Noiiiitiirlaliiira in a LA fábula die las joyas q^ue Doña Isabel la Católica se dice que empeñó para que Colón realizara su famosa expedición, no desaparece a pesar de las pruebas aducidas documentalmente en contra de la fábula y en pro de la verdad histórica, por el gran maestro don Andrés Giménez Soler, por don Hilarión Jimeno, por Pilar Comín y por don Anselmo Gascón de Gotor, entre otros. Y como es una cosa muy bonita, no desaparece, ni desaparecerá por eso, por bonita. Si. non e vero, e ben trovato. Yo estoy en que esa fábula y otras, más que ofensiva contra Don Fernando el Católico es una ofensiva contra Aragón hecha por Castilla y favorecida por la ignorancia de los demás, tanto de dentro como de fuera. Quiero ahora fijarme en pro de ésta mi afirmación en otro hecho, en el cual veo que nadie se ha fijado ni se fija, y que, manoseadlo a diario en escuelas y centros de enseñanza y del saber, no se le da la importancia que tiene -en justicia, y que es para Aragón una ofensa que debemos hacer desaparecer. Este hecho es la nomenclatura de los Reyes de España. Hubo en Castilla once Alfonsos y cuatro Fernandos. Hubo en Aragón cinco Alfonsos y dos Fernandos. Con los Reyes Católicos termina Castilla, termina Aragón como Reino y comienza España, nace España. Como Reyes de España han reinado, entre otros, algunos Alfonsos y algunos Fernandos. Lo más natural, lógico, justo e históricamente cierto era que el primer Alfonso dle España hubiera sido llamado Alfonso I de España; y sin saber por qué razón o sinrazón, se le viene llamando Alfonso XII. Y al siguiente AlfonsT), que debiera ser llamado Alfonso II de España, se le viene llamando Alfonso XIII. ¿Por qué rszón? Por la misma razón q^ue se siguió la nomenclatura de Castilla podía haberse seguido la de los Reyes de Aragón; y en ese caso, el Alfonso XII de España pudiera ser llamado Alfonso VI, y a Alfonso XIII se le podría llamar Alfonso VIL Y ocurre lo mismo, pero con mayor inconsecuencia, como se dirá, con los Fernandos. Don Fernando el Católico, que es el Fernando II de Aragón, se le dice que es el Fernando V de Castilla. Y esto es inadmisible, es propiamente un insulto para nuestro gran Rey Fernando el Católico y un g'rave insulto para Aragón. Todos sabemos el odio que se le tenía en" Castilla a Don Fernando el Católico, por aquellos nobles casteHanos, que de nobleza no tenían otra cosa que su nacimiento. Ni tenían nobleza, ni patriotismo. A Don Fernando lo odiaban por ser enérgico contra sus maquinaciones vergonzosas y por ser el brazo derecho de la Reina Doña Isabel; y, también, por ser todo un hombre. Lo odiaban, decimos, y, llevados de ese odio, al morir Doña Isabel hubo Don Fernando de salir de Castilla diespreciado por aquella Nobleza sin nobleza y marchar de aquélla sin nadie que le acom- Doña Isabel la Católica (Cliché archivo Inst. "Fernando el Católico") paña ra para ir a Aragón, a su Aragón, a excepción del gran Fray Diego de Deza. Pues si esto es así, como todos lo sabemos, ¿por qué sinrazón se le llama Fernando V? Don Fernando el Católico es Fernando H, y solamente Fernando II de Aragón; nada de Castilla. Y como Rey de España debiera ser llamatro Fernando 1. Reino nuevo, nomenclatura nueva. Al que llamamos Fernando VI de España debiéramos llaman Fernando II de España; y a Fernando VII, Fernando III. Y ahora, puesto en aclarar todo ello, dos cosas más desearíamos saber, si es que alguien lo sabe: 1. a ¿Qué sinrazón hubo para que a los Alfonsos y a los Fernandos de España se les llamara siguiendo la nomenclatura de Castilla? La contestación que sospecho es una afrenta para Aragón. Se considera por los castellanos a España como una prolongación, como una continuación de Castilla ; y a Aragón como una colonia; y a los Reyes de España como una prolongación o sucesión de los Reyes castellanos. 2. a ¿Cómo los hombres de cultura, de ciencia de Aragón, consintieron en esta mentira histórica?; ¿cómo no se alzaron en defensa de la verdad y de Aragón ofendidos?; ¿Cómo se allanaron ante tal humiillación para Aragón? ¿Vendrá la hora en que se reparen esas injusticias, y en Que, en este punto y en otros muchos, se respete la verdad histórica y se corrijan estas fábulas y estas otras mentiras? J. Antonio del Cacho — 3 —