LA ASOCIACION. firme ? no lo sabemos: grandes inquietudes nos asaltan, mayores sospechas nos impiden, cual tupido velo, vér con claridad la imágen purísima de la entidad Asociación por quien velamos, pero no olvidemos que el mundo marcha y que acaso sino hoy, mañana con otros elementos y por otros medios, vengan como de molde los escombros derramados aquí y allá del edificio en construcción, supuesta la hipótesis de su desaparición. Esto supuesto, pues, y sin que sea parte á amortiguar nuestra fé, puesto que para otros pudiera servir, ¿que nos prometemos, señores, de la Asociación que se proyecta?..;. «No creáis que vamos con ella en pos de la soñada Jauja, como esclama un apreciable módico, el Br, Iglesias de Santander, en pos de la ciudad encantada ■ en que el trabajo desaparece y las penalidades concluyen para dar lugar al ocio y al regalo, no creáis remotamente en tan mágico trasporte. He ahí, porque muchas ilusiones se han marchitado y muchas esperanzas defraudado. Vamos sencillamente á la consecución de un fin realizable, cuya utilidad está en la mente de todos. Aislados como estamos, abandonados á nuestras propias fuerzas individuales, el caciquismo nos humilla, la intrusión se propaga, la inmoralidad cunde y las amarguras profesionales presentan un cariz desconsolador de continuidad y permanencia: empero si nos agrupamos como hermanos, si formamos una colectividad, una gran familia, los lazos de amistad se estrechan, las aspiraciones se confunden, y entonces, señores, removeremos con la mano de hierro que la unión protejo, todas ó gran parte al menos, de las causas que hoy motivan la decadencia de nuestras clases. He ahi en globo la síntesis de la Asociación, si descendemos á detalles ello es tan variable cual la multitud de individualidades, poblaciones ó regiones que abraza. Yó prescindo de todo utilitarismo que la asociación nos presta, ya que ha de comprenderse en el respectivo reglamento, y me fijaré tan solo muy compendiosamente, en dos puntos muy esenciales bajo los cuales debe considerarse la Asociación:, beneficios prácticos de la asociación durante y después de la vida de los aso¬ ciados: del primero poco pienso decir, algo mas estenso debo ser en el segundo. Durante nuestra vida, auxiliarse mútuamente en enfermedades, no tan solo con la asistencia recíproca y la de los respectivos partidos ó clientelas, sinó con socorros materiales efectivos siempre que fuese necesario,— coma yá propuso en su día la Asamblea médico-farmacéutica de 1871— defendernos, también, mutuamente del enemigo común la intrusión, el caciquismo y.... ¿quién lo dice?.... yo no lo digo, dígalo quien quiera, pero de algo mas hay que defendernos, de ese algo que á la sombra de la amistad.... se nos entra por las puertas y convierte después en encarnizado enemigo : gestionar activamente donde y como sea menester, en pró de los intereses de la sociedad y de los individuos á ella pertenecientes....: procurar, en fin, para la Asociación y asociados la mayor suma de beneficios posibles, así dentro de sus partidos como de las autoridades, con quienes deben entender Todo esto en vida, después de nuestra desaparición, si miramos las cosas de tejas arriba, digo mal, si desde alia... (¡..., !).... miramos nuestras cosas de tejas abajo, si contemplamos á nuestras esposas, á nuestros hijos.... ¡cuanto desencanto! ¡que amarguras! ¡cuantas lágrimas! ¡¡hay!! entonces señores, entonces los supervivientes asociados necesitamos de mayor abnegación, más desprendimiento, más caridad;... si, hermanos mios, más caridad; no se trata nó de una combinación bursátil mas ó menos reintegrable; menos de una asociación mas ó menos utilitaria á nuestros cálculos; no se trata de nuestra defensa de antes, ganando....; se trata de una verdadera obra de caridad, caridad para la tristísima viuda quien la apenan los dias que ha de sobrevivimos por las privaciones porque ha de pasar, caridad para el desvalido huérfano quien jugueteando al lado de los restos inanimados de aquel por quien vive y que cree dormido, por quien á recibido y dado á su manera una educación mas ó menos esmerada y unos hábitos mas ó menos desahogados, ignora, ¡inocente! la ninguna significación, la decadencia en la escala social á que queda reducido ¡Pobres y desvalidos huérfanos..! san-