SANTUARIOS MARIANOS DE ARAGÓN Nuestra Señora de M onlora en Villa de Lun Uno de los Santuarios más venerados, célebres y hermosos de Aragón es el Santuario de Nuestra Señora de Monlora, situado en el término municipal de la villa de Luna, en la provincia y Arzobispado de Zaragoza, a tres o cuatro kilómetros de dicha villa. Este Santuario está edificado en la cumbre d'e una montaña. Muchas de las apariciones marianas se han realizado en los montes que por esos prodigios quedaron consagrados al culto de la Virgen y son lugares preferidos por la piedad de los fieles cristianos para las manifestaciones espléndidas de su devoción y para elevar desde ellos al cielo, como nubes de oloroso incienso, sus plegarias y fervorosas oraciones. En Aragón son muchos los montes coronados y santificados por santuarios de la Virgen. El Moncayo, el de Sancho Abarca, el de Herrera, el del Aguila. La Virgen ve desde esos lugares toda esta tierra de Aragón que es suya y es su reino escogido, su mansión predilecta, porque de ella tomó posesión con su venida en carne mortal a Zaragoza. ¡ Bendita tierra y dichosos pueblos, que hacia donde quiera que miren sus ojos ven esos santuarios que son como faros de misericordia y de amor que irradian1 por todas partes la luz de las celestiales gracias, y fuente de donde desciende el río caudaloso de los favores y protección constante de la Virgen ! En las horas de peligro, en los días tristes y oscuros de la tribulación y de plagas públicas, cuando el cielo está encapotado, el horizonte cerrado y todas las luces de la esperanza apagadas, estos pueblos tienen el consuelo de repetir las palabras del salmista : "Levanté mis ojos a los montes de donde me viene el auxilio". Interior del Santuario de Nuestra Señora de Monlora, sito en el término de Luna. El monte de Monlora, que la Virgen iluminó con los resplandores de su hermosura y santificó con su presencia, es bellísimo. El P. José Antonio de Hebrera, en su "Historia de la Virgen y Convento de Monlora". agota todas las galas de su facundia y de su elocuencia cultista, recargada de ampulosas imágenes y de erudición sagrada y profana en la descripción y alabanza de las bellezas de la montaña de Monlora, en la cual, dice apuró la Naturaleza en su situación, forma, disposición y hermosura todos sus cuidados. Se llama este monte de Monlora, que según unos significa Monte de la aurora, porque en él apareció la Virgen, que es, según las sagradas letras, la aurora bellísima precursora de aquel sol, que según expresión de San Juan, ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Según otros, la etimología de este nombre es Monte oloroso, porque en él crecen y se desarrollan con rica y exuberante lozanía multitud de yerbas y de flores de delicados perfumes y suaves aromas. Este monte está aislado y se levanta como un buque gigantesco anclado en la llanura. Su cumbre es una vasta planicie de una longitud de ochocientos metros y trescientos de anchura, que tiene la forma de ..la cubierta de un buque, más estrecha en los extremos que formán como la popa y la proa de la colosal -nave, y más^ ancha en el centro. La montaña de Monlora, sobre todo la planicie que forma su cumbre, fué un tiempo un parque y jardín espléndido por los árboles, plantas y flores que en ella crecían con exuberante y lozana abundancia. El P. Hebrera, en su "Historia de Monlora", emplea todas las galas de su rica imaginación para ponderar y describir sus bellezas. "Está, dice, pobladísima de encinas, pinos y enebros que por algunas partes forman un bosque impenetrable, por la contextura de verdes bojes erizados espinos, quejigos ásperos y rústicos jarales... El suelo de la montaña es como una alfombra dilatada que con los desvelos del hermoso abril y los cuidados del fragante mayo, tejió la primavera esmerándose en la variedad de las flores, en los olorosos matices y aromáticos recamados. Tres calles tiene muy limpias y espaciosas este abreviado Paraíso, con valla de bojes y guarnecida de carrascas". Hoy todo esto ha desaparecido talado por la furia impía y el espíritu destructor del estúpido siglo xix. Actualmente sólo está cubierto por mata baja. El panorama que se descubre desde la cumbre de Monlora es dilatadísimo y muy hermoso, viéndose los montes, las vegas y los pueblos y villas principales del alto Aragón, de la comarca de Cinco Villas y de la provincia de Huesca, desde el Pirineo hasta el Ebro. La Imagen aparecida La Imagen de Nuestra Señora de Monlora es aparecida. No existen documentos escritos de esta aparición, porque las vicisitudes de los tiempos los hicieron desaparecer y perecieron seguramente en el torrente impetuoso de tantos trastornos, guerras y cambios que se han sucedido en el transcurso de varios siglos. Pero la verdad de la aparición está garantizada por una tradición constante, robustecida por el testimonio de autorizados escritores, el P. Hebrera, Fr. José de Montes, el P. Lasierra, el P. Faci y otros. Según esta tradición religiosamente conservada entre los pueblos de aquella comarca, todos devotísimos de la Virgen de Monlora la aparición de esta sagrada Imagen se remonta al siglo xi o xn y sucedió el día 25 de febrero, de este modo : En la planicie que forma la cumbre de la montaña de Monlora, cubierta entonces .de frondosos bosques de pinos, bojes y carrascas apacentaba su ganado un pastor sencillo y fiiuy piadoso que con gran admiración y sorpresa vió en la mañana de ese día brotar del fondo del bosque una luz tan resplandeciente y tan viva que hacía palidecer la luz del sol; arrastrado por la curiosidad y atraído por un se- 68