada para que la pierda. Una vez que los instrumentos para estas nuevas proyección^ s se hayan vendido, tendrían que verse los empresarios compk tamente solos para que se arrepintiesen de su adquisiciónyeomo los cines cómodos y eleganteslo tiene casi todos y las gentes h n de pasar el rato en algún sitio... Uí icamente la prudencia y el menespreeij del público en general conseguiíía hacerle desaparecer, y como no es posible que un público compuesto de millones de personas de todas clases sociales se ponga de acuerdo a este fin, habrán conseguido los norteamericanos su propósito de standar iz^r la industria cinematográfica standar izándonos a todos. Cecilio GARCIRRUBIO. (Reproducción reservada). DANIEL DE SAN PIO GARGANTA, NARIZ, OIDOS Cinco de Marzo, 2. -Teléfono 2844 ZARAGOZA NOVEDAD lis Mim Mín Con fste aparato hasta un NI; JVU puede rápidamente y sin igua' Pf rfecdón ZURCIR y REMENJUAK medías, calcetines y tejidos de todas clases'sean de seda, alge don, lana o hilo No debe faltar en ninguna familia Su manejo 01110 efecto sorprèn instrucciones \ para su funciona^ | to. Funciona s^9ftB. » ayuda de maq^ xiliar Se remite libre de gasto8. Pf vio envío de DIEZ PESETA» ^ Giro Postal. No hay Catálogos Patent Maqic ' barcélon» ARIBAU, 226.-