LA ASOCIACION. ellos tenido en caeuta para nada el Real decreto de 27 de Mayo de 1855 sobre la presentación de títulos. ¿Y les parece á ustedes que es esta ocasión oportuna para examinar á qué se debe tanto abandono por unos y omisión tanta por otros? Pronto lo vamos á ver, y no estará demás apuntar que si el Gobernador cumple y hace cumplir á todos, cuanto sobre legislación sanitaria y sabdelegaciones hay vigente en las leyes, reglamentos y decretos, no seremos nosotros los últimos en prodigarle entusiastas y sinceros aplausos. Un médico de espuela. HOMENAJE Á LOSOOS. Firmada por algunos de los suscriptores del homenaje á Lóseos, recibimos la adjunta carta cuya lectura recomendamos á los que alude, y sin que por nuestra cuenta dejemos de decir dos palabras. Dice asi: . 28 de Julio de 1890. Sr. Director de La. Asociación. Muy señor nuestro: Nos extraña sobremanera que en cuatro números sucesivos de su periódico no haya dedicado una linea siquiera al estado en que se encuentra el asunto del monumento á Lóseos, y cuando su actividad fué tanta, su silencio nos preocupa fundadamente. A desvanecer esta nuestra preocupación va encaminada la presente y para ello empezamos por preguntarle. ¿Sabe usted alguna cosa del estado en que se halla la cuestión? Si lo sabe, díganoslo; y si no lo sabe..... oriéntenos de cuanto al asunto sea. pertinente para el mejor concepto nuestro á ulteriores reclamaciones. Varios suscriptores, en cuyo número nos contamos, tenemos curiosidad por saber qué se hace en este asunto, y como usted sin duda comprenderá, nuestra curiosidad es una cosa muy puesta en razón. Pasan dias, semanas y meses, y nada se publica, ni nada sabemos que venga á satisfacer esos deseos. Sabemos, si, que la Comisión de Alcañiz, ha convocado á sesión más de una vez; han sido pocos los que han acudido, es cierto, pero creemos que la Comisión ha cumplido con los suscriptores, los cuales, en el hecho de no acudir, han abandonado la gestión del Monumento á la Comisión que los convocó. En este caso ¿qué ha hecho la Comisión? Hay ciertos asuntos que no pueden dejarse de la mano, porque corren peligro de que se olviden, que se abandonen y por esto conviene que se lleven á cabo con actividad y en breve tiempo. Suponemos que Alcañiz se habrá puesto en inteligencias con Teruel, y por ello, que á estas horas sabrá si Teruel cede ó se niega á conceder á aquella lo que desea. Suponemos que Alcañiz habrá discutido el asunto con madurez y tomado una resolución, pero con todo, nada en concreto sabemos. Nosotros, decididos alcañizanos, quisiéramos que el Monumento se erigiera en nuestra tierra; pero si, vistas y atendidas las razones y circustancias que los de Teruel aleguen en su favor, esto no puede ser, nos resignamos á lo que la Comisión de Alcañiz determine á trueque de que la inteligencia sea perfecta y la obra se levante lo antes posible. Esto, á todos conviene, antes que se dé el caso de que las gentes se aperciban del papel poco airoso que estamos representando con menoscabo de la gloria provincial que tratamos de perpetuar. Sabemos de algunos suscriptores, que doblarían sus cuotas con tal de ver pronto terminada la obra. ¿Merece esta idea su aceptación? A su iniciativa la dejamos, pues, y cuente para ello con sus afectísimos S. S.» -(Siguen las firmas.) Empecemos por lo último. La idea de que los admiradores de Lóseos se hallan en disposición de doblar las coutas, es la que más nos halaga, si el monumento ha de ser digno de la provincia y de Lóseos. Por nosotros aceptada y desde luego pondremos á disposición del depositario la cantidad correspondiente, que siempre, siempre, siempre hemos predicado con el ejemplo. Imítenmelos firmantes y todos los amantes de Lóseos, pues desgraciadamente la cantidad recaudada no es para dar gran desarrollo al pensamiento. Por lo que hace á lo que haya podido mediar entre las comisiones de Alcañiz y Teruel, sabemos que no sabemos nada. Cuanto hemos escrito de esto, ó lo hacíamos por referencia ó tomándolo de El T%rolense, cuyo director como farmacéutico fué el iniciador, con nosotros, de la idea. Hoy, suspendida aquella publicación, con gran disgusto nuestro por otras razones también, y lejos de la Junta, ¿á dónde hemos de acudir á beber para informar á los donantes? Si esas Juntas, se dignaran participarnos algunos de sus acuerdos, ellos ocuparían las mejores columnas de nuestro periódico, y todos sabríamos á qué atenernos. Ahora, como particulares, no tenemos tampoco inconveniente en exponer nuestra opi• nión, si es que ella sirve para llevar luz al asunto un tanto oscuro para los firmantes de la carta anterior como para muchos de los que en esto han puesto su atención.