Página 2 El Mañana 2o enero de 1931 JORNALES Y DESTAJOS Una de las kyes básicas déla Sociedad, es la de que toda perso na que realiza un trabajo, ya sea manual o intelectual, debe recibir una recompensa proporcionada al valor del trabajo ejecutado. Esta recompensa si se nos permite llamarla asi — es un producto de dos factores. El primero, el valor asignado a la unidad de trabajo, y el segundo, la cantidad del mismo, bien entendido que la palabra can. tidad carece aquí del sentido que comunmente se la da, sino que tiene otro más amplio, del que luego hablaremos. EJ primer factor, o sea el precio de la unidad de trabajo, es muy variable y viene determinado por la ley de la oferta y la demanda. Cualquier intento que se hiciera para fijarlo, solo subsistiría mien tras se mantuviese el equilibrio entre la oferta y la demanda, pero, en el momento en que, una de las partes pudiera inclinar la balanza a su favor, entonces automáticamente habría una variación en el precio de la unidad de trabajo, aumentado si la oferta excedía a la demanda y disminuyendo cuando la demanda superase a la oferta. Ahora bien, suponiendo un equilibrio estable; ¿en que habíamos de fundarnos para determinar el precio unitario del trabajo? Lógicamente en las necesidades individuales y colectivas. El precio unitario sería tal, que la recompensa media fuese lo suficiente para satisfacer las necesidades nonos referimos alas imprescindibles como son el comer y vestir, sino que incluí inos tanto las nc Cisidades mrteriales como las espi rituales. La línea divisoria entre necesidades y lujos pueden perfil larse netamente. Henry Ford, el patrono que paga salarios más elevados, y que obtiene mayores beneficios ordenó que por personas expertas se hicieran un estudio para determinar los salarios relativos en los distintos países. Tomando como base que en los Estados Unidos sea 100 el salario-tipo, los demás países han sido. Inglaterra 56,35; Alemania 43 48; Francia 31,67 e Italia 24,23. Estas cifras se reíicrün al promedio de los jornales reales en cada país, y para establecerlas se han tenido en cuenta, no sólo lo que gana el obrero si no también el coste de la vida. Es decir que en los Estados Unidos un obrero puedf» gastar cinco veces más que en Italia en comida, ropa, vivienda, diversiones, etc. Hemos dicho antes que por cantidad de trabajo entendíamos algo distinto a lo que generalmente se concibe. El trabajo realizado por un individuo es función lineal de dos variables, la capacidad y el rendimiento. La primera depende de sus condiciones físicas e intelectuales y puede variar — en el mismo sentido— al cambiar éstas. E l rendimiento es cuestión de voluntad y de lo que se denomina «amor al trabajo>. En su valor máximo la capacidad iguala a la cantidad de trabajo, con un rendimiento igual a la uní • dad, psro normalmente es menor que uno, y por lo tanto, la canti dad de trabajo inferior a la capacidad para el mis no. Y así vemos personas que nos asombran reali zmdo trabajos de los cuiles nun ca las creínos capices, por la sencilla rpzóa de que su rendi miento normal es muy inferior al máximo, posible en un momento determinado. D ^sde el punto de vista fisiológico el rendimiento no debe llegar nunca al máximo y menos de un modo permanente, pues de la misma manera que si a un motor se le hace trabajar por encima de su carga normal, termina por no poder resistir al esfuerzo, tampoco una persona puede aguantar, sin agotar sus energías, un trabajo intensivo y duradero. El rendimiento normal es muy variable. Generalmente oscila entre el cincuenta y el sesenta y cinco por ciento. La cantidad de trabajo, que llamaremos cantidad relativa para diferenciarla de la absoluta, depende de esta última y de la calidad del trabajo. En estos dos factores se basan los dos sistemas de salarios. El jornal y el destajo. En el destajo la calidad del trabajo se admite que es invariable y solo se tiene en cuenta la cantidad absoluta del mismo. El jornal desdeña la cantidad de trabajo, o mejor dicho, la supone inva riable, y solo se refiere a su calidad. El prinero es el caso, por ejemplo, de las obreras de las fá bricas de tabacos, que cobran a tanto la cajetilla, y cuya paga solamente depende de la cantidad de cajetillas hachas. El segundo es el caso en la mayoría de los oficios, donde los obreros se califican por la categoría, o en otros términos, por la calidad— sinóni • ma de clase— del trabajo que realizan. Y así un oficial de albañil cobra más jornal que un peón por que su trabajo es de más calidad que el de éste, sin importar la cantidad que uno y otro realice. Los dos sistemas tienen sus ventajas e inconvenientes. El destajo mata todo estímulo para una mayor perfección en el trabajo ya que lo único que interesa es la rapidez. El rendimiento es muy elevado. Poned un obrero destajista a jornal, asignarle un salario igual al promedio obtenido trabajando a destajo, y veréis que automáticamente disminuye su producción, sin variar la calidad. ¿Es que ha disminuido su capacidad Nada de eso. La capacidad es la misma, pero el rendimiento menor. Al contrario, un jornalero se dedica, por ejemplo, a clavar cajas para el envase de naranjas y gana diez pesetas armando cien í cajas en la jornada de ocho horas. Darle en vez de jornal un destajo j equivalente a diez céntimos por jcaja y ese mismo obrero en el i mismo tiempo clavará más de cien cajas. I Dssde el punto de vista patronal, el salario a destajo, siempre ' que no afecte a la calidad del tra\ bajo, es más favorable que el destajo. Permite una major organi¬ zación ya que puede detfrninarse a priori el costo unitario por mano de obra, que será constantemente cualquiera que sea la producción, y como además generalmente, con el mismo perso nal aumenta la producción, los costos adicionales y gastos gene rales, que son independientes de la producción, serán menores por IIHIlililiilHIililtililliilliiillllillllllillllllItlIllilillUllllllllilillllliilHIilHIÍIIII 61 TAañana PERIÓDICO DZABIO Ronda de Vlotor Primada, 16 Teléfono, 79. Unico diario de la provincia TERUEL (lllllillillilllHIIHIIIIIIlillllll^ unidad producida. Los obreros rechazan colectivamente el destajo por creerlo perjudicial p^ra sus intereseo y también a'g > por dig nidad, aun cuando nosotros creemos t# tan digno es el obrero destajista como el trabajo jornal. Claro es que el destajo no puede aplicarse a todas las industrias y dentro de las mismas industrias hay trabajos que son más con ve nientes realizidos a d istajos que a jornal y en otros sucede lo contrario. Por lo general, la mano de obra femenina se paga a destajo. Es lógico que ninguno de estos sistemas había de satisf icer a un espíritu como el Taylor, el crea dor de la organización nacional del trabajo, y de ello surgió el sistema de primas. Al obrero se le garantiza un jornal mínimo y se señala un rendimiento, o mejor TAURINAS Más respeto a los lectores No sabemos por qué razón la sección taurina en muchos diarios carece de aquella seriedad que caracteriza a todas las restantes secciones del periódico. En uaa noticia política, comercial, teatral o de otra cualquier índole se procura siempre estar bien informa do para publicarla: en la sección taurina no. Basta que f avorezca o perjudique a un torero, a un ga nadero o a una empresa para acoger la noticia y lanzarla a los cuatro vientos. ¿Por qué se hace eso? Creemos que por satisfacer la pasión que tanto en los redactores taurinos como en el público, despierta la fiesta taurina. El periodista taurino escribe para satisfacción propia, impulsado por su pasión y un poco cegado por ella procura más que informar, satisfacer su apasiona - namiento. Esto es muy propio de todo buen aficionado y el periodista taurino que se ha dedicado a esta faceta del periodismo no puede sustraerse a la influencia de la pasión por este o aquel torero y por no lograr libertarse de tal influencia olvidan un poco el respeto que se debe a los lectores a quienes no inforoaan con la ecuanimidad que todos los lecto res merecen y sobre todo no tienen en cuenta los intereses de los diversos factores que intervienen en la fiesta de los toros perjudi cando muchas veces a empresarios, ganaderos y toreros. Que lo escrito es cierto lo demuestra el siguiente caso: El diario de Valencia teniendo muy en cuenta el interés que tiene para aquella región la pugna mantenida entre la empresa sevillana y el diestro Vicente Barrera tuvo la humorada de publicar el día 28 de diciembre día de inocentes una noticia según la cual Vicente Barrera había firmado contrato con la empresa de Sevilla aviniéndose a matar miuras. Dicho periódico ¡publicaba el mismo día y en la misma sección otra noticia diciendo que también había sido contratado por la empresa de Sevilla el matador Manolo Martínez. Las dos noticias eran dos infantiles inocentadas pero la primera de las noticias ha sido copiada por casi todos los periódicos y hoy para la mayoría de los aficionados Vicente B trrera toreará en Se vi • lia y. matará miuras cuando lo cierto es que ni torea en Sevilla ni mata miuras en nioguna parte. ¿No es esto una falta de respeto al público? ¿No es acreditarse de ligereza en la información y perder por tanto autoridad en la información? Creem is que sí. No tratamos en esta croniquilla defender a los toreros porque ello nos tiene sin cuidado; lo que pretendemos es velar por nosotros mismos para lograr que nuestros escritos y nuestras noticias al ajustarse las primeras a un criterio sano y las segundas a una veracidad inegable tengan una gran fuerza y sea la sección taurina de los diarios una de sus muchas secciones que sirven para orientar e informar a los lectores que sabrán agradecernos esto en vez de tomarlo a baneficio de inventario como ahora ocurre. Nosotros estamos completamente convencidos de que el día que un diario tome en serio la sección taurina y la cultive como otra de sus secciones tanto en la paite informativa como en la de crítica o comentario, tendrá a su lado incontables lectores no solo en su región sino fuera de ella porque es preciso no olvidar que a todos los españoles nos preocupa sobre todas las cosas tres de ellas: política, toros y foot-ball. Después de estos tres aspectos nacionales puede ocurrir lo que quiera que apenas si logrará de nosotros un ligero comentario o un momento de atención . Antonio HERREROS. una producción unitaria. A.I çv so sobre la cantidad sefuia^06' aplica un coeficiente progresiv 6 Existen varios sistemas que 8°' ligeras modificacic nss, más o ^ nos acertadas, y de las cuales n " me ocuparé por no hacer denjo0. siado extenso este artículo. El tayrolismo hi invadido Etu ropa. La casa Micheiín de nett< máticos ha sido durante mucho tiempo el modelo de organiza ción científica del trabajo en Eu! ropa. Las industrias químicas v siderúrgicas en Alemania estabau ya perfectamente organizadas de la guerra. Ahora Ford quiere im. plantar sus doctrinas en Europa Salarios elevados y organización perfecta le hicieron millonario. ¿Pero puede la industria de hoy dada la crisis que está sufriendo' conceder salarios elevados? An. dré Siegned ha asegurado que la introducción en Europa de los métodos y salarios americanos es inconcebible. «Podremos admirar a Ford»— ha dicho— «pero sus métodos son muy diferentes a los nuestros». La doctrina de Ford representa el triunfo de la colectividad y Europa es demasiado individualista. Emilio Arias Martínez. Ingeniero A.NÜNCIO Informes Comerciales y Penales España y Extranjero coi Reserva.— Certificados de Penaíes al día, 5 pesetas. — Comialooes generales. — Cumplimiento de exhortes. —Compra-Venía do Fincas.— Hipotecas.— Casa íubdada en 1908.— Director: Anto» nio Ordóflez.— Agente Colegiado. Almorranas Varices - Ulceras Cura radieal SIN OPERACION ni dolor. Procedimiento español propio y único. Sin Esclorosis. Doctor Jaime Ledesma Especialista del Hospital Victoria Eugenia en Enfermedades de la Piel, Venéreo y Sífilis Consulta de once a una Alfonso I, 16, entr0. ZARAGOZA T e m p e ra tull lia' Datoa recogidos en la Estación ^ teorológica de esta capital: Máxima de ayer, 9'3 grados. Mínima de hoy, +1. Viento reinante, E. Presión atmosférica, 687 5. Recorrido del^e"^ 12 ^10^^ (IIIIIIIIIIIIIIIIIHIIIIIIIIIIIIIIIIH Suscripción^ para este diario la» en Madrid, las SAPIC, empresa anu^ dora. Alcalá, 1- üiiiJHiiiiiiiiiiiiiiiiiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiii|llllIlli