LA ASOCIACION. ¡raridad! — La suscripción abierta entre algunos médicos y farmacéuticos, para socorrer á la viuda y huérfano de D. Joaquín Monfort, médico-cirujano, fallecido en Bot (Tarragona) el día 28 de Mayo de 1889, ha dado, hasta la fecha, el resultado siguiente: Pesetas, D. 20 15 5 5 10 5 5 Francisco Rebullida, médico de Belmonte de Alcañiz Vicente Meseguer, médico de Horta. José Segarra, médico de Prat de Compte. 20 Ramón Sabater, farmacéutico de Horta José Masip, médico de Arnés. . . Ramón Contreras, médico de Batea. Rafael Domènech, médico de Villalba. Tomás Ribera, módico de Villalba. Joaquín Gallinat, médico de Jata. relia .... Ignacio Lecha, farmacéutico de Jatarella. . . . . . " . . . Rafael Ferrer, farmacéutico de Gandesa. . . . : . . . . Pió Auba, médico de Gandesa. . . José Borras, médico de Gandesa. . José Antonio Monjada, médico de Rineu Simón Gallissá, médico de Miravet. Francisco Solí, médico de Mora de Ebro 2 ^Cristóbal Lóseos, médico de Torrecilla de Alcañiz 10 José Pardo Sastrón, farmacéutico de Torrecilla de Alcañiz. . Manuel Rodrigo, médico de La Cotonera: . . . . . . . . . Trineo Molins, farmacéutico de La Codoñera. ........ Dalmacio Morera, médico de Castelserás. . . Francisco Micolau, médico de Valdealgorfa 5 José Garcés, médico de Santa Eulalia. ... ... * . ■ . ■ . 10 10 5 2 5 10 5 5 10 Total. 182 ¿Quieren ustedes, potentados médicos, hartuzo.s farmacéuticos, quieren saber cómo pide aquella viuda? Leedlo, pero no olvidéis que es el lenguaje de la desgracia y de la miseria, en la cual quisiera ver envueltos á los que hoy en la abundancia, acaso acaso se burlen de nuestro filantrópico proceder. Una asociación de socorros-mutuos, siquiera para estos casos, pondría á nuestras viudas é hijos á cubierto de la indigencia, pero ande usted con estas miserias á los que hoy de nada carecen. Eso sí cuando viene el fatal momento, entonces todo son fantasías y proyectos acerca de las utilidades que una buena asociación podía reportar, etc., etc. Pero dejemos ésto, como yo pronto dejaré otras cosas para no acordarme ya más, y veamos lo que dice aquella señora á los compañeros de su marido. « La que tieue el atrevimiento de diri- agirse á ustedes, es la desconsolada viuda del ^profesor, su compañero, D.Joaquín Monfort, »suplicándoles que si pueden hacer algo en ^beneficio de éstos dos seres desgraciados, lo 5>hagan, délo cual, sobre quedarles eterna»mente agradecidos. Dios se les pagara — .. »Hay muy poco en que ganarse la vida; si»quiera Dios me abra un camino, pues mis »fuerzas son pocas y mis costumbres nada á »propósito para la labor á que una mujer de mi ^condición puede dedicarse. Pero me dedicaré; la manutención de mi hijo exige el tra»bajo de la madre que con dignidad llevaré... »Soío pido á Dios sean ustedes más previ»sores y tomen parte en alguna asociación ó Mnonte-pío para que sus esposas é hijos no se svean un día en el apurado trance en que yo »me veo »Hoy estoy con un hermano de mi madre »que ya nos mantiene cuatro meses; tiene »buen corazón, y Dios se lo pague: pero no es. »rico; así que no tengo más remedio que vol»ver en busca de mi familia, de donde me salearon, pero estoy falta de recursos; si buena»mente me pueden hacer una limosna, hágan»lo por Dios, que Dios se les pagará al oir mis »ruegos por la vida de mis bienhechores ». Así habla la desgracia, á tanto obliga la miseria Nosotros descargamos nuestra conciencia con predicar un día y otro los males, de la clase por esa indiferencia musulmana que nos caracteriza, y con mandar nuestro óbolo á aquel infeliz, y desgraciada madre; vosotros pensareis en cambio de mis buenos propósitos como queráis, y mandareis ó no mandareis la limosna que por Dios os pide ¡la esposa de un compañero! i ¡la hermana de vuestras esposas!! ¡¡¡el huérfano de un hermano vuestro!!! Aquellos de nuestros compañeros que quieran interesarse por estos desgraciados, harán una verdadera obra de caridad mandando lo que puedan á D.a Joaquina Fabregat, viuda, en Luco de Bordón. Y ya verán ustedes lo diligentes que son. A la una, á las dos, á las trés. Pierdo las orejas si llegan á.. ¡tres!. i>e sobremesa. -Nuestro apreciable colega El Turolense. anuncia su suspensión por poco tiempo. No es, pues, una desaparición y de ello nos alegramos, que grata