LA ASOCIACION. el primero ha popularizado ea Rspaña: en el segundo le juro obediencia, fidelidad, sumión á quien nadie obedeció, á quien tanto desatendieron: en el tercero yo venero é inclino la cabeza ante el hombre, cuyo retrato tenemos á la vista y cuya mirada parecía recordarme los célebres versos de Ovidio cuando estaba desterrado en el Ponto Euxino: Dum felix eris nmltos numeralis amicos, témpora si fuerin solus eris: y finalmente, bajo cualquier concepto, y al obrar así. al rogaros vuestro óbolo, yo doy y con él dais la ofrenda, el presente, la d;'uliva de vuestra consideración, de vuestra ternura, de vuestra gratitud á quien fué merecedor de toda esa serie de sentimientos que brotan en las almas grandes. Rindamos, pues, parias; tributemos homenaje á Lóseos; el ejemplo viene de arriba, que los de abajo, que vosotros los profesores rurales no amarguéis, con una indiferencia más, los nobles impulsos de quien por entero está entregado hoy á la dignificación de la clase ea la simpática figura del sabio botánico aragonés. Los días pasan, el último día de Mayóse aproxima, y para entonces, hemos de saber á qué atenernos en tan importante asunto. ¡Que no falte uno! Un anónimo. — Fechada en el «partido del Desengaño á 5 de Abril del 89» y firmada por «El encubierto, » hemos recibo una carta, cuya lectura prometemos á nuestros abonados con las consideraciones que nos sugiere, y en la que en último término nos excita á" «resucitar al cuerpo putrefacto médico municipal.» Ahora, y en el limitado espacio que podemos disponer, solo nos permitimos hacer observar que el encargo no es muy limpio que digamos: si el cuerpo médico-municipal está en putrefacción, lo mejor que podemos y debernos hacer es apartar de él la vista con horror y el estómago con asco: pero no hay tal; aquí lo que ha sucedido es que, para su confección, se le ha añadido una levadura averiada y su fermentación hadado lugar á esos microbios de que nos habla el anónimo escritor. Deseche éste el pseudónimo de «El encubierto,» y con valor, á la vez que con fundamentos sólidos, cuéntenos las historias «en las que figuran como actores algunos médicos que mandan escritos á su periódico, figurando entre los mas allegados y voceadores...» que en ello hemos de ganar todos. Ya ve el colega que nosotros no nos mordemos la laugua, ni nada nos detiene al publicar ciertos escritos. Haga otro tanto «El encubierto,» que en ello nada pierden y lo repetiremos otra vez, los intereses profesionales. Por lo demás, eso de que mientras no de¬ fendamos lo que el colega nos propone (y va veremos si lo hemos defendido, y donde estaba entonces «El encubierto»), «La Asociación se cotizará siempre á la baja y con exposición de perder el capital.» eso... nos tiene sin cuidado, no nos detiene. Si nos atuviéramos á lo recaudado en la Administración, largos días há que La Asociación hubiera muerto. Precisamente estos días (17 Abril) recibimos carta del Administrador en la que nos dice que «la Casa me amezaza con echar el periódico á la calle si pronto no liquidamos el importe del trimestre vencido eu Marzo...», y con 20 fanegas de centeno, que se había de comer mi caballo, y 200 reales que ahorro imponiéndome el castigo de no frecuentaren dos meses el casino, hoy (28 Abril) el periódico estará pagado por aquel y por el actual trimestre. De donde resulta, que no solo yó, si que mi caballo también, és víctima propiciatoria de esta chifladura que el demonio me ha metido y que ni las súplicas de los amigos ni los ruegos de mi mujer me sacan. Todo, por supuesto, ad majorem medicorvm gloriam, á menos que usted, como muchos, no tvaAMzc&x). \)ov ad usum Delphinis, ó como si dijéramos, una bisutería al por menor. 11« sobremesa. — En carta particular nos dice el Sr. Gasque entre otras cosas. «El niño sigue hoy (20 Abril) perfectamente, salvo la afección bronquial, aunque muy aliviada merced á los balsámicos que sigue tomando; no ha tenido mas convulsiones, ni edemas, y ha mejorado notablemente su nutrición...» Y ya que de esto nos ocupamos, y por mas que el buen criterio de nuestros lectores lo habrá salvado, hemos de corregir dos erratas principales en la historia del Sr. Gasque. En la página 7, columna 2.a. linea 23, donde dice «hiperencia,» áehe decir Mperkemia; en la página 8, columna 1.a, línea 6, donde dice «generales crónicas», debe decir clónicas; amén de Roteo, por Proteo; pretectoris por prefectoris y otras, disculpables en quien ni siquiera es académico de la legua, y mas disculpables aún para los señores tipógrafos encargados de hacer el periódico, quienes sin un corrector de pruebas en Teruel, y á la vista solo de los originales, hacen el periódico sin ayuda de ningún género. No olviden esto nuestros compañeros. — Hemos recibido los dos primeros números do El Cronista periódico político independiente y que con propósitos laudables ha empezado á verla luz pública en Teruel. A perseverar en ellos, y eu la actividad desplegada por sus redactores en los dos primeros números, nuestro aplauso será con el colega. Procure, pues, sostener esa indtpendiencia que ostenta, que