■ 4. revista pw^mmwm&Efà&vpA:* *> jXÒiOAivOoaA Ak.1 lililí fe b ofi-AgrídO ' -^'iiqHB) ■ ov:¡íií-'i-í-íR*í? í)íímuï',y*yo- v r&ïftí WüiÁtákn 1 y AdíittiííétHaèlífif r r . . r ' r Mufíóz Degráiri 20-2.* 'izda." "Bè dirigirá- ja - GprrespondeiTciavi d ftesfdesjtè'àe iá" AsocláciÓr! provificiaí ; de Maestrofi . Los artículos sé publican baje la, spoBsabj I idad de- ids autores. No se devuelven los origiV hales.; O ; [ Año. IX. , , ^i^li^ iii Niunv,446: Ai Mágfstén o p rím ario de la vEstirnadQ.s compañeros: .ün deber ínetadible; me obliga hoy: a. .esta. .acto.. der; . presen ci a . « «Las circuns ta iici.a s ) sBp la sesión ■ ordinaria? ^irò la J«ota geuerál de Ja Asociación provin-cial del Magisterio celebró el dí^ 29 de agosto último,: nuestro iiiistrado y digno compañero, D. Ricardo Pérez, presentó la dimisión de Presidente en la Directiva. La Asamblea, respetando las razones que al citado señor le pudieran obligar a tal resolución, acordó admitir la renuncia presentada, no sin antes haber agotado los medios oportunos para hacer desistir | de su empeño al estimado compañero. No dudo que el Sr. Pérez se habrá creado adversarios en el desempeño ■ de su cargo presidencial— ¿quién que ejérzacargos elictivos no los tiene? — ; pero nadie podrá negar al dimisióna- ; rio Presidente la actividad, inteligeneia y desinterés que ha puesto al ser- ; vioio de la misión que, por espacio de vados años, le fué cotífiadà. Heglam en tari amenté, por mi cargo de Vice en la Directiva, jo debía asumir la presidencia hasta nueva elección . El cansancio, por virtud de mifya larga vida societaria, y la pesad í sima carga— -muy superior a misdébiles fuerzas— que se me venía en-i cima, colocáronme en actitud de enér gica negativa. Pero, llegó un momento en que nuestra nave social, amenazaba irse a fondo por segundos y, no queriendo arrostrar la responsabilidád del naufragio, siquiera éste hubiera podido serpasajero, acepté resignado la presidencia. Más he de confesar con franqueza que todos mis cariños a nuestra Asociación no hubieran bastado para hacerme desistir de mi empeño, a no contar de antemano con los unánimes, nobleá y espontáneos ofrecimientos — que agradezco en cuanto valen — délo» Maestros reunidos, quienes se impusieron el compromiso de prestarme eficaz auxilio en la, para mí, árdua labor que el cargo lleva consigo. Mas ésta colaboración, con ser tan valiósa, no la considero suficiente (y perdonen los aludidos) mientras no Ja ve» reforzada con la de todos vos-