LA ASOCIACION. Hemos dicho, y tenemos el placer de repetir una vez más, que La Asociación és y debe ser hecha por todos y para todos los individuos de las clases á que nos honramos pertenecer, y así procederemos siempre, sin distinciones, preferencias ni privilegios para nadie. ¡Trabajemos todos y en todas parte sin cesar! Intrusiones: De grande interés ha sido y tiene que ser siempre para nuestras desválidas clases el asunto con que encabezamos las presentes líneas. Los farsantes y embaucadores de mil clases, ejercen á mansalva su criminal oficio en muchísimos pueblos de nuestra querida provincia, ocasionando punibles y vesgonzosos estragos, porque tanto trascienden á la preciosa vida del inocente ciudadano como á la más importante riqueza de este país, cuando destruyen su ganadería y siempre afectan sus arteras mañas al derecho, á la honra, al buen nombre y dignidad de los médicos, los cirujanos, los farmacéuticos, los veterinarios, los albéitares, los practicantes, las comadronas, herradores y los castradores de ganados; de cuantos están habilitados cumplida y legalmente, por fin, en nuestra patria para ejercer el todo ó parte de las ciencias, médico-farmacéutico-veterinarias, casi en absoluto hoy desamparadas por nuestra administración. Conocidos los inconvenientes que tiene nuestra actual organización; hechos cargo de los inmensos males que originan la plaga de referencia á los más altos intereses sociales, por el atraso lamentable de nuestra población, que la alimenta y tolera indignamente; profundamente convencidos del bien que dispensaremos á nuestros conciudadanos, destruyendo completamente la calamidad pública de que se trata, y fuertes con la idea de que el privilegio para entender en los asuntos de nuestras atribuciones constituye nuestra sagradapropiedad, pensemos seriamente en la mejor manera de realizar puntual, exacta y dignamente nuestro incuestionable dereclw. Para el objeto, entendemos nosotros que como para todo, debemos principiar por conocer minuciosa y detalladamente los nombres y circunstancias de los intrusos, curanderos, curanderas, etc., de todos los pueblos comprendidos en nuestra demarcación provincial. Hecho esto haremos funcionar hábil y enérgicamente á las ¡benditas!... Subdelegaciones y, todos de acuerdo como un solo hombre, acudiremos, atentos y respetuosos, á nuestra primera autoridad gubernativa provincial, que amparará nuestro derecho, haciéndonos, de fijo, rigurosa justicia; porque no está todo el mal que lamentamos en la sociedad en que vivimos, en las leyes ni en las autoridades: nuestro enemigo principal está en nosotros mismos. ¿Le sabremos matar? LA GANADERÍA Y SUS ENFERMEDADES. Es grandemente sensible lo que acontece eu España, muy en general y en nuestra provincia particularmente, respecto de la importancia que se dá a la higiene, á la policía sanitaria y del modo como se atiende á la curación de las enfermedades de todas las clases de ganados. Las comunes cunden, ó tienen una terminación fatal frecuentemente, por esa incuria, descuido, abandono, economía mal entendida ó supersticiosa preocupación, tan inesplicables, como son comunes en nuestros labradores y ganaderos. Así tenemos numerosísimas bajas por defunciones prematuras, hasta arrojar su conjunto una cifra desconsoladora anual; pérdida que sufre inmediata y directamente la riqueza pecuaria de la provincia, y representa, al propio tiempo, una considerable mása de alimentos que tiene de ménos la humanidad y afecta en muy sensible escala, por lo tanto, á la mágna y eterna cuestión de subsistencias, en que resulta muy vivamente siempre interesado el mundo entero. Prescindiendo de cuanto relativamente al particular corresponde casi en absoluto á la iniciativa é interés privado ó individual, y fijando ya exclusivamente nuestra consideración en las afecciones