¿fío IV. Núm. 627. Redacción y Administración Ronda Víctor Pruneda, 15 Franqueo Concertado Teruel, viernes 23 enero de 1931 campo escolar agrícola Con motivo de la estancia en Btiestra capital del ilustre comprovinciano y bienhechor de Teruel don José Torán de la Rad, éntrelos muchos testimonios de afecto y simpatía que le fueron prodigados, figuran aquellas peticiones que se hicieron en relación con los intereses de esta amada ciudad y su provincia, y las iniciativas que por hijos amantes de esta bendita tierra le fueron expuestas para que con su valioso apoyo pudiesen recibir el calorque habrán de convertirlas en dichosas realidades para la vida local. Entre estas figura la idea de crear un campo escolar agrícola donde los niños de nuestras escuelas puedan recibir bajo la competente dirección de sus maestros y de los técnicos las debidas enseñanzas en beneficio del futuro desarrollo de la Agricultura, tan descuidada por desgracia en nuestra patria. Un señor concejal de nuestro excelentísimo Ayuntamiento brindó la anterior idea al señor Torán en su reciente visita a Teruel, y huelga decir la complacencia conque nuestro querido amigo acogió tal proposición, ha ciéndcla en el acto suya. En terrenos que hay próximos a la plaza de te ros, sabemos que en breve se iniciarán los oportunos trabajos para ver de llevar a la práctica dicha iniciativa y poder así ofrecer a nuestros escolares un campo ígrícola de experimentación o de demostración según lo que decidan, con vista de las circunstancias, los técnicos y los maestros de los niños. En relación con esta asunto publicamos hoy un instructivo ar tículo de don Agustín Nogués y Sardá, al que remitimos al curioso lector. La Lotería Nació nal en Teruel 4-500, pesetas En el en premios, sorteo celebrado ayer en M8^id, han resultado premiados ccc3.C00 pesetas el Lúmero 19.552 * cen 500 pesetas el 35.450, los s Omeros vendidos en laAd^istración de esta capital. ^1 35.450 se han vendido las tres series. dos Los billetes han sido despacha- en ácimos sueltos. Va ^ ariosdelosdeli)úmero 19.552 j^fgan por los empleados en Das de la Contr errccarril Teruel- Alcafii ata del Las "goíitas de Flüge,, FANTASIA FEBRIL Estoy muy preocupado; no sé si será mejor que me nombren senador o me elijan diputado. Libre de fiebre gripal y ya sin tos ni estornudos, siento los ataques rudos del microbio electoral. Y no extrañéis que de calma mi alma no participe: esta fiebre es otra gripe que hace su nido en el alma. ¿Será un contagio? ¡ Ay demíl; de un informe luminoso que escribe Pardo Gayoso, gy que deducir que sí. Yo, leyéndolo, deduje que me debí contagiar; me la han debido pegar con las "gotitas de Flüge' \ Algún candidato ignoto lanzó gotas a mi lado, y ese filtro envenenado me dió la fiebre del voto: Fiebre que con fiero acceso me lleva, mal de mi grado, a pensar en el Senado y a señar con el Congreso. Y de neche,— alguien me oyó y me lo ha contado así, — a veces exclamó:— ¡Sil— y otras veces digo: — ¡Nol — Ayer mismo, inoportuno y más loco que una cabra, lancé un:— Pido la palabra...— por pedir el desayuno... Y a mi criada Colasa dije cuando lo servía: * — ¿Qcé me da su señoría en esta leche, que abrasa?—. Gracias a que el aguijón de ese virus impelente me ataca precisamente en oportuna ocasión. Hoy convienen los renuevos que honora las Cortes den; es decir, no pollos «bien», sino políticos nuevos. Me creeréis viejo.., ¡Oh!, hay que distinguir aquí: como ciudadano, sí, como político, no. Soy un hombre excepcional, y esto no lo afirmo en balde: no he sido jamás alcalde..., ¡ni siquiera concejal...! La ocasión la pintan calva y ella me sacaiá a salvo; ¿de qué me sirve ser calvo si esta ocasión no me salva? Aprovechad la ocasión 'y vetadme... Sí, votad y a la vez desconfiad de cualquier imitación. Mis ideas ya he vertido en un programa estupendo que yo mismo no cemprendo cómo a mí se me ha ocurrido. Y no es justo qne celebre el acierto de programa^ porque a mí mismo me escama que lo dictara la fiebre. Si aprueban mi plan cañón, habrá en la casa del pobre oro, plata, níquel, cobre longaniza y salchichón... Si hay alguien que no lo crea, —y conste que no lo creo, — ya verá el odio y j üeo vueltos amor y jalea. Y sería un galopín, por no decir un rufián, el que en vista de mi plan aun exclamara:— ¡A mí, plín!— Mas si mi plan a sus anchas de ja a España en el deleite, siendo una balsa de aceite no dejará de haber manchas... Noto que la reacción me va quitando la fiebre y es muy fácil que se quiebre mi febril aspiración. Y como sin un distrito bueno, bonito y barato si quiero ser candidato resultaré un candidito. Desisto... y ello quizás es lo que más me conviene porque así el año que viene ya tendré algúa voto más. Y entonces ya habré pensado sí resultará mejor que me nombren senador, c me elijan diputado. Dr. CALVO. En el Ayuntamiento Reunión de fuer¬ zas vivas Ayer, a las seis de la tarde, se reunieron en el despacho de la al caldía las fuerzas vivas convocadas psra tratar de los asuntos a que en números anterioees hicimos referencia, siendo el princi pal de ellos el de la guarnición militar de nuestra ciudad. Después de dar las gracias a los asistentes el señor alcalde, y de exponer en breves términos el objeto concreto de la reunión, varios señores hicieren uso de la palabra para puntualizar sus respectivos criterios, tomándose, en definitiva, el acuerdo de dar un voto de confiar za al señor alcalde don Agustín Vicente a fin de, en inteligtncia con el señor gobernador civil, que en la actualidad se encuentra en la capital de España, señalar el momento oportuno para la iniciación de las gestiones conducentes al fin que se persigue. Reinóla mayor cordialidad y entusiasmo. EL CAMPO ESCOLAR AGRICOLA El ministerio de Instrucción pública ha creado, en poco tiem po, 45 campos de demostración agrícola, anejos a otras tantas es cuelas nacionales de niños. Los resultados del ensayo son, en general, exelentes, y es de esperar —dado el entusiasmo que por la obra sienten los maestros directo res— que cada día lo serán más. Soy un convencido de la eficacia de esa hermosa empresa. En ella veo una gran fuerza para esparcir a los cuatro vientos, hasta el más apartado rincón de nuestros valles y montañas, el progreso agropecuario. La escuela— la experiencia de dos años me lo confirma— es el principal medio para ednear agrícolamente a la juventud rural. Y, de paso, a los adultos. Él éxodo hacia las ciudades, au menta. Las aldeas y los campos, se despueblan. Faltan ya brazos en muchas partes. Y más que bra zos, almas. Almas que vivan, no que vegeten solamente. Almas inteligentes, generosas, serenas, pe gadas amorosamente al terruño, satisfechas de saludar la aurora y de despedir el último rayo del sol. Los maestros y las maestras ru rales tienen la noble misión de forjar el alma de la campiña. De amar las juventudes de los puebles o aldeas. Formación familiaragrícola, moral y social. A los gobiernos incumbe poner los medios. EL AMORAL CAMPO La vida del labrador es la más sana, la más independiente, la más libre, condiciones esenciales para ser la más -elíz. Pero la vida campesina es también dura y áspera. Dureza física y moral. Esta última es la que más le agobia. Mejor resiste la fatiga del cuarpo que el desaliento del alma. Algu nos años, el último eslabón de una cadena de promesas y esperanzas termina en un cruel desen gaño. La helada, la sequía; una pjaga que le disputa sin piedad la cesecha; la repentina depreciación del grano, del vino del aceite ; la usura sin entrañas lleva la miseria, a veces la ruina, a un ^entúrese hogar. Eses contratiempos, cuando se realiza una labor hosca y dura, coir o dura y amarga es, en general, la tierra española cultivada, acaban por medificar la necesidad de nn gran número de labradores. Y esa mentalidad particular es el primer resorte qne los lanza a la emigración. La sargre joven y vigeresasevaa fecundar extn ñas tierras. Más tarde, ncs^devolve- rán éstas unos puñados de oro y mucha sangre gastada. Si el país no gana en el cambio, raza pierde, degenerando cada día. Por eso hay que templar el espíritu del labrador en la serenidad y poesía de la Naturaleza, despertándole el amor a la tierra, y el güsto de sus trabajos y operaciones. La juventud campesina no tiene conciencta del valor y superioridad de la vida rural. No consi» dera, en lo que vale, el poder respirar un aire purísimo; no sabe apreciar las bellezas y los encantos que la tierra reserva a los que saben comprenderla y amarla. Y aquí surge el primer fin que debe perseguir el maestro director de un campo agrícola: hacer amar el campo. CÓMO HACER COMPRENDER Y AMAR LA VIDA DEL CAMPO Para amar el campo, lo primero es vivir en é1; pero esta condición no basta, como lo demuestran los mismos labradores. Se necesita algo más: verlo desde el punto de vista de la belleza, y ésta se descubre en la Naturaleza» después de un proceso de educación que debe comenzarse en la infancia. De ahí que el maestro, demás de acudir a la fuente del Arte— la pintura y la literatura,— ha de llevar, siempre que pueda, los niñss al campo escolar agrícola, primero a jugar, a jugar mucho en completa libertad; después intervendrán en las labores que en el mismo se realicen, como otra forma, reflesiva y disciplinada, del juego. Esta segunda fase es la que aquí nos interesa, y de ella vamos a ocuparnos. ¿Cdmo conseguir que los niños comprendan y se aficionen al campo? Los recursos de que el maestro puede disponer son variados e inagotables. La escuela dispone de un campo; es de los niños, y como cosa propia, es preciso que lo ordenen, lo cuiden y los embellezcan. Allí, trabajando su área de terreno, nutrirán el espíritu de ideas de las cosas que les rodean y que excitan constantemente su curiosidad. Allí prepararán o verán cómo se prepara el suelo para las siembras; pesa» rán y seleccionarán la simiente; harán el cálculo y la mezcla de los abonos; distribuirán si pueden, la simiente y los fertilizante?; estarán atentoepora sarprender la aparición de los primeros tallos; admirarán con deleite cómo crecen y crecen las plantas, cómo sube y sube el trigo hasta (Coníinúa en la 8.a plana).