Año VIH. Teruel 30 de Diciembre de 1800. Núm. 182. AS OCI AGIO PERIÓDICO QUINCENAL DE CIENCIAS MEDICAS J ASUNTOS PROFESIONALES DIRECCIÓN EN MADRID: Bd. José Ourcés Tormos, Médico del Asilo de Inválidos del Trabajo en Vista Alegre , Carabanchel bajo, é donde se dirigirá toda la correspondencia científica y cambios. Se publica los días 15 y 30. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN. Un ano. . . 5 pesetas. B*a^o anticipado. ADMINISTRACIÓN EN TERUEL: Antonio WiBKanueva, Regente de la Imprenta de la Beneficencia de Teruel, á donde se dirigirá toda la correspondencia administrativa, pago de suscripción, y reciamacióm de mímeros. CRONICA. 1800. — Nada bueno podemos decir, que favorezca los intereses profesionales, del año que vá á finar. Y menos me prometo poder ofrecer del que Tiene, si la clase sigue el camino del retraimiento y de la indiferencia que le es proverbial . Próximas unas elecciones generales, ocasión era á un vigoroso despertar si todos nos inspiráramos en un mismo sentimiento, en un mismo ideal. Y por hoy, en medio de los múltiples problemas que al bien de la clase tienden, á dos solos puntos limitaríamos nuestras exigencias cerca de los candidatos que nos suplicaran el voto. Porque ya lo verán ustedes; nos suplicarán, pero nosotros no sabemos exigir. Sea lo uno ó lo otro, los dos puntos á que nos referimos sen; la reforma radical del Reglamento de partidos médicos y el pago de nuestras viudas. Temas son estos, que han de ocuparnos durante el próximo año, con lo cual y desearles felices pascuas, cumplo con lo que me había propuesto al despedirme del año 1890. L·a viruela. — No podía suceder otra cosa. Un pueblo indiferente á los estragos que la epidemia causa: refractario á la profilaxis que la ciencia aconseja y los resultados acreditan, pone de su parte cuanto puede para que el mal se sostenga, se difunda el contagio y como consecuencia natural, la mortalidad aumente. Yes bastante poner. Que no otra cosa significa el abandono, y si se me apura un poco, el horror, conque los cultísimos moradores de la coronada villa y pueblos adyacentes miran la profilaxis de tan repugnante enfermedad, la revacunación y vacunación. Y, consecuencia natural, la viruela va en aumento. A falta de la autoridad que no tenemos, y convencidos de la eficacia de la revacunación, nos apoyamos en lo de un distinguido médidico, el Dr. Pulido, que á este propósito escribe: «No vemos otro remedio eficaz contra la epidemia que la revacunación. Es deplorable que las gentes no acudan á los Institutos apropiados y que se conserven sin revacunar las siete ú ocho décimas partes de la población. Cuando el Sr. Martínez Pacheco recordó al Sr. Silvela, en la inauguración de los trabajos de la Sociedad de Higiene, que desde el año 1885 Prusia no pierde un individuo por esta enfermedad, gracias á la vacunación forzosa, el ministro de la Gobernación invocó otro dato á favor de la misma tesis. Dijo que la guarnición de Madrid, gracias á su obligada revacunación, se viene conservando inmune en esta epidemia, sin embargo de que sus individuos viven en contacto con la clase social que más sufre sus estragos. Si nosotros hubiésemos hablado allí, todavía hubiéramos invocado otro dato, también rec ien te . Desde 1870 á 1873. Holanda perdió 20.575 individuos por dicha enfermedad. Impuesta desde entences la vacunación con más severas leyes, la mortalidad ha ido descendiendo anualmente, hasta el punto de que en lo que vá transcurrido de 1890, solo se ha registrado un muerto por viruela en todo el reino. ¡Datos de este valor no pueden discutirse!