MJWM ■éMfiMaMvlut* noms di ssseKiPGi©^ MlrjiwpHsl) . >*lt:p^t Trfi»«8ti« (facta) fü' w Bsmtmtf (14.) U'SI » Ale (id.) U'SI » mwmFXQ SWELTO II CESÍTIM^S bre CRONICA )scuridad y misterio < que ocurre en Addis Abebo En San Nicolás de De la Acción Católica en el Mundo an í (31 L« ilran prenaa de Europa, deaeando aervlr a sus lectores las ültl* mas noticias de lo» último» aconte cimientos internaclonnles, han mnndado al teatro de la guerra a les más expertos cnr^esnonialep, nero I"1" trotamundos literario», hábiles capturadores del momento mundial que han elegido como ounto de observa dóu la corte del Negus, según confiesa Eduardo H^l'^v. uno de lo» mejore* cronista» de Francia, se en-j cuentran desorle n t ados tenfendrv aiue acudir para fustlflcar el viaje (los que son lo suficiente dignos pala no inventar noticias sensacionales) han relatado partlcularldade» más o menos curiosas del folk-'orp abisinlo, y es que en Addls Ab^bv Sin prensa, sin telégrafo, «In m^dlo» de comunicación, casi sin ciudad porque las casas se pierden en el bosque, sin conocer el idioma, sin Opinión pública que consultar, porgue las masas ab'slnias non para ellos el libro de los siete sellos, el co rresponsal extrañ|ero no puede comunicarse en los fonduchos o bares de la ciudad a donde acude en busca de noticias, mas que con a^ún Otro corresponsal extranjero que se llalla en el mismo caso, y no tienen más referencias que las que de cuan do en cuando les llegan por los periódicos atrasados de Europa. Así ts que no les queda otro recurso que acudir a su Ingenio literario para distraer al lector, y como entre ellos abundan los literatos, hay que confesar que lo consiguen. AI fin y al cabo lo que busca el lector de periódico» más .que Informarse, es distraerse, matar el rato. Creo que para darse cuenta del conflicto Italo-ablsinio hay que seguir con Igual Interés la labor de las Cancillerías, sobre todo del Fo~ relng Office, que las acciones guerreras. En realidad no se tienen más Informes de la campaña que los que da el Estado Mayor Italiano, y aunque quizás haya que poner en cuarentena eso de que las conquistas se hayan hecho sin bajas Italianas, y que batallas como la de Adua, que antafio costó la vida de veinte mil tállanos con Baratleri, no hayan cau sado ahora más pérdidas que cuatro askarls y algún sargento, no se puede negar, sin embargo, que los italianos se han adueñado de un territorio de ciento ochenta kilómetros de frente por unos cien de profundidad con pérdidas insignificantes, gradas a su aviación vigilante, a la potencia de sus medios técnicos, a la prudencia de su táctica, que con slste en no abandonar na la al azar, en ejercer una presión constante en los puntos más sensibles, en organizar el terreno a medida que se avanza, avance que si bien es lento 7 costoso, evita pérdidas de sangre y asegura el abastecimiento de las fuerzas. Esta táctica militar va secundada por otra que podríamos Ha mar diplomática, cuyos resultados no son menos eficaces. Sabido es que Ablsinla es un estado feudal comparable en cuanto a tu organización política a los estados feudales de Europa de la Edad Media. El emperador de Addis Aba¬ ba no et má» que el primero entre los pares, un ras o señor feudal más afortunado cae ha logrado imponer Sé por la fuerza a los demás ras. que tal vez ngunHan la primera ocasión q'ie se lea n'·esente pera llb'arse de »u vugo. A Italia no le ha salido di ffcll fomentar el descontento latente va que en're los ras hay varios que ae creen con más derecho al imperio que el actual emperador, por ser descedlente» rrá^ directos de los era peradore» Menell k y Theodoro. Cu da día leernos que ha tenido lug r la sumisión de un nuèvo ra», v ai es to se propagase, podría facilitar la conquista completa de Etiopía más que todos lo» tanques y todos los armamentos ultramodernos. No h^y que olvidarse de la exoedición Ing'p«n mandada par Roberto Napler en 1898 contra el emperador Theodoro, cuya vida trastadada a la pantalla nos parecía Inverosímil. El ejército anglo-lndiovde Nnpler, provisto de elefantes, que eran los tanques de entonces, logró Uegir al interior del país y sitiar al emperador, que prefirió suicidarse a entregarse a los Ingleses, y llegó gracias a que a su paso por el país se le fueron incorporando todos los señores feuda Ies descontento». ¿No pudría suceder ahora lo mismo?... Hasta ahora sólo vemos que la táctica del Neg-is es la de rehuir todo encuentro decisivo, no se sabe si obllgido por la carencia de fuerzas, con objeto de evitar hecato ní bes inútiles y para reservar la ofensiva para cuando el enemigo se interne por el laberinto de montañas del Interior del país donde la superioridad de lo» armamentos perdería mucho de su eficacia, y doade sean más fáciles la? sorpresas q .ie corten las comunicaciones del ejército con sus bases de aprovisionamiento. Lo que parece cierto es que las tropas del Negus carecen de toda administración militar y excepción hecha de la guardia Imperial, más que un ejército moderno es un conglomerado de guerreros sin disciplina y sin cati armamento, carentes 110 sólo de municiones, sino hasta de alimentos, y en estas circunstan cías su retirada ante el enemigo más que a motivo estratégico quizás se deba al hambre y a la Imposibilidad de resistir. Sin embargo, el terreno y el clima, que son los dos mejores generales que tiene el Negus, bastan por sí solos para sostener una campaña que de prolongarse mucho será tan perjudicial para el que la emprende como para el que la sufre. Todo hice sospechar que Italia mediante ciertas ventajas territoriales que uniesen a través de la Ablilnla exterior recientemente incorporada al Negus y mal avenida con su dominación, sus colonias de Eritrea y Somalia y mediante un Protectorado más o menos extenso sobre la Ablsinla propiamente dicha, estaría dispuesta a entrar en negociaciones. Elh'cho de que Mustolini, a pesar de las sanciones, no haya echado a paseo a la Sociedad de Naciones, creo que no se puede interpretar de otra manera. El conde de Sarto Día 6 de Diciembre del 1985. Fiesta del santo obispo y doctor San Nicolás de B *tl. En las primeras horss de la maña na— mañana suave y bUnda este año — los niños asilados corrotean y juegan alegres, daado el tono de fiesta, en el suntuoso edificio que| fundó y mantiene la caridad de una I dama prócer; doña Dolores Rciraerr. Antes de las diez de la iiu ñnn hace su presentación en el Asilo el ex e'enflsímo y reverendísimo señor j Obispo, fray Anielmo Polaúco, que j ha de honrar con su nsisteWcli los| solemnes cultos preparados en horj ñor de su santo titular por los Padre» Capuchinos Terciarlos, rectore» y gulas de tantos niños, que mafipna, si no se tuercen al borrarse las santa» huellas cristianas que en ellos infiltran celosamente, han de de ser ciudadanos y españoles de pró. Comienza la Santa Mns. Born «todos saben, escribió el Ilustre pre. Indo en la carta. pastoral .que dlrlj}^ a sus diocesanos de Tréverls en la festividad de Cristo Rey, todos ja* ben que hoy no existe en Alemanlji un diarlo católico, «Germania» aquel antiguo periódico que tnntsi gloriosas campañas emprendió, je. nodado y benemérito paladín de lai cosas má» santas, está hoy amorfo. znáo como los demás y sin riei^ seguro de ifuerte mu'ta o de suote* slón, no puede escribir por su cuen* ta sobre el problema religioso. Loi artículos van al dictado oficial, del alnUterio o de las oficinas de prop«ganda. ¿Sabe usted en qué condldonci ^e desenvuelve la clásica «libertad de pensáínlento»? Ni siquiera se admite la decorosa neutralidad y menos todavía aquel sentido periodíittco saludable y limpio, como eco de normas y principios de ética, sin 01tenaible tendencia de confesionalldad. Los «comunicados» han de publicarse íntegros, -sin notes ni fraies aclaratorias. Aunque sean ofenilros para la Iglesia; aunque deformen la verdad agravien los derechos de ;a Justicia. —Pero en estas circuus'aacla»lo hacemos óbservar— tendrán que ir desapareciendo poco a poco .'todos los órganos que no admiten e»e género de medlatlzaclón que meaoi caba la dignidad. --Así ocurrirá íor z isamente. El «Diutlches Volklblàt» de'Stugart, Veterano en la grao mili' cía, que desde hace 87 afloií/^uw''1 en las vanguardias, anuadó el do me» a sui lectores que «ta* vos reglamentos de la Cámit* Prensa»te obligaban a ce»aí enlep« bllcaclón. La casa editora del «Sch? wabenvenlag» ha declarado, que poí to, en la certera previsión de esta v no hallarse de acuerdo con Ibi hora, nos había avisado: —si el mu^ 'glas acordada» para la exp"e»ióa • do os odia, sabed qu* antes me ' las ideas, suipende p « tlenpJ«a odió a mi. -Asistimos hoy al espec- definido sus trabajos dé impient»táculo de una prensa sin freno, que, -El dlá ogo que casi a la letta furiosa, ataca idea» y páraona», dogma y liturgia, sin que basten a detener estas arremetidas los artículos del Concordato. Vuestro» suf dmlen tos son también los nuestros; vuestras persecuciones las nuestras. Si llegara un día en que a semejiriza de ios primeros apóstoles, se nos considerara dignoi de sufrir ultraje y martirio, por el nombre de Cristo, * repetiremos, con San Cditóbal: «Señor, no les culpes de este pecado». La nobleza de tal actitud es claro in- mos 'pi-ocuracio reproducir n^i w ministra copiosos e Interesantel puntos de meditación, sobre \o$ que será forzoso insistir ¿Donde v» a parar aquella famosa «K «Ituf» de que tan legMmsmente bia»onaban ios alemane»? ¿No se advierte en ee» i a perspectiva uaclorai-soclallit»' una decadencia de civilización ocd' dental y crl»tiana? J. Polo Benito Editorial-ACCION. -Teruel JOSE MARIA CONTEL Ï9 dstaiaa.ti.-l ■HHWHS! Delegado provincial de las entidades de seguros «taitftbpia» (IHCIBHBIM) Hafcsa Bsyafiaia 4« Msm Ags^prnavlas» (PHBRISOO . *hm «rtatea de As«iá«a«ca> (AGCiDUfiBS DEL «RABAJO T BBSPOItABILIDAD CIVIL) Be nocastoa agentas aa teda ia jrorí.gda •tsVea eeàtlafeeea Nota de precios para la presente temporada de lis clases que fabrica la acreditada Casa: •joña extra, en barra, Ijona extra, cejltas de libra, 1 80 jjona extra, cajltas de media libra, 1 00 Provenza, 5'50 Mazapán de yema, 4 '80 Mazapán de frutas. 4 00 Crema tostada, 5 25 Guirlache almendra 4 60 Calidades extraftnas 5 25 ptas kg. » K egro de almer dra, B anco de avellana, Blanco de piñón, Cádiz, Alicante, Mazapán pifia América, Cascas de V lenda, Plguriti s de Tcledo. 4 00 ptas kg. 375 » * 400 480 450 4 50 4*60 550 > 1 Clases especiales superiores Blanco y Alicante, 2<80 otas ka o • , , ' pías. Kg. Guirlache y Negro, 2Í40 ptas. kg. Descuentos al comercio según importancia del pedido. Fábrica: Mariano Muñoz, 4. DZspacho: C. Castel,^