REVISTA DE PRIMERA ENSEÑANZA Propiedad y órgano oñcml drk Asociación de Maestros- áe la provincia Redacción y AdmiRÍstrncíón Mufioz Degrain 20-1.° izda. se dirigirá la correspondencia. DIRECTOR El Presidente de la Asociación provincial de Maestros. Los artículos se publican bajo la responsabilidaíl de los autores. No se devuelven ios origínales. Año IX Teruel 1.° Octubre de 1921 Nmn. 449 DISCIPLINA ESCOLAR Podemos afirmar que la disciplina es la base de la Enseñanza primaria. El Maestro que sepa imponerla bien y conservarla en su Escuela, ¡cuánto tiene adelantado! no trabajará nanea en balde, y su trabajo producirá e! máximum de rendimiento. ¿Qué hace falta poseer profundos conocimientos de Psicología? Claro, que siempre serán poderosos auxiliares para conseguirla, pero puede alcanzarla sintiendo un poco la profesión. Los niños podrían ser inestables, apáticos, normales, anormales, listos o torpes, j siempre debemos reconocerles el derecho a ser como sean, porque no pueden ser de otra manera; porque no les deja proceder de otro modo su constitución orgánica; pero.,... ¡ah, nosotros! nosotros tenemos el deber de tomarles cual són, observar sus acciones y manifestaciones para conocer perfectamente sus estados psicológicos, despertar en ellos virtudes y evitar posibles vicios, sin que vean nuestro empeño en corregirles, porque la imposición manifiesta les prepararía para locontrario. Debemos procurar que nuestro» \ muchachos entren respetuosamenteen la Escuela, que abran y cierren suaI vemente la puerta, que anden en ella ; sin producir eí menor ruido, que hablen muy bajo a sus compañeros, y que jamás hablen a su profesor desde su asiento. El educador será, sobrio en sus explicaciones sin sentirse orador ni conferenciante; empleará un tono natural de voz para preguntar^ yaque el niño contesta parecido a çomo se le pregunta. Si lee con diferente voz a como habla, será porque no hemos sabido demostrarle que la lectura es una conversación. Tendremos también muy en cuenta quer al que manda mal, no se puede ni se debe obedecer; por tanto, nuestras, órdenes deben ser muy meditadas y apropiadas a las cualidades de quienes deban cumplirlas. El silencio y la disciplina no se consiguen recomendándolos constante y directamente; son el fruto de una organización y de la manera de proceder. Hay que rodear al niño de ciertas circunstancias que le conduzcan indirectamente al silencio y al orden; hay que darle libertad para que haga lo que