LA ASOCIACION Instituto, pero no me cabe en la cabeza cómo a menor esfuerzo intelectual y pecuniario, ha de dársele mayor retribución. Es preciso, pues, ir a donde debamos ir, no es posible aguantar más. No hay Maestros que se atrevan a enarbolar la bandera de nuestra redención y no cejar hasta conseguir lo que en justicia nos corres ¬ ponde? Los guardias civiles han hecho muy poco, sus Jefes lo han hecho todo; ¿no nos ayudarán a nosotros los nuestros y toda persona sensata? Ruego la publicación de! presente en toda la prensa y espero que pronto habrá Maestros capaces para emprender una campaña tan honrada como justa. Basta de sufrir ya trabajar por el pan de nuestros hijos, que el estómago nó puede esperar más. Florencio Murciano. Villel ^Teruel). REMITIDO Sr. Director de Là Asocíación. Muy Sr. mío y de mi distinguida consideracién; Ruego a V. dé cabida en el periódico de su digna dirección al escrito que. a continuación se expresa, por lo cual le anticipa las gracias su atento y s s. q. b. s. m. Rafael Solanes. Es muy sensible que el Gobierno al aumentar el sueldo a nuestros compañeros en activo servicio no tuviera presente mejorar a esta cía se tan desgraciada que constituyen los maes tros jubilados, viéndonos privados de poder atender a las necesidades más perentorias de la vida, a causa de que el reducido haber que percibimos viene a ser por término medio el de una peseta diaria. " tó&g cul o-jj Hi')fnf> SíBíDiírn 9L'l.? ¿íí^hí oiss^ of» Ya era hora de que el ramo de Instrucción pública mejorase y con esto desapareciese aquel adagio tan verdadero que decia: «Tienes más hambre que un Maestro de Escuela. » Si bien se ha dado el gran paso a la ilustra ción en España con dicho aumento, no es justo que los que nos hemos encanecido en la enseñanza, pasando un calvario, nos Veamos en la triste necesidad de implorar la caridad en la inmensa mayoría, por no disponer de otros me¬ dios con que atender an uestras necesidades a consecuencias de haberse agotado casi por completólas fuerzas físicas e intelectuales ya por la vejez y por las sufrimientos en el cumplimiento de nuestras obligaciones en el trascurso de cuarenta años en locales escuelas sin luz ni Ventilación . Si con aquellos sueldos irrisorios que fueron el escarnio y la burla dé las naciones europeas nos ocasionaron una vida de miseria ¿con cuánto más motivo en esta situación en que estamos clasificados para las efectos de la jubilación con el 50, 60 70 y 80 por 100 sobre aqus líos mezquinos y referidos sueldos? ¿En qué se fundó el Gobierno al dejarnos en este estado tan lamentable? ¿Acaso no hemos cursado las mismas asignaturas en la carrera y aprobada nuestra suficiencia ante un Tribunal de oposición para poder desempeñar una escuela, rigiendo el mismo programa de enseñanza en éstas, que el que subsiste en la actualidad? iCuántos desengaños! El Gobierno ha mejorado todas las clasns dejando a ésta en el mayor abandono, cuando había de haber sido atendida de las primeras, ya por ser de las más necesitadas, ya por el gran beneficio que há reportado a la Nación con el honros© desempeño de su cargo, dedicando nuestras energías en realizar la obra redentora de instruir al ciudadano. Desde las columnas de la Prensa española, rogamos a los señores Diputados y d^más prohombres para que con sus valiosas influencias consigan del Ministro dél ramo el aumento de nuestros haberes con lo que crea suficiente, a fin de poder atender a ios artículos de primera necesidad, y más en esta edad que es cuando el hombre necesita con frecuencia el cuidado y el alimento. Como todos nosotros nos hallamos compren didosen la edad de setenta a ochenta anos, y los huérfanos no perciben más que la» dos terceras partes del mezquino sueldo/siendo el número de estos muy reducido, claro es, el presupuesto del Estado sufrirla algo de gravamen, pero sería muy poco tiempo, porque en esta respetable edad ya es el máximum de la vida de! hombre, y son tan claros los que pasan de esa decena, que no debe llegar. a! uno por mil. Yo creo seremos atendidos e.i esí¿i demanda de tanta justicia y conciencia , fundado en jue de aquel plantel de jóvenes arbolillos. ricos de vida, y que después de ! a ¡riadre nosotros so- V