LA ASOCI\CÍON a los que dispensó siempre franea amsitad. Càceres vió un día cómo el promovido a la mitra de Burdos, iba de casa en casa de los maestros de la ciudad, despidiéndose de ellos y de sus familias. La diócesis de Burgos, sintió en poco tiempo un sacudimiento espiritual. El Dr, Segura siguió su lema y en sus visitas pastorales concedía importancia a las visitas de escuelas. Gomo padre, iba animando maestros, refrescando espíritus con palabras de afecto y de bondad. Ahora en Toledo, en la Primada, seguirá su obra con unción y volantad de santo y sabio. ¡Que noble el Arzobispo! Al tener que evocar en acto protocolario, noblezas y abolengos, presenta su nacimiento en humilde casa escuela y la figura do un maestro y u ia maestra, sus padres. No hay vanidades. No pretende encontrar entre sus ascendientes al noble ni al favorito de tal o cual rey. Sencillez humildad: — Soy hijo de unos maestros de escuela Lillo Hodelgo, el Inspector de Toledo, con esa su prosa impresionista, suave y segura, dá la figura del Arzobispo, como la del cedro, y termina en emotivo párrafo sentimental presentando a la madre del prelado. ¡La madre del prelado! Una maestra jubilada, anciana y buena, que debe vivir días glo iosos, al verse al lado de su hijo, aquel chiquitín :. a quien entre fatigas y tareas de-escuela alimentó y en. cuyo pecho brilla hoy el Pectoral . Justo, justísimo el alborozo del magisterio. Merecido el homenaje que se le prepara y al que todos contribuiremos, Mientras, miremos hacia Toledo, El Primado está allí. Nos quiere con amor de padre. «Sólo os traicro amor», dijo a Burgos cuando allí llegó. El Cardenal Segura es amor. 8iga inspirándolo la Gracia y que acierte a curar llagas que en el magisterio hay, y con su balsamo de caridad armonice y compenetre a cuantos elementos actúan en la cultura del pueblo. ^ Pedro Pueyo y Artero Plazas de nueva ereaeion Ya se ha impreso el presupuesto del Ministerio de lastrucción pública: y en él— como ha ocurri do en anos anteriores— se destinan 900.000 pe setas para crear 700 plazas nuevas. Hasta ahora, las plazas nuevas creadas han venido siéndolo en la categoría de 3.000 pesetas, con lo cual ha venido a aumentarse la monstruosidad nativa de nuestro desdichado Escalafói, cuya bas?, de enormes proporciones, contrasta grotescamente, con su minúscu'a ca beza. Paro pvitar ésto, pn ]o posib^p, para hacer que el Esca'afón tenga alguna movilidad— aci cate y estímulo de fervore?— la preiisajprofesional y el Magisterio asociado han coincidido en pedir que esas plazas nuevas sean creadas— con la distribución que parezca me jor— en las categorías comprendidas entre las de 4.000 y 8.000 pesetas. U i acuerdo en este sentido tomó el año pasado la Nacional; en él ha insistido esta Provincial en sus ú'timas sesiones; co i el mismo carácter se toman oíros en muchas /Asociaciones de provincia y la prensa profesional, sin excepciones, defiende este pu no de vista que ha sido ya recogido por los asambleístas, señora Domínguez, señoritas Maeztu y Rabaneda y los s- ñores Ascarza, Vicente, N)rz-uaray, X ndri y Campos, ios cufies han propuesto esa aspiración de la clase al señor Ministro de Instrucción pública, que- ha ofrecido estudiaria con Verda defo cariño. Sí, como es de esperar, esa razonable petición es aceptada, el Magisterio puede .resultar beneficiado de modo muy estimable, segu r puede deducirse de la lectura del siguiente cálcu o, que há hecho sobre punto tan interesante, nuestro colega de Madrid, El Magisterio Español: «A primera vista, eso es verdad; pero eso es