A la entrada de la ciudad salió a recibir a las autoridades de la provincia el Ayuntamiento de Tarazona, bajo mazas, las autoridades locales, los maestros y maestras nacionales y gran cantidad de público. También acudió a saludar a los expedicionarios el obispo de la diócesis, Padre Mutiloa. Organizada la comitiva precedida de la banda de música y de varias secciones de milicias, se dirigió al grupo escolar "Allué Salvador", magnífico edificio destinado a la enseñanza, uno de los más amplios y mejores que hay en la provincia. A la entrada del jardín que lo circunda se procedió a descubrir el rótulo que da el nombre de AJlué Salvador a la escuela. Dicho rótulo es una artística obra de la Casa Quintana, de Zaragoza. Seguidamente en el interior del edificio y con asistencia de las autoridades llegadas de Zaragoza y todas las de Tarazona, más gran masa de público que llenaba el local, celebróse un acto académico, que resultó brillantísimo. Una niña y un maestro hablaron en nombre de los alumnos del Magisterio del Grupo escolar, respectivamente. Luego el alcalde de Tarazona, señor Ilarri, habló para ofrecer la dedicatoria del Grupo "Allué Salvador". Y éste cerró el acto con sentidas palabras de gratitud y de elogios para Tarazona, por sus anhelos en pro de la enseñanza. Todos fueron muy aplaudidos. Terminó el acto con entusiastas vivas a España, a Franco y a Tarazona. Terminado el acto' académico en el grupo escolar "Allué Salvador", se trasladaron todas las autoridades de la ciudad y provincia al Orfanato de Guerra, donde se celebró una amena velada para allegar recursos con que adquirir juguetes de Reyes. En esta velada hubo películas cómicas, recitado de cuentos baturros por el popular Mamerto Lobera; poesías declamadas por la gentil y notable recitadora Aurorita Royo y canciones variadas y jotas, que- cantó con buen estilo, el niño Celso García. Además hubo reparto de premios a los muchachos del Orfanato que más se han distinguido en las clases. En resumen: una brillante jornada, que pone muy en alto el buen nombre del pueblo turiasonense. F. de C. EN TODA SU INTEGRIDAD Bajo el título "Realidades", un escritor concienzudo que conoce a fondo el paño y como tal, da de Heno en el clavo, publica un breve pero sustancioso artículo en el ni> mero de octubre de esta revista. El señor Cavero Tranzo, con visión certera, señala las que pueden y deben ser realidades indiscutibles, que jamás debió Zaragoza perder y que únicamente en un momento de incomprensible y lamentable decadencia, pudo dejarse arrebatar. Cita la Academia General Militar y la Confederación del Ebro, que han de volver en toda su integridad. Quédese la primera, para que de ella hablen más autorizadamente los técnicos. En cuanto a la segunda, únicamente una baja pasión política pudo desvirtuarla para satisfacción de venganzas personales aprovechando la inconcebible carencia de virilidad de un pueblo que, como Zaragoza, supo mantener siempre con altanería sus fueros y sus prestigios, y que con tanta mansedumbre dejó entonces perder. La Confederación del Ebro, tal y como fué concebida y organizada, era simplemente una obra genial ; con sus organismos dependientes de la Central, con sus Juntas Sociales como estaban constituidas, realizaba fructífera labor en provecho inmediato de la región, que rápidamente hubiera sido transformada y enriquecida. Al funesto cambio de política que tan irreparables daños acarreó, adueñóse de la situación la más baja pasión y los peores instintos. Y desde entonces la Confederación que por egoísmo debía haber surgido por encima de todas las veleidades, fué dando tumbos, perjudicando enormemente los intereses del país. Hubo un ministro comprensivo, de grata memoria; el conde de Guadalhorce. Le sustituyó un ministro amoral e ingrato. Albornoz, que precisamente debía a Zaragoza su primera acta de diputado, y luego fueron infinitos los delegados del Gobierno y los directores técnicos. ¿Obtuvo algún provecho el país? Tal como estuvo constituida la Confederación, como humana, no era obra perfecta ; pero justo es recordar que a pesar de sus defectos, todos ellos transigibles y reformables, rendía enormes beneficios a la región y que esos beneficios, reconocidos por propios y extraños, fueron lastimosamente aventados, pero con mucho mayores gastos por la política torpe y nefasta que supo introducir nuevos dispendios sin eliminar sus defectos. Y todo ello se llevó a cabo para alimentar odios y rencores personales, dando de comer a las fieras para que cesaran en sus rugidos y colocar después con más pingües sueldos a (juienes jaleaban al César, aunque fueran ineptos para desempeñar su cometido. Ahí están para irrecusable testigo, solamente en nuestra provincia de Huesca, las obras hidráulicas que habrían de modificar la faz de la misma ; todas, en próximas vías de ejecución al advenir la nefasta República; Pantanos del Vadiello, del Calcón, del Escalerón, de Alquézar, de Roldán, etcétera, etc., con proyectos terminados y consignaciones en los presupuestos ; vino la fiebre republicana y con ella la completa y ruinosa paralización de tan importantes mejoras, habiéndose perdido estérilmente varios años imposibles de recuperar. Vuelva, pues, la Confederación, pero en toda su integridad, esto es : con sus mismas Juntas Sociales y de Obras, con los mismos síndicos y usuarios injusta y bárbaramente destituidos por un acto indigno de cacicato, que todo aquel primer personal, encariñado y conocedor de la obra, será el más apto para darle impulso y depurar las imperfecciones que pueda tener. Como desacato honrado, vuelvan los mismos con iguales funciones, los que hayan tenido la suerte de sobrevivir a tanto vilipendio y a la catástrofe producida por los que así desconciertan Confederaciones, como preparan asesinatos. Y vuelva también la autorizada y docta pluma del señor Cavero Iranzo a ponerse al servicio de tan nobles y elevados ideales. — Luis Mur.