Quinta página Zaragoza, domingo 29 de abril de 1973 Reloj de los días smiuL Sí ayer fueron Granados o FaBa O Altséniz, boy son Bretón, Serrano, Villa. Es lo mismo. Nos ejíícontramos ante la gran verdad del trabajo. Una verdad que. lejos de lo impersonal, de 10 «robotizante» tan al uso, de la «cibernetización» h u m ana, siempre amenazadoramente progresiva, busca el alma y el ser de càda hombre. Esta es una radiografía idónea - de nuestro Sindiealismo, vista a través de la pantalla de plenitud espiritual que define su Obra «Educación y Descanso». La XVI Demostración Sindical resume, una vez más. en un largo y fecundo recorrido, una tarea, de lustros, un quehacer cotidiano, una preocupación constante: el trabajador como hombre, como español. Poco a poco, paso a paso, «Educación y Descanso» le abrió todas las puertas que podíán adentrarle en los planos de sü total proyección hasta enriquecer al máximo su exacta imagen vital. Los resultados están a la vista. Un día fue el deporte, en las modalidades más populares y en aquellas otras — esgrima, golf, esquí, tiro al plato, etc.^- que se popularizaron quizás precisamente por esta labor constructiva de apertura y expansión; otro, la música, en una doble versión de dar a conocer nuestros clásicos, de un lado, y de otro, de cultivar e incluso recuperar las canciones y danzas regionales un tanto diluidas por el correr de los años; esotro, la literatura y el teatro, con el profundizar en nuestras letras hasta imbuirse de nuestros autores más destacados y poder recitar o interpretar su verso y su escena. Ahora, la Demostración Sindical abre con generosidad su abanico de realizaciones, su muestrario de ilusiones 'positivas. Un conjunto de setecientas voces de distintos grupos corales cantará pasajes de Serrano, como prólogo a los ejercicios ^ Tinásticos fçmeninòs de percusiun. manos libres, y aparatos y cintas; «romería en Andalucía»; «fiesta en la ermita», con, danzas de Galicia; homenaje a Bretón, con grupos joteros aragoneses; ritmos tradicionales en las Fiestas de Invierno de Santa Cruz de Tenerife; deportes rurales, como sokatira. levantamiento de piedras, lucha canaria y leonesa; homenaje al maestro Villa, en el centenario de su nacimiento;' tabla de gimnasia masculina, con más de un millar de gimnastas en acción, y apoteosis final, con el himno sindical y un espléndido castillo de fuegos de artificio. He aquí, apenas esbozado, el ■programa ofrecido a España entera por mçjiio de las cámaras de televisión. Un programa real y rotundamente demostra t i v o — de ahí que el nombre de la Demostración Sindical sea el mejor que pudo elegirse para ésta manifestación integral — de la obra que se ha llevado a cabo. Cuesta todo un año de preparación y escuerzo, para muchos hombres y mujeres, poner en marcha cada nueva edición. Y, apenas finalizada, brota la nueva y desafiante convocatoria, en un avanzar encadenado, eslabón a eslabón, hacia la grandezia del mundo laboral español, que ocupa hoy, gracias a este impulso diría que casi misionero, unas cotas tan altas que jamás pudieron siquiera soñarse. Pero ahora no son sueño, sino feliz y consternada realidad. Ahí la vemos, en el estadio, alineada, acorde, venturosa, prometedora. Lo ha conse g u i d o nuestro Sindicalismo, representado con toda dignidad en esta ocasión por su Obra de «Educación y Descanso». Esa muchacha que baila es una mecanógrafa, v aquel joven que interviene en la tracción de cuerda es un pescador; en el coro hay mineros, dénendientes de comercio, fresadores. ebanistas, pintores, obreros de la construcción y de otras muchas profesiones. Todos ellos, cada uno de ellos, v los millones de comoañeros a nuienes representan, han cruzado aquella frontera otrora insalvable oue podría simbolizarnos al esoeío de Alicia, para entrar, no en el reino de las maravillas imaginarias, sino en el reino de una realidad maravillosa: la realidad ene comprobamos ahora en la Demostración Sindical. GAYTAN (Pyresa.) DE MI FLORESTA 0 L 0 R A S íOh, muerte!, cortejo de hadas; ficción de sopor y ensueño... Si todo en ti es halagüeño, ya no temo a tus moradas. ¡Oh, muerte!, si en tu vivir es todo paz y remanso; bendito sea el descanso donde iré a convivir. ¡Oh, muerte!, que gran anhelo ya no hay en mí desventura, y exento estoy de tristura por tu alegría y consuelo. ¡Oh, muerte!, si en tu acertar me darás vida inmortal; dichoso de mí, ¡mortal!, que así voy a despertar. ¡Oh, muerte!, cuando me llames hazlo con dulce clamor, para que todo mi amor en tu regazo lo inflames. ¡Oh, muerte!, tu hacer fecundo sólo el alma es quien !o puede; pues a tu existir sucede, cuando nos llevas del mundo. — 0O0 — Fueron pasando los años arrastrando mi ilusión; dando entrada a mil engaños que tuve por la ambición. Sin temer a desengaños viví con gran seducción, sin comprender qué sus daños vendrían sin dilación. Entre amigos y entre extraños sólo encontré decepción. Unos, por fatuos y huraños, otros, por incomprensión. Detrás de falsos apaños fingir quise la aflicción, sin ver que tales amaños serían mi perdición. Vivir ya no quiero en paños de negrura y de ficción; beber yo aspiro en los caños de la verdad y comprensión. ¡Oh, mundo, si a tus escaños aún puedo tener opción... déjame que los peldaños suba de mi salvación! — 0O0 — Yo le canto a la Tierra que me ha visto nacer; dándome su belleza, su riqueza y placer. Yo le canto a la vida que me ha dado el saber; y en mi vivir la entrega de todo su valer. Yo le canto al amor que me ha enseñado a ver, que nada hay en el mundo como a otro ser querer. Yo' le canto a la muerte que me ha hecho comprender que el final de la vida con ella hay que emprender. Yo le canto, ¡ay!, al alma que me hará inmortal, después que en esta vida deje de ser mortal. Tierra, vida, amor, muerte,,. Todo lo allana y calma, quién es la esencia en todo; principio y fin: ¡El alma! CEXADOR DE ATECA (De la S. G. de Autores) VVWVVVVVVVVVVVVVWVWVVVVVVVVVM/V^^ i Al AX * Todas las profecías coinciden en señalar este siglo como el de nues La Era del A ■ pkmtm mu SBfBS 1950 ^ VWWWWWWWWI A/VVVVVVV\A\\V\A/VVVVVVVWVAAA'\AAA'V\AAAA/VVVVVV1 ^WVVVVVVVVVAAWvVVV^ÀMMVVVVVVVW Cuando menos que yo sepa —-y he de confesar que soy un "tor impenitente de temas de tíiv I^ación cientí(ica— , nadie, há- a Jean Sendy, ha tratado de ; ir zar si el envío de los hombres re Id N. A. S. A. a la Luna ro encierra algún extraño misterio, alguna précesión determinada por los simbolismos o por el simbolismo. Para empezar, recordemos lo que Skhlenski, Sagran y C 1 a r k e han afirmado determinadas veces: que en la Luna pueden estar ocultos algunos documentos o materiales que los galaxianos han dejado para qúe el hombre llegue a conocerlos y, a través de ellos, entablar relación con estos seres da otros planetas. No olvidemos que la N. A. S. A. censuraba en detrminados momentos ciertos diálogos que mantenía con sus hombres depositados en, lj Luna. Ahí está, por ejemplo, un. párrafo de la conversación <ïue mantenía Armstróng con los científicos de Houstón y que fue cortada para el resto de los oyentes en todo el mundo cuando , aquél, al referirse á algo que había visto COLABORANDO CON LAS LIBRERIAS OTRO SERVICIO DE LA FINALIDAD — ADQUISICION A RIGUROSOS PRECIOS DE CONTADO DE LIBROS DE TEXTO ^ LIBROS DE CONSULTA — LIBROS DE LECTURA LIBROS PARA NIÑOS FICHAS Y MATERIAL EDUCATIVO Y DE FORMACION CONDICIONES — SIN INTERESES. SIN GASTOS. SIN AVALES — CONCESION INMEDIATA C U A N T I — SEGUN I HAS, ACUMI PAGO: — HASTA 12 MENSUALIDADES. 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Alonso de Aragón, número 5 Canfranc, número 9 Independencia, número 9 San Miguel, número 4 Giménez Soler, número 7 Plaza José Antonio, número 10 Coso, número 74 Coso, número 85 Independencia, número 16 Fuenclara, número 2 León XIII, número 28 •Pedro María Ric, número 17 Madre Vedruna, número 1 Fernando el Católico, número 24 Paseo María Agustín, números 4 y 6 Fernando el Católico, número 41 Plaza de San Francisco, número 17 Doctor Cerrada, número 10 Costa, número 4 Coso, número 102 Coso, número 33 Costa, número 2 (CALAT AYUD) De hallarse en la Luna los secretos de seres galácticos, tiene que empezarse por establecer alli una base con fábricas como la del proyecto de la presente ilustración y que le llamó poderosamente la atención, exclamó: "¡Qué extraño es estol Me parece que es...". Podría hablarse igualmente del extraño comportamiento que tienen luego en la Tierra, cuando regresan a ella, todos los hombres que han participado en los "Apolo" que se posaron en la Luna. Unos, de aquella no menos extrami alegría que manifestaban al hallarse pisando nuestro planeta," alegría casi infantil, han pasado — como Aldrin — a un estado taciturno. Sus esposas se han quejado de su nuevo carácter, que les hace alejados, extraños, raros, silenciosos. ¿Qué han visto estos hombres en la Luna? ¿Qué callan, que silencian, qué quisieran contar y no pueden porque están atados a algún cerrado juramento que les obliga a guardar mutismo? Bien. Jean Sendy, que ya hemos visto que no tiene miedo a que se rían de él los científicos que luego son los que dicen las grandes tonterías, ha analizad» muy pormenorizadamente el sentido cabalístico del orden de precesión del envío de los astronautas de la N. A. S, A. a la Luna. Sendy parte de que lo mismo que toda religión — que viene del latín "religare", volver a ligar, a establecer relación entre las cosas de lu Tierra y el Cielo — , la Ciencia adopta igualmente los simbolismos, sencillamente porque hay científicos religiosos que siguen ligados a tales simbolismos. EL SECRETO DEL ORDEN DE PRECESION EN LA N. A. S A. Lo racional — recuerda Sendy — es que para ir a la Luna se hubiera seguido, por menos costoso y por más seguro, el método ruso. Esto es: primero, enviar aparatos como los "Lunajod" que explorasen el suelo lunar; luego, situar en órbita una estación lunar desde la cual partieran las expediciones humanas tripuladas a la Luna. En lugar de ello, Kennedy eligió el camino más corto, más directo, pero más costoso y arriesgado, el de lanzar derechamente desde la Tierra los "Apolos" en dirección a la . Luna. Posiblemente, Kennedy tomó esta decisión por ser la más rápida —Norteamérica tenia que ganar a Rusia la carrera espacial emprendida entre las dos potencias desde el lanzamiento del "Sputnik I" — y la . más espectacular, a lo que tan aficionado era Kennedy... y los norteamericanos. Pero, según Sendy, también es posible que "alguien « algunos" indujeran a Kennedy a tomar esa resolución como la más directa para " conocer cuanto antes el misterio de las bases galaxianas en la Luna, amén de que ese "alguien" o "algunos" creyesen a su vez en el símbolo de las cosas. El proyecto de los vuelos tripulados a la Luna se denominó "Apolo" y debía constar de hasta diecisiete tipos de lanzamientos diferentes, del XI al XVII ya con hombres posados en la Luna. "Apolo" empieza con la letra "A". La letra "A" representa el UNO, la Unidad del Primicio Inefable. {Numerosas obras de Càbala explican que el Génesis comienza por la letra "B" — Bereshit — , segunda letra del alfabeto hebreo, por respeto a la letra Alef, que St' corresponde cok nuestra letra "A", en razón de ese . significado de Principio de Unidad Inefable.) ¿Y qué hombres lanza la NASA en el primer "Apolo" — el XI — que se posa en la Luna? Pues, curiosa y casualmente, a Armstróng y Aldrin, dos hombres con apellido "A" — símbolo . de la letra Alef, que ya hemos visto qué significa. Y' cuando t". N. A. S. A. envía el "Apolo XII", manda en ellos a Bean y a Conrad. De modo que los tres primeros hombres pesados en la Luna son dos A (Armstróng y Aldrin), un B (Bean) y un C (Conrad). A, B, C; perfecto orden de precesión. Por supuesto que la N. A. S. A. no escogió "a dedo" a sus astronautas. Se limitó a depositar en un ordenador electrónico la ficha de todos los que ella había entrenado para l&s misiones "Apolo", y fue este ordenador el que, elaborando losi datos acumulados, eligió o dictó los nombres de Armstróng, Aldrin, Bean y Conrad. ¿Casualidad j Claro que, como dicen los analistas y programadores de todo cerebro electrónico, si usted le echa mierda al ordenador, éste no le devuelve rosas. De óiddc que alguien se las arregló para que el ordenador, tuviera .los datos necesarios que hicieren que los mejores hombres tescogidos por el cerebro electrónico fueran los de Armstróng, Aldrin, Bean y Conrad; esto es, A, A, B y C. EL AUTENTICO SIMBOLO DE ALEF ¿Pero que interés podría tener este hombre, o este pequeño grupo d»», hombres científicos de la NASA que primero indujeron a Kennedv a escoger el Proyecto "Apolo" para llegar a la Luna personalmente antes que lois soviéticos y que deposi taren en el 1. B. M. los datos necesarios para que este cebro electrónico escogiera los cabalísticos nombres de Armstróng, Aldrin, Bean y Conrad? Quien o quienes tal combinación hicieron deòieron , ser cientííiccs convencidos de la fuerza simbóliçi zodiacal; no en vano, como afirma Sendy, en todas las primeras civilizaciones, el lazo entre los cielos y la Tierra está siempre asegurado por los signos del Zodiaco. Y en los signos del Zodiaco, así como en la precesión de los equinoccios, está la clave para comprender que estamos entrando en la Era del Acuario, que señala la Tradición como la era apta para cemprender definitivamente el misterio de la civilización de los galaxianos, entablar relación con ellos mediante la radioastronomía. Insistamos una y otra vez en ]» teoría de los sabios científicos que no temen decir cosas que pueden hacer reír a otros sabios capaces de expresar inmensas tonterías : Cari Sagan confirmó personalmente a Sendy que no había rectificado en su criterio suscrito desde 1966 cuando escribió esto: "Parece posible que la Tierra haya recibido la visita de diversas civilizaciones de la galaxia", o bien esto otro: "No se descarta que existan todavía artefactos que den fé de tales visitas. La Luna parece ser un lugar e:i el que es razonable pensar que se habría podido establecer una base". De estas visitas galaxianas tenían plena fe los hombres de la remota antigüedad. Giorgio Santillana, profesor de Historia y de Filosofía de las Ciencias del Massachusetts Institute of Technology, en su libro citado en estos reportajes "Hamleté Mili" insiste en esto: "Los periodos planetarios siderales y sinódicos eran conocidos y largamente simbolizados de diversas maneras en el curso de ritos litúrgicos ya tradicionales en las épocas arcaicas". ¡Y ya se sabe que el símbolo de Acuario está representado por un hombre que derrama los raudales del conocimiento! En este caso, loa conocimientos necesarios para que el hombre de la Tierra pueda entablar diálogo directo y conocimiento personal con los "seres celestes", los "hijos de Elohim" del Génesis, que, según vimos, son los que Sendy considera como tales a los galaxianos. Finalmente, Jean Sendy, por su propia cuenta y siguiendo sus personales interpretaciones de la secesión equinoccial, c a l c u 1 a que, desde el año 1950, hemos entrado ya en la Era del Acuario,en , esa ' Edad de Oro prometida y anunciada por los profetas y establecida por los astrónomos antiguos. Tradición que les Vino a ellos HEREDADA DE LOS CONOCIMIENTOS QUE DEJARON LOS GALAXIANOS. Estamos, por lo tanto y en fin, en la Era del Acuario prevista para que el hombre terrestre alcance los conocimientos científicos y técnicos que le lleven poder establecer contacto directo con los galaxianos. En otras palabras: los co¬ nocimientos derramados a raudales por el simboío que representa al Acuario dsi Zodiaco. Esta "Edad ■da Oa> p^melida —5a de la Era del Acuario — se produce, o debe producirse, cuando el equinoccio de Primavera entre, al í in, en la Era del Acuario. Y y» ¡digo,, según los cáhulos paríicuares de Sendy — que estima que ia duración de los días de los que habla el Génesis deben tenet- tina duración de 3.160 años— desde 1950 se ha alcanzado ya' esa Era, TAMBIEN LAS PROFECIAS - . - : DE SAN - MALAQUÏAS ' ¿Qué otros indicios pueden señalarse para estar convencidos, como lo está Sendy, de que hemos entrado, por fin, en la- profetiza tía Era del Acuario que deberá abrirá nos las puertas al misterio de ios otros planetas habitados? Sendy recuerda el de la famosa .''lista de los Papas originada en el ■ sigío XVI. Como no lo cita, debe reíerirse, sin duda, a .las íamosas "profecías- de- San"- Malaquías, ' que empezaron a ser difúndidas bajo el pontificado de Ciernen ie VKÍI (,1593-1605) . ' ' . . Ahora bien, Sendy trastroca, quiza, delibera damente por aquello de que en teorías utópicas bien puede él arrimar un poco el ascua a s» sardiü i, el orden, de las proíecias y días que, segán estas lis. as d» divisas Ipapales, la de "Medis, tale Luna e" corresponde à ' Pablo VI, así como la "De Labore Solis" a su sucesor. Pues bien, ¿me consienten ustedes que me permita rectificar a Sendy? Porque en las archiconoetdas profecías de San Malaquías, la divisa que atribuye Sendy a Pablo VI no le corresponde a éste ,— cuya divisa auténtica es la, de "Flos Florum" — , sino a la de su sucesor. (Y ya está' bien que S:an Màlaqaías acertara e x a <• taiiiènie cotí Pablo Vi adjudicándole la divisa citada de "Flos Florum" o "La flor de las flores", puesto que con esta "Flor de flores" de ocho petalos como telón de fondo fue con la què el Papa Pablo VI en persona dirigió , la Asamblea Gtneral de las Naciones Unidas su memorable llamamiento de 1965 en favor de la pa-?;. Por otra parte, Pablo VI es el único cardenal del Sagrado Colegio en cuyo blasón campeaban flores de lis, la flor de las flores. Bueno, admitamos, sin embargo, que fallando un poco en los cálculos — años más o menos en uh» profecía hecha a siglos de distancia no importa — , le corresponda a Pablo VI, como apunta Sendy, la divisa de "Medietatp Lunaé". Eso quiere decir —querría decir— que Pablo VI es el Papa de la llegada del hombre a la Luna. Y repitamos que en la Luna es donde científicos muy serios afirman troe deben estar los documentos, maquinas o aparatos dejados por los galaxianos part, que, con éstos, demos con ellos en su planeta lejano. Por otra parts, aun correspondiendo al sucesor de Pablo VI la divisa "De Labore Solís" —hecho que podría producirse dentro tie veinticinco o treinta añes cuantíe más — , esta divisa "De Labore Solis" bien pueda interpretarse como que, para entonces,, el hombrehabrá conseguido la fusión ccntrVv. lada del hidrógeno, con lo que se reproducirá Ijsí la Ipbor del Sol a las que alude la divisa papal. - Todo — en relación con las pro. fecías de San Malaquías— pu^de suceder dentro da veinticinco o treinta años. ?ara entonces (1999), Nosíradamus —matemático y astrónomo del siglo XVI— predi'» que "vendrá del cielo un - rey H-e nos llenará de esnarsto", Y N«stradamus h*, i-emostrado qtíe no =e equivocó r i varias próf ecKs suy . s: De modo que ya quería nor-o tiempo para rué o nosotros —s e sr ñ n Sendy— lleguemos a las ^pl^xias habitadas, o sean los «fal^xlanós quienes, según Nostradamus vengan áq •'. " ' Ustedes escojan entre las dos profecías. Yo me quedo con las dos. JUA^-I DE. LA MAZA. (Pyresa.)