XXXII si no, no, y el seré vuestro rey en tanto cuanto cumpla la- pactado y si no, no, ya- que podréis alzar nuevo rey entonces, tomándolo cual queráis y de donde queráis. Más grande nos lo pareciese aún, si posejésemos los archivos y códices destruidos por las llamas y por la ira del Qeremonioso; y si la brama que envuelve el alba de la dominación musulmana no hubiérase Lecho más densa, á medida que han aumentado las modernas investigaciones. Por lo que de ella conocemos, es un poema caballeresco, pues la verdad resulta poesia; es una página do los anales de la humanidad, parecida á la de la Ciudad de los Césares, pues si en la Ciudad de los Césares las ideas todas coníiuyen en el majestuoso rio que recoge los caudales de la antigüedad y se llama Derecho Romano, en Aragón los caudales de su vida confluyen en el Derecho; aquí tan amado que jamas se toleró su mengua; de lo cual procede el poder de nuestras instituciones nacionales, «cimentadas en el respeto de los ciudadanos y sobrepuestas á la tornadiza voluntad de los hombres;....» aquí tan amado!, que si un día lega su corona al Temple, el héroe cuyo espectro vé la imaginación en los memorables campos de Fraga, el nieto de los que tuvieron cuna de peña en las fragosidades de Uruel, protesta contra la voluntad de D. Alfonso y rescátase á si mismo; y si Pedro 11, dá en feudo al Pontífice su reino, el reino dice á Roma que no es él un patrimonio del monarca y que los aragoneses se deben ante todo y sobre todo, á sus sacratísimas leyes. Aragón posee un espíritu recto y justiciero: está dotado de bondadosísima tolerancia; es el país de la discreción y la agudeza, de las colectividades robustas; sus hijos saben obedecer, son dignos en su modestia, y abnegados siempre; de todo lo que procede su aptitud para la Jurisprudencia. El objetivó su vida, en las creaciones jurídicas más originales, en máximas consuetudinarias amparadas por una codificación tutelar y espansiva (i) cuyo criterio es el standmt est chartcs y cuyos principios capitales constituyen el ideal de hoy; y por esto la en que vivimos, es la tierra de la libertad civil y de la costumbre formulada en preceptos. Nos . i J} Costa.* ■ ' . ■