PROLOGO. Al mismo tiempo que buscaba páxaros entre los 24 y 36 grados de latitud austral, y entre los 57 y 60 de longitud occidental al meridiano de París, no dexaba de describir los quadrúpedos que podia haber con mi dinero y diligencias. Comencé este trabajo dirigido por la meditación , sin estar impuesto de lo que otros hubiesen escrito , y con el fin de ocuparme con alguna utilidad. Gasté en estas tareas los ratos- que pude desde el año de 1782 al de 1801 '7 poniendo todo mi cuidado en -decir la verdad sin exágerar nada, y en conocer y expresar los caractéres de los aniInales , cuyas descripciones hice en su pretenda. Por esto he estado ménos expuesto í caer en los errores que no han podido evitar los que, por verlos vivos, no los han jfodido registrar; los que los han mirado extenuados , pelados y puercos en jaulas y cadenas ; y los que los han buscado en los Gabinetes: donde, á pesar del cuidado, injuria del tiempo ha de haber alterado