90 palabras, dexar mayor volumeyi de cosas, cuya memoria está perdida ; y termina, diciendo: que habiendo corrido con fatiga por quarenta años en solo este reynado de D. íñigo Ximenez, en busca de su persona, y encontrando á tantos otros Principes y caudillos que no se buscaban, apenas le ha podido dar alcance, sino de léjos, raras veces, y perdiéndole luego de vista: en fin, Rey de los Pirineos, en donde es más lo que se esconde que lo que se ve. El texto citado por el abad Briz Martínez, que escribió ya después de conocer la fórmula de Hotman, no puede defenderse ante las opiniones citadas, ante otras muchas que pudiéramos invocar, y ante lo que la sana crítica aconseja. Aceptamos, pues, que, según la tradición de aquella época, la Monarquía fuese electiva en sus primeros Reyes, á pesar de que ♦ Blancas supone que á D. García íñiguez sucedió inmediatamente en 885, hereditario jure, su hijo D. Fortuno II, llamado el Monje, cuya opinión es conforme á los autores navarros. Durante el reinado de D. Ramiro I, á quien muchos escritores consideran sin razón primer Rey de Aragón, sin duda porque adoptó este único título, es cuando aparecen las primeras