iLA ASOCIACION EspaM. f ^cuantas meditacioues se presta esto! Pero volvamos al tema. Naturalmente que, si la escuela es centro de ^aseilauza gj instrucción (tipo Antiguo), él Maestro ha de figurar al pie del monte, cuya cumbre ocupa el togado universitario; más si la escuela es centro y templo de la educación, si ésta tiene su época propicia en la primera edad, y si de lo qne la educación obtenga de los tiernos parvulillos, depeade el porvenir del niño como hombre, !ahí¡ entonces la escala de valores desaparece o más bien se invierte, como muy bien dice el ilustre ¿uiueta en una lectura admirable. Ahora bien; si la misión del Maestro es tan elevada y su lugar el más; alto en esa ordenación docente a que antes aludiamos, es claro que su formación cultural y pedagógica ha de ser muy compleja; que para ser Maestro se requerirá mucha cultura, cuanta inás mejor, aparte de otras condiciones intelectuales y sobre todo morales. La labor de dirigir a los niños es más difícil de lo que parece. Incluso en la parte de instrucción que tiene, el proporcionar a los niños las» id^as madres de las ciencias es dificilísimo, pues el doble aspecto ¡ instructivo-: educativo, que las lección: ^a de -reunii;, dá al Maestro un trabajo, para los l;egos^ insospechado . El que esto escribe, habla poivespetíencia; propia, puesjdurante varios años j en el Reformatorio de Santa Rita de Madrid, y dirigiendo un mag nífiico grupo escolar, de. fundación particular, en Víúrnci^ ha convivido con los niños, y no es comparable el trabajo que le supone la preparación de sus actuales lecciones para los alunínos de la Nórm;ál, con las meditaciones que requerí atí aquellas lecciones para sus infantiles discípulos. Lo declaro con ingenuidad. Era más costoso aquello. La edad de los niños y las dificultades de Fas distintas materias, sou factores que dan como producto un problema que no se plantea jamás en los centros superiores de enseñanza, de manera que no sólo por las consideracionés arriba apuntadas, sinó por estas observaciones finales, en la escala de valores, corres poiMe dé de. recho el sitio de honor a! Maestro que debe mostrarse orgulloso de m profesión, la más noble de todas las profesiones. FRANCISCO 01 ms. Profesor de Pedagogía de la bòrnia í de Teruel . A los Maestros de ; Pattonaío El Real decreto de 15 dei mes pasado, que tanto beneficia a los Pairónos, Escftehis y Maestros dePatronaío, es la piédra^ angular sobre la que debe descansar el edificio.de nuestros derechos, y revindicaciones profesionales^ es el primer paso dado hacia la , liberación de. una casia vejada, olvidada y preterida, pero, queridos compáneros, ■ hace falta proseguir en el cammo:ern'prendido porque ese Real decreto no signiíicarííi nada! si no - inseguimos las órdenes aclaratorias, y ríos-créditos necesarios^ para el abono de nuestros haberes y por eso ' consicferaniQS, en los momentos actuales, de, , absoluta nécésidad: 1. °. Formar una «Asociaci^tVde'tóéstrds de" Patrónato» füeríé y. numerosa. ?ca|5a2. de defender y hacer respetar nuestros -derechos. B ) 2. ° Corresponder de ta mejor manera posi" . ; . ble, '-con "lar: personas que ' hatí' influido para conseguir el Real decreto MencíoüadoV pues- ef agradecimiento;noá'prepara nue^ósfa wes. Y 3.° Estudiar "detenidamente las: aspiráGiones.y siíuaçjón decada urto.de los Maestros de Patronato, para formular ias conclusiones que ' deben elevara al Ministerio, a fin de que los ;; beneficios;,. peguen a todos y que el. plazo más breve posible, no quedé mngún ' Maestro percimendo un sueldo inferior a 2.000 pesetas.