LA ASOCIACION AL EXOMO. AYUNTAMIENTO DE TERUEL Nuestra querida hermana mayor, la inmortal ciudad de los Sitios, continúa su labor de enaltecer la enseñanza en la persona de sus Maestros. Hace algunos meses, y a propuesta del celo so concejal D. Miguel Faci, el Apuntamiento acordó que se diera a las escuelas de Zaragoza los nombres de insignes Maestros, fallecidos o jubilados, que mayores méritos contrajeron en la enseñanza. Hoy, los grupos escolares de Torrero; de la Ribera, del Arrabal, escuela aneja a la Norma, de Maestros, id. a la de Maestras, y grupo escolar del Buen Pastor, se denominan, respec - tivamente, de D. Pedro Joaquín Soler < D, Va lenttn Zabala. D. Cándido Domingo, D. Marcelino López Ornala doña Andresa Recarie y doña Maria Diaz. Dignos descendientes de ios antiguos ricoshombres e infanzones, los muntcipes de la capital de Aragón supieron responder a su legendaria hidalguía; y ya en las calles y plazas de aquella ciudad no son sólo objeto de la aten - ción pública los nombres de celebridades, ni los Monumentos a Pignatelli, al Justiciazgo , a los Mártires, a los Sitios y a Agustina de Aragón, sino que al lado de preclaros Varones, que tal vez evoquen páginas dé sangre y pugnas de exterminio, figuran otros que a su paso por la tierra han dejado una estela radiante de virtud austera, de ejemplaridad fecunda, de honrada ciudadanía, de inmaculado patriotismo. Las generaciones presentes y venideras han de encontrar, frecuentando las aulas de esos edificios escolares, la intima satisfacción de recibir las enseñanzas bajo la advocación de un nombre querido e inolvidable de sus mayores; y el personal docente el natural contento de ser los continuadores de la obra fecunda de preclaros compañeros Aquellas distinciones que nos hacen sentir e! orgullo de aragoneses y de Maestios, invaden nuestra alma de honrada tristeza al ver en esta Teruel resurgente, que supo levantar un grupo escolar, se olvide de que también aquí hubo benemérito Maestro, que ha sido honra de la Pedagogía española y cuyo nombre debe ser colocado al frente de ese centro de cultura. En este sentido no podemo» creer que Teruel haya muerto, ni siquiera que está dormida. Ciudad abierta a toda clase de iniciativas, donde basta lanzar una idea filantrópica para que sea coronada por el éxito más completo, responderá a sus gloriosas tradiciones pretéritas y mirándose en el espejo de su hermana, honrará al Maestro que. si la inflexible ley declaró su jubilación por edad, privó a la enseñanza del que por su talento, por su competencia pedagógica, por la austeridad de su conducía; se le respetó siempre, no se le discutió nunca y que aún conserva todo el vigor físico y la plenitud de su mentalidad. La mayoría de los señores Concejales que hoy integran el Excmo. Ayuntamiento de Teruel,— y entiéndase que al decir mayoría no me refiero a la mayor fracción política sino al mayor número de munícipe-.— ha sido discípula del Maestro bueno que sembró en sus corazones el fruto del alma durante muchos años de ternuras y saber. El Excmo. Ayuntamiento de Teruel debe mostrar su gratitud al Maestro. ¿Cómo? Dando a la Escuela Graduada de niños aneja a la Normal de Maestros el título de «ESCUELA DE D. MIGUEL VALLES. Con este acto justiciero, aunque humilde dados los méritos del Maestro; Teruel se sumará al homenaje rendido recientemente por agrade cidos alumnos residentes en la República Ar. geníina, y llenará un vacío que a diario hacen notar los niños matriculados en aquella escuela cuando contestan a nuestras preguntas, diciendo *Voy a la ESCUELA DE D. MIGUEL.