(44) mim acuerdo , y trataron cada una por su camino propio de trastornar el orden prescrito. Para evitar un mai mayor , era absolutamente necesario introducir y sufrir un mal menor. De aqui las guerras , las cárceles , los suplicios , y éstos y otros cauterios introducidos también por común consentimiento para atajar el desorden , y una disolución universal , son el Derecho de gentes secun- Divididos los hombres en varias Sociedades y Gobiernos, y llevando consigo à todas partes la necesidad y