eneio de 19^1 Cl Mañana Página 5 VIDA LITERARIA Y ARTISTICA Los viajes y exploraciones clásicos En nuestra época es assz frecuente ver que cuantos se consagran al estudio del suelo americano no tienen en cuenta la existencia de valiosos precedentes a este respecto, o sea magníficas exploraciones llevadas acabo por esforzados espgfnles, principalmente en aquellos tiempos áureos de la conquista y colonización del Nuevo Continente, que constituyeron empresas de magnitud sobresaliente, bastantes por si solas para sentar lo heroico de la raza. Así, no es raro leer los relatos de algunas de esas cruzadas contempo ráneas por las regiones menos conocidas, en las que no se evocan las incursiones de referencia, indudablemente más meritorias, > por cuanto en aquellos tiempos carecíase de los adelantos discursivos que hoy tanto facilitan al ii jfnbre su dominio medio natural. Y, sin embargo, es maravilloso ese conjunto de gestas bizarras llevadas a cabo por los adalides hispánicos de los siglos XVI y XVTI. Alguien ha dicho ^que desde las Montañas Rocosas hasta la Tierra del Fuego no se contará ni un rincón de alguna importancia en el que los por Lummis llamados «exploradores españoles> no pusieran sus plantas. Y si hoy día no consta así de una manera categórica débese a mil peripecias que hicieron tanto que de varias regiones y épocas de coloniaje no .se trazasen las correspondientes crónicas o narraciones, cuanto que algunas de las escritas en otras se perdiesen, lamentablemente. Empero, el tesoro español referente al suelo y a la vida americanos, por los mismos que desarrollaron su exploración, es de mag na riqueza. Su conocimiento resulta obligado para la colectividad hispánica, que en él ha de en coatrar el acicate para el futuro. L·os no habituados a tales cuestiones., por previa tendencia simpatizante, admiraranse paladinamen te y vendrán en sumarss a los devotos del mismo, que tanto pro -pugnan por su difiísióD, Hay una gran biblioteca o colección de libros qu i bajo el rótulo genérico de «Los grandes viajes clásicos> nos ofrece el conjunto más extenso y armónico de esas producciones de ref ¿rencia, incluyendo en ellas las correrías matí timas y descubrimientos de algunos sabios y nautas extranje ros. La tal biblioteca comprende una treintena de vo ún^nes, en los que se coatienen obras denlos autores siguientes: Sptkí, Barnier. La Gondamíne, Mattluws, Darwín, Cook Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Fernández de Navarrete, Hernán Cortés, López de siguen enriqueciéndose con nuevos volúmenes interesantísimos. Así vemos que hace poco apareció la íamosa Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, por el soldado-escritor Bernal Díaz del Castillo, y, ahora, la Htstotia de la provincia de San- Marta y Nuevo Reino de Granada, por Fray Pedro de Aguado. La Historia de la provincia de Sancta Marta y Nuevo Reino de Granada constituye la primera parte de la llamada «RecDpilación historial resolutoria de Sancta Marta y Nuevo Reino de Granada de las ladias del mar océano>, en la cual se trata «del primer des cubrimiento de Sancta Marta y Nuevo Reino, y lo sucedido hasta el año de sesenta y ocho; con las guerras y fundaciones de todas las ciudades y villas de éU. Sa autor, el padre Aguado, fra ciscano de la regular observancia, fué ministro provincial de la Orden de Santa Fé de Bogotá. Obra lata (tres tomos en octavo mayor, de más de cuatrocientas cincuenta páginas cada uno), constituye uno de los monumentos bibliográficos fundamentales del género de referencia, una de las composiciones más amplias y genuí nas de cuantas se produjeron en aquel ambiente vernáculo, escritas por testigos de la conquista y colonización. Nueva Granada fué el nombre genéiico déuna extensa zina de la América del Sur comprensiva de varios adelantamientos, en lo que hoy son Co lotnfbia, Ecuador y Venezu ela. Ál haber Colón arribado a aquella «costa firme» a poco de descubrir las Antillas, resultó que pronto hubo de constituir núcleo de la expansión española por el continente, sirviendo lo mismo de objetivo de colonización que de lugar do arrancaban las expe diciones para mas lejanas latitu des. Rápidamente creáronse allí numerosas e importantes ciudades, origen de las actuales, e inicióse uaa notable cultura, templándose todo español que allí llegaba con el poderoso estímulo de la gran riqueza que ofrecía aquel suelo, riqueza que fué el gran fundamento de tradiciones y leyendas entre las cuales la famosa de El dóralo fué la principal. El padre Aguado ofrece en su obra un completísimo cuadro del suelo y la vida de aquella época en el virgen ambiente sudameri • cano. Y si gran parte de la trama histórica, considerada escuetamente en el aspecto bélico, podría encontrarse en otros libros, en cambio la maravillosa urdimbre del medio en que discorre la compleja acció q del libro, difícilmente hallárase en ningún otro semejante. La iy/sfór/í2 de la provincia de Santa Marta y Nuevo Rei no de Granada alcanza magnífica plenitud. Admira ver reflejada en sus páginas, con certera visión, sereno juicio y ponderado análisis, la suma características de aquella tierra pegada a la línea ecuatorial y, por ende, tan maravillosamente rica en gea, fauna y flora. Con estilo espontáneo, plás tico, el padre Aguado consigue la máxima objetividad, de lo que resulta que la lectura de la obra— en la que se conserva el lenguaje arcaico originario que, le jes de oscurecer el sentido, préstale incentivo—cautiva y emociona. P)co a poco, en la minuciosa y compleja, aunque no recargada, reseña del período de referencia, el Cien jotas de Teruel fCONCLUSIÓN) 62 Quien tenga ojos en la cara se tendrá que convencer: que es Torán el que trabaja por hacer grande a Teruel. 63 Hombre que no se discute es hombre que no hace sombra: los que hablan mal de Torán son los que agrandan su gloria. 64 De los hijos dé Teruel es hoy el más popular; dentro y fuera de Aragón el ingeniero Torán. 65 Es grande José Torán porque tiene el corazón; abierto para querer: cerrado para el rencoi. 66 Dice Santa Emerenciaoa y lo confirma la Iglesia: Es Torán para Teruel verdadera Providencia. 67 Entre los hombres ilustres que han nacido en Aragón: es sin disputa ninguna, José Torán el mejor. 68 Donde está Torán no hay penas pues las sabe remedi?r; con su noble corazón y su m·ino l.beral. 69 Dicen que sorá Torán diputado por Teruel: todos los que piensan alto han de encontrarlo muy bien. 70 , :■ :;, Hay quienes buscan la suerte y no la encuentran jamás: pero la tiene T^i u^l porque es madre de Torán. 71 En la tierra de la Jota hay hombre^ de gran valía: por experiencia lo sabe, con Torán, nuestra provincia. 72 Los que quieren a Teruel de caciques no hacen caso: siguen a Pepe Torán que va por camino sano. 73 A la orillica del Tuna me puse a considerar: qué sería de Teruel si no tuviera a Torán. i lector asistí» ?i innú-neros detalles 1 pn aua iimt^ dot zapatería.