LA ASOCIACION. Contador. . Secretario.. . Vicesecretario. D. Nicolás Navarrete. D. Juan Herrero. D. Timoteo García. Vocales (por hoy.) Por el partido de Teruel D. Joaquín Abad. Id. de Mora. . D. José Garcerá. Id. de Gastellote. D. Vicente Latiguera. Id de Montalban. D. Gerónimo Balduque Id. de Albarracín. D . Manuel Martínez. Id. de Calamocha. D. Gerónimo F. García Nombradas ya las Juntas de la mayoría de los distritos, aprobado el oportuno Reglamento y constituida la Junta Directiva de la Sociedad provincial, cual en el mismo se previene, principiará á regir dicho documento desde que se publique debidamente formalizado, que confiamos poderlo hacer en el próximo número de La. Asociación. La moral profesional es un cuadro blanco sobre el cual no hay más inscripción que la que cada profesor pone. (Axioma proclamado por un sábio.) «New what 1 want, isfacts.y) Lo que ahora necesito son —hechos. (Dickens.) «Buum cuique.» Sr. Director de La Asociación. Muy Sr. mió y de mi mayor respeto: He medido los estrechos limites á que debo circunscribirme al formular una rectificación á los cargos que embozadamente se dirijen alusivos á mi insignificante persona, en el número 1 4 de su apreciable Revista, correspondiente al 31 de Julio último, por D. Manuel Camañes y D. Joaquín Gil, veterinario de 2.a clase y albéitar-herrador, respective, establecidos á partido abierto, en el pueblo de Cretas, distante cuatro kilómetros de este. Resumiendo los cinco párrafos de que consta el escrito-denuncia, resulta que «un mal aconsejado compañero, cuyo nombre, etc., hoy no quieren revelar los comunicantes, ha venido recientemente á turbar la paz, aimonia y satisfacción mútuas en que ellos han vivido mucho tiempo y que ese compañero se lanza con aire doctoral á población extraña á hacerles la guerra atropellando, á su juicio, sin miramientos ni consideración los buenos preceptos de la moral facultativa.» Al investírseme, por la Escuela especial de Veterinaria de Madrid, con el honroso titulo de Profesor Veterinario de primera clase, manifesté en la prensa, — Velerinaria se entiende — hallarme «exento de ínfulas pretenciosas, que consideraría como un crimen de lesa modestia.» — Un año antes, y siendo profesor de 2.a clase, proclamé, también en la misma prensa, la siguiente máxima de moral profesional: «Todo hombre virtuoso que ha sacrificado los verdes años de su juventud cultivando una carrera científica, busca en ella honra y provecho, no contentándose con éste sin aquella, aisladamente, porque es un elemento irrespirable en los pulmones de la dignidad asi como el nitrógeno, separado de la mezcla ó conjunto de gases llamado aire atmosférico, es privativo de la vida.» — Y consecuente con estos principios daré comienzo á la enojosa réplica, que se me ha provocado con sobrada intemperancia por una pluma que, guiada por un cerebro ligero y falto de premeditación, ha trasladado al papel hechos bastante desfigurados, condensándola en estos términos; No es cierto que yo haya venido, remota ni recientemente, á turbar á nadie, ni menos á los comunicantes, la «paz, armonía y satisfacción» que puedan disfrutar, ni eso de lanzarme «coa aire doctoral)) á hacer la guerra á comprofesor alguno, y, cuando necesario sea, se aducirán pruebas irrecusables de la veracidad de este aserio; pero sucede que en el referido pueblo de Crétas, y sin que yo !o vaya á buscar, una gran mayoría de los poseedores de animales domésticos desean á todo trance mi asistencia facultativa, cuando llega el caso de tenerlos enfermos; á cuyo efecto, todos á voz en grito, quieren igualarse conmigo «cueste lo que cueste» (expresión del público); mas la resolución de este árduo y trascendental problema siempre ha sido por mi opuesta á tamañas exigencias, procurando por el contrario, disuadirlos y hacerles cejar en su empeño, encareciéndoles mediante saludables amonestaciones, que deben continuar igualados con los profesores de su localidad rospectiva. — Pues bien: á pesar de todo esto, y sin que tampoco yo pueda impedirlo, entre otros, de los pueblos limítrofes donde se carece de profesor, se presentan con harta frecuencia en mi establecimiento, por sus respectivos dueños, animales procedentes del yá repetido pueblo de Crétas; y en su virtud atiendo varias veces á llenar, por primera intención, las indicaciones que el padecimiento re-