LA ASOCIACION. con los facultativos como á mi me está sucediendo? Pues, todo esto de que vengo hablando, se refiere á que el Ayuntamiento que tuvo á bien nombrarme Titular de Celia, fué suspenso en el mes de Enero pasado, y por consiguiente el nuevamente nombrado, no habla de ser de las mismas ideas que el saliente, porque para eso, no hubiera habido esta trastormacion, coa cuya metamorfosis sucedió lo que se esperaba: cámbio intantáneo de todo el personal, incluyendo al Médico-titular, haciendo caso omiso del contrato que se tiene hecho y por consiguiente saltando por encima de lo que previene la ley. Por lo tanto, por el bien de mis compañeros, me considero obligado á dar algunos detalles de lo que sucede en el importante pueblo de Celia, porque muy fácilmente se pueden figurar que por ser tan nombrado este pueblo se piensen que sea esto Jauja y luego se lleven un solemne chasco. Con esta ocasión, Sr. Garcés, y anticipándole las gracias, se ofrece de V. su afmo. S. S. y compañero Licenciado, Salvador Anadón. SECCION CIENTIFICA. Un caso de satiriasis y pnapismo. El Dr. Polo Giraldo, publica en Eli Diotdmen el siguiente caso de satiriasis y priapismo observado en la Clínica médica, primer curso, del hospital clínico. Trátase de un joven vecino de Madrid y de oficio cerrajero, que á la edad de ocho años experimentó por vez primera el goce genésico. Iniciado tan prematuramente en los misterios do Vénus, no es de extrañar que su juventud haya sido una no interrumpida série de abusos coitales y onanistas, entregándose con verdadero ensañamiento á las prácticas más repugnantes, en brazos de esas pobres mujeres que hacen de sus encantos el infame pesebre de su estómago. De sus lides amatorias conserva, si no honrosas, al menos indelebles cicatrices de manifestaciones sifiliticas y venéreas. Tratado convenientemente, vió poco á poco ir desapareciendo las huellas de la discrasia sifilítica, y durante un semestre, en que perfnaneció encerrado en casa bajo el inteligente cuidado del médico y el esquisito desvelo maternal, recobró sus antiguas fuerzas y principió a experimentar frecuentes y prolongadas erecciones, que iban precedidas de ensueños voluptuosos y seguidas de polución. Emancipado hasta cierte punto de la tutela paternal, gracias á su edad (diez y nueve años), repitió sus visitas á la mancebía, y notó que su potencia se exageraba, hasta el punto de poder verificar durante una sola noche veinticuatro asaltos, sin experimentar más que un cansancio general insólito y un horrible dolor de tirantez -en la región epigástrica que le duraba de tres á cuatro horas. A pesar de la demacración, que hacia rápidos progresos, y de sus deseos vivos de contenerse en aquella fatal pendiente, le era imposible permanecer en los límites de una relativa continencia, y crevendo que la vida del campo podría mejorar su alarmante estado, abandonó la corte, yendo á vivir á un pueblo de la provincia de Toledo, en compañía de una tía suya. Los primeros dias de su permanecencia en esta localidad, parecían algun tanto mitigados sus instintos genésicos; pero de repente, un dia, y mientras almorzaba tranquilamente con la referida tía, que por su edad y sus achaques podia muy bien considerarse como antídoto de la lujuria, sintió de repente una especie de vértigo, acompañado de viólenla erección, y arrebatado por el demonio de la lubricidad, acometió á aquella pobre mujer, que pudo librarse de este ataque de sátiro gracias á la oportuna intervención de algunos vecinos, atraídos por los gritos de la víctima. Encerrado en una habitación, se entregó repoíidísimas veces á repugnantes maniobras, después de las cuales entró en un período de calma, que se interrumpía por furiosos accesos á la vista de una mujer de cualquier edad ó condición. La presencia de su misma madre era bastante á excitar en él aquellas asquerosas crisis, que se revelaban por frases óbscenas y atrevidas, gestos indecentes y actos altamente reprensibles. Así permaneció por espacio de cinco meses, privado de la libertad y de la luz en un cuarto oscuro, en donde yacía atado en la cama, teniendo perfecta conciencia de su lastimoso estado. En esta época se inició una mejoría que se ha ido graduando especialmente desde su ingreso en la Clínica citada, pero dista mucho de estar curado, puesto que, aunque con menos intensidad, experimentaba hoy indudables tonturas á la vista de sus hermanas, que alguna vez se han permitido hacerle una imprudente visita, ó de cualquiera otra mujer, sin que la ponga á cubierto de sus deseos libidinosos ui el escudo de la decrepitud, ni el de la inocencia angelical de la niñez. ¡Terrible misterio psicológico! Él siente toda la fealdad moral de sus apetitos, y se confiesa impotente para dominarlos. En el fondo de su conciencia se entabla frecuentemente una lucha titánica entre las excitaciones sensuales por un lado, y sus ideas de virtud y conveniencia por