Página 4 & L M * Ñ à N ^ 2 enero d© 1 9'. 1 Información de España y del Extranjero | Comentarios al jJiscurso del_señor Bugallal El señor Cambó hablará cuando conozca el texto íntegro | No es cierto que haya caído prisionero ds los moros | el aviador señor Burguete SUCESOS Y OTRAS NOTICIAS COMENTARIOS DE LA. PRENSA AL DISCURSO DE BUGALLAL Madrid, 2.— La Prensa comenta el discurso pronunciado ayer por el conde de Bugallal. cEL SOL» cEl Sol» dice que aquél tiene la virtud de desconocer que Españ v ba padecido una dictadura, y que después se han producido sucesos cuya trascendencia rebasa los hechos ya vistos. El se ñor Bugallal ha presentado el mismo programa que podría presentar el partido conservador el año 1900. cABC» «El discurso del conde de Bugallal, por su fuerte dialéctica, por su trascendencia, por su influencia segura sobre la clase con servadora más allá de la política, es un gran servicio a la causa de la normalidad, servicio incompa rabie por la consecuencia infl ;xible y el ejemplo con que el jefe conservador y casi todos sus co» rreligionarios han sostenido su adhesión a la Monarquía en los años difíciles de la dictadura.» «AHORA» «Cuántos a tn amos sinceramente el orden, un orden no impuesto, sino aceptado como fruto de la colaboración del mayor número de elementos posible, desearíamos que el partido conservador, que pudiera ser en estos instantes algo así como ei fiel de la balanza, no olvidase su sigaíficacióa y se dispusiese, como Cánovas, a con tinuar la historia de España, sa biendo que la historia es un con tinuo fluir que lo que necesita es ser encauzado para que no se desborde.» «LA EPOCA» «No quiso el conde de Bugallal trazar un programa. No era preciso al partido liberal conservador, que tiene el suyo, avalado por gloriosos servicios. Se limitó el conde de Bugallal a escoger unos cuantos puntos, unos cuantos temas, y sobre ellos expuso su critério. Adhesión firme e inconmovible a la Monarquía constitucional parlamentaria, personificada como institución fundamental y esen cial de la vida pública española; repulsa enérgica y severa para cuanto sea provocar un período constituyente; la condenación de los movimientos revolucionarios, advirtiendo a trdos el carácter extremista y desbordante que tie¬ nen siempre; preocupación por el problema agrario, que en España tiene más importancia que en otra parte; definición humanista de las relaciones del partido con los Go biernos; llamamiento a las fuerzas afines. ¿Quién duda que t^doesto era necesario y resulta beneficioso en los momentos presentes? Otro punto tratado con suma elocuencia y maestría por el con de de Bugallal, es el referente a los grandes partidos políticos. Estos existirán siempre; serán más o menos poderosos, segú i las circust anclas lo impongan, pero el anhelo ha de ser vigorizarlos y no destruirlos. Sobre el discurso de ayer habrá ocasiones de insistir; pero, desde luego, se advirtió en el mismo lo que deben ser las notas características del partido liberal conser vador. Lo son, desde luego, de su jef¿: el culto a la tradición cano nista; la ponderación en el juicio: las ansias de compatibilidad entre el progreso y la historia. Y se pudo advertir otra cosa consoladora: la de que el partido liberal conservador está siempre dis pues to a ser un instrumento del Gobierno.» «LA VOZ» Dice, entre otras cosas: «Lamentamos profundamente que el jefe de uaa agrupación po lítica que aspira al P ader y que lo pid ó solemnemente en asamblea general de su partido, se muestre tan insensible a las realidades nacionales; porque su impermeabilidad ideológica es una prueba de que el llamado viejo régimen, garrido por el vendaval septembrino, no puede ni debe volver, si es que se quiere que España viva normalmente su vida colectiva de acuerdo con la marcha que sigue el mundo. Y lo mismo pensarán, estamos seguros, casi todos los españales capaces de pensar.» «LA nación» Los términos patrióticos, correctos ecuánimes, en que se produjo el conde de Bugallal, muíven a una sincera, auaque extremada respetuosidad personal, que nosotros le rendimos. El discurso1 no nos convenció ni convencerá de seguro al país de los partidos históricos. Qaeden aparte los servicios de Cánovas, de Maura^ de Dato y de S igasta. ¿Qué tienen que ver los merecimientos personales de esos grandes períodos con el período que se comprende entre la Restaura ción y 1923, úiica cosa que se ha condenado de manera objetiva? No por el partido, sino pese al partido, hicieron lo que hicieron algunos hombres. En la dirección en aquellas fu iizis históricas que no estuvieron aglutinadas por un ideario, no prevaleció Maura ni D .ta, como tampoco en el otro perduró Moret. «INFORMACIONES» «Nos perece perfectamente ló gico cuanto expresó ante sus ami gos el conde de Bugallal. Fué enérgico al rechazar vigo rosamente ataques recientes diri gidos al ayer político, cuyo enco mió subrayó al declararse no do • blegido ni atraído siquiera ante la iniciada imposición del sector político regionalista; pero no fué justo ni lógico para el núcleo de opinión pública en general y ño sólo política, que sigue abomi* nando del pasado y de la gestión antoñana de los viejos grandes partidos cuyo recuerdo y su continuidad de acción secondena. A nuestro entender, el conde de Bugallal acreditó la justicia de esas condenaciones en sus mis* mas palabras de ayer». «EL DEBATE» En su artículo de fondo que publicará mañana, dice: «Las dos mejores partes del discurso pronunciado ayer por el conde de Bugallal son, a nuestro entender, las dos primaras: esto es, las que se refieren a la Monarquíi y a las Cortes Constituyentes. La declaración de fe monárquica que hizo el ex presidente del Congreso es la que corresponde a quien lleva el título de jefe del partido conservador; mejor dicho, es la que corresponde a to o el que ocupe un puesto dirigente de un partido monárquico. En estos momentos de la vida nacional son menos que nunca aceptables las vacilaciones y las medias tintas: se es monárquico o no se es. En el primer caso se expresa uno como acababa de hacerlo en su'discurso del miércoles el conde de Bugallal. Suscribimos sus palabras cuando dice no ve en la Monarquía ni una persona, ni una familia, ni una institución, sino la suma y compendio de la autoridad del orden. Podemos añadir, además, que la Monarquía se muestra consti tucióa histórica, que está en la entraña del alma nacional. Y eso no puede cambiarse ni por un mo- \ vimiento revolucionario, ni tampoco por un procedimiento jurídico. Henos aquí en la segunda parte del discurso, que es, a nuestro jui • ció, la de más positivo valor. El conde de Bugallal ha declarado con valentía que los constitucionalistas están muy cerca de los revolucionarios. Y no es que por estas palabras se declare opuesto a toda reforma constitucional. Quienes han afirmado que el jefe de los conservadores desea una Const tución estática, inmutable, no se han enterado de lo que ha dicho. Lo que Bugallal no admite es una reforma total, una Constitucional de nueva planta. Con mucha razón advierte que el tipo de reforma sólo es posible en las naciones nuevas que aún no han logrado su definitiva estruc turación política o en los países viejos, después de una sacudida de tal magnitud como la guerra europea. Y recordó oportunamente que los liberales y demócratas han sido siempre los más opuestos a que se tocase la Constitución. FL CONSEJO DEL BANCO DE ESPAÑA Madrid, 2.— Se ha reunido el Consejo del Banco de España y se acordó repartir a las acciones un dividendo de 70 pesetas, que con las 55 repartidas a cuenta, ha cen un total de 25 pesetas, igual al del año anterior. UNAS DECLARACIONES DE CAMBO Madrid, 2 —«La Veu de Catalunya» publica unas declaració nes de Cambó con motivo del dis curso de Bugallal. Dice que ha leído detenidamen te el discurso en las distintas y contrarias referencias que publi ca la prensa de Barcelona, y en casi todas ellas— ha dicho— veo que se consigna la afirmación de que tiene por descontado que yo he de acoger las alusiones y críticas que ha tenido la bondad de dirigirme con indiferencia y desdén. Se equivoca completamente. No sólo por lo que es él, sino por el cargo que ostenta, yo recogeré y comentaré con todo interéi y con toda consideración la parte de su discurso que a mi se refiere. Y no lo hago hoy porque no conozco el texto integro oficial. He venido mucho tiempo sufriendo los inconvenientes de que se me combate basándose en palabras o actos intxistintes o deformados y por eso no quiero correr ei mismo riesgo respecto al conde de Bugallal. EL MINISTRO DE LA GOBEKNAOION NO ESTA EN SU DESPACHO Madrid, 2.— Al recibir esta mañana a los periodistas el subsecretario de Gobernación, les dijo que no tenía noticias de particular que comunicarles. Añadió que el ministro no se encontraba en su despacho oficial, pues estaba conferenciando con el jefe del Gobierno. Dijo por último que en toda Espí ña reinaba tranquilidad. EN LA PRESIDENCIA Madrid, 2.— El general Berengu er ^recibió esta mañana a los periodistas, a quienes dijo que su majestad el rey había firmado el pase a la reserva el capitán gene-, ral señor García Herrar z. Los periodistas le preguntaron si no hibía surgido algú a conflicto con motivo de la prórroga de presupuestos. n J El presidente contestó negativamente añadiendo que nada sabía de los motivos por los cuales pudiera surgir ningú a conflicto de esa índole. CESE DE UN DIRECTOR GENERAL Madrid, 2 - En el ministerio del Trabajo se dió esta mañana una nota a la prensa haciendo saber que habla ees ido e i la direcc;óa general del Trabajo elstñarGaliani. Para sustituiile ha sido nombrado el señor Rodríguez Cano. FRANCOS RODRIGUEZ MEJORA Madrid, 2.— Aunque paulatina « mente, se va acentuando la mejoría del presidente de la Asociación de la prensa de Madrid señor Francos Rodríguez. BANQUETE EN PALACIO Madrid, 2.— Esta noche se celebrará en Palacio un banquete ofrecido por su maj astad el rey al cuerpo diplomático. NOTICIA RECTIFICADA Madrid, 2. -En la dirección general de Aeronáutica, facilitarott una nota desmintiendo que el i