LA ASOGI ACION. que se hubiesen destinado á las elaboraciones mencionadas; expresando á la vez las condiciones sanitarias en que las hayan encontrado. 9. ° Que los Gobernadores de las provincias cuiden con especial solicitud del cumplimiento de las precedentes disposiciones, insertándolas como recordatorio en uno de los Boletines oficiales del mes de Octubre de cada año. 10. Que debe prohibirse en absoluto la matanza de reses, especialmente animales de cerda de las destinadas al consumo, en los pueblos en que el Ayuntamiento no tuviese para el servicio de inspección de carnes los instrumentos que la ciencia aconseja como necesarios. De Real orden lo digo á V. I. para su conocimiento y efectos consiguientes.» Lo que he acordado publicar en este periódico oficial para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde á V. í. muchos años. Madrid 9 de Octubre de 1883.— El Director general, Pedro A. Torres. — Sr. Gobernador de la provincia de Al reproducir en nuestro periódico la Real orden que antecede, que se ha publicado en el Boletín oficial de la provincia número 46, correspondiente al dia 16 del presente mes, solo diremos por todo comentario, que esta vez trabajito les ha de costar á quienes corresponde para eludir la responsabilidad en que incurren por su proverbial indiferencia y constante impunidad en el asunto. AMOR Y FRATERNIDAD, Tendía la noche su manto de viuda sobre la tierra, dejando una melancolía vaga y lacrimosa, que el corazón triste libaba con avidez, por hallarse en armonía con sus desencantos y esperanzas desvanecidas. Un eco misterioso se escuchaba, que esparciéndose en la bóveda del templo, parecía repetir la estrofa del malogrado Zea, en su poesía A las campanas: ¡Ahi del que aislado llora alzando, en su pesar, tristes cantares, sin que, al brillar la aurora, su luz consoladora disipe, con la sombra, sus pesares! De pronto resonó entre el confuso ru¬ mor de aquellas vibraciones de tristura, una palabra simpática y arrebatadora, cuyas nueve letras y cuatro sílabas, decían: Asociación. El que estas líneas escribe, leyó en un periódico de Teruel, aquella palabra; y recogiendo las notas que su resonancia hizo llegar á su oido, pulsó su arpa solitaria y triste, y repitió con Ruiz Aguilera: ¡Paso á mi yoz\ atrás, turba de cieno; gigante impulso á mi ambición alienta; préstanme fuerza el huracán y el trueno; y ese Dios que cabalga en la tormenta, pondrá en el arpa mía, de los cielos la mágica armonía. ¿Qué influencia pudo ser aquella, que tanta impresión hizo en mi alma? La explicación me la dió el número que se refiere á las numerosas adhesiones, que, al grito del brioso y denodado Garcés y demás adalides de redacción, fueron á hacer magna una famosa junta de entusiastas hijos de Esculapio, que demostrándose dóciles á las palabras de Fr. Luis de León: ¡Oh despertad mortales, mirad con atención en vuestro daño!,, potestaron contra las aberraciones de los tiempos fatales para la gran familia médico far - macéutica-veterioaria, causándole indecibles martirios. La Asociación, se titula ese heraldo de la emancipación porque pugna toda alma creyente y humanitaria. La Asociación, es el simpático nombre que lleva aquella Fámula de armonía y solidaridad profesionales. En el palacio azul de las estrellas, se hallan escritas palabras de consuelo para la humanidad. ¡Salve, salve mil veces, protectora del hombre peregrino; ¡Oh diosa del amor consoladora. Astro de luz divino! En la negra aflicción te busca el hombre, que derrama en su llanto, perlas de fó, que al invocar tu nombre, adornan las guirnaldas de tu manto. Prosternado ante sí, te pido y ruego, que cesen de punzarnos los abrojos de proscripción y triste desconsuelo, iluminando mis cansados ojos. Véate yo, piadosa, y de esta suerte al tender por el mundo la mirada,