Página febrero de 1931 Mañana RELIGIOSA r« Me' pB - A ACCION CATOLICA EN EL MUNDO t¡i PRIMfcR NUNCIO APOSTÓLICO Dfí IRLANDA cabo de una lucha secu ar flUe ha sido alto y singularísimo eiemplo de fidelidad, abnegación Jconstancia, el pueblo irlandés hállase en plena y pacífica pose siéfl de todos sus derechos. Como ejes de su historia, mejor dicho, como razones de su existencia, la libertad religiosa y la indepen deocia política, inflamaron a la continua los ánimos, sin que el desmayo o la vacilación, abatie ran en ningún momento la pujanz de los entusiasmos populares, aunque diversos por naturaleza los dos ideales, ambos corrieron análog suerte. Da comienzo la persecución de los esfuerzos de Enrique VIII por introducir en el país la reforma anglicana y dan principio también unas hostilidades entre Inglaterra e Irlanda, tan duras y dilatadas como jamás se Tleron antes ni se han visto des pués. Los odios que suscitara el na cionalismo irlandés, sojuzgado por la dominación icglcsa, se agravan en 1542 con las iras que provoca la cuestión religiosa y ya desde este instante, los dos anta, g( nismos llevan más o menos pa ralelamente la vida de ambos pueblos. A todos los recursos se ha aludido para obtener la descatoli zación de la Isla, pero quebrado el filo de todas las armas, ni el suave halago ni la persecución a sangre y fuego, lograron jamás un palmo de terreno sobre aquella firmeza, que supo resistir impávi da la confiscación de los bienes públicos y privados, la suspensión de los derechos políticos, destie rros, cárceles y la muerte. Iguales ngores y la misma resistencia mostraron ambos beligerantes, en el largo y complicado proceso de la cuestión política. Hjsta el ex Jerminio de poblaciones enteras l^gó el gobierno de Londres, para sofocar los constantes iatentos ¡te independencia, hasta heroiciUdues insospechadas llegó Irlanda Para mantener viva la llama de su Patriotismo. ¿Quién puede haber c ulado la «werte del alcalde de 01% acaecida en la cárcel de "xtón después de un ayuno de cer i V188» ^^cse a reconoei derecho de los ingleses a han en prisiÓD? p^o a paso ciJ ,0bUniendo la emancipaIrlaní ítÍCa- ElE^do libre de bas o tal eS el títul0 eiltre am" «izacirtn convenido» «ene orgaes ia proPia» la religión oficú- ^ayoríad1?' picfeS2da vor la 100 ' la Pcblaci6n (el 75 por en e, y0Xlmadamente) pues a*n vester (Irlanda del Norte) el protestantismo solo predomina en los condados de Austrun, Down, Armagdh y Londonderry. En virtud de esa independencia que constituye la unidad nación ú dentro de los llamados dominios de la corona inglesa, solicitó, de su santidad el Papa el restablecimiento de una Nunciatura apostó licd. Laudabilísimo y justo anhelo de un pais que por haber vivido contantemente en comunión con Roma, apetecía seguir más de cerca su dirección teniendo un representante del pontífice que fue ra como irradiación de la sagrada persona y el eco de su voz pater nal. La benevolencia de Pío XI se ha mostrado verdaderamente pródiga para que el nuevo Estado, ya que no solo accedió al deseo de nombrar Nuncio apostólico para Irlanda, quedando así elevada la nación a la más alta categoría de las representaciones pontificias, sino que nombró a un sacerdote Irlandés, nacido en Dublín, el franciscano Mons Robinson. Su entrada solemne se ha verificado en los ú' timos días del pasado mes, con tal suntuosidad y entusiasmo tan fervoroso, que no se recuerda, di ce la prensa, acontecimiento más popular y grandioso. Considerado I el señor nuncio desde que puso el I pie en tierra irlandesa, como j huésped del Estado, se aloja provisionalmente en el Hotel Shol» j bourne hasta que terminen las ! obras del magnífico Palacio que a expensas del Gobierno se está construyendo en el Phoenix Park. Millares de banderas pontificias adornaban las calles de la población de Dublin; todas las clases sociales rivalizaron en dar clara muestra a su regocijo. En el banquete de gala el presidente del Estado Dr. Cosgrave, después de dar la bienvenida en nombre del país al embajador del vicario de Cristo, h zo declaraciones impor tantísimas, drlanda —dijo— será siempre católica y siempre irlandesa. Patriota per el amor al pro pió pueblo, romana por fidelidad a su religión, sean las que fueren las futuras vicisitudes». Altamente significativo el hecho, no solo per lo que a la reli giosidad de Irlanda se refiere sino por ser nuevo argumento del prestigio [cada día mayor de la Santa Sede, ?os mismos protestantes han acogido con simpatía a Mons Robinsón. El periódico más autorizado del protestantismo irlandés The Itish Ttmes escribe que nada hay que temer de la ve nida del nuncio, antes al contrario debe satisfacer a los buenos pa¬ triotas por cuanto que afirma la independencia del Estado libre, esta unión más iotimacon Roma. T. Polo BENITO. ASAMBLEA Tcrciarfo-Franciscana Como ya se ha anunciado en las páginas de EL MAÑANA el domingo, día 22, la V. O. T. de Penitencia de San Frarcis co de esta capital, celebrará solemnemente la Primera Asamblea general, prescrita en los Estatutos de dicha O den. Por la mañana, a las ocho y media, la V. O. T. tendrá, como de costumbre, su misa de comu nión, la cual se dirá en el altar de San José por celebrarse los Siete Domingos del Santo Patriarca, cuya misa será amenizada por la Capilla de los Tiples del Colegio, que interpretará la bellísima e inspirada composición a dos voces cD olores y Gozos de San Jo sé> que acaba de componer para esa función el excelente y notable compositor don ATigel Mingóte. Por la tarde, a las tres y media, se principiará la funciói vespertina, consistente en el rezo de la Corona Franciscana y en el ejer cicio del Vía-Crucis, solemne, piadosa y célebre devoción fran ciscana, que viene practicándose desde muy antiguo en la iglesia de San Francisco todos los do mingos de Cuaresma. A continuación en el Salón de Actos del Colegio, se celebrará la Primera Asamblea general, ajustándose al siguiente PROGRAMA 1. ° cVeni Creator>, a dos voces (Fargas) por el coro de señoritas Terciarias. 2. ° «Palabras de salutación >, por el P. Bernardino M.a Rubert, visitador de la V. O. T. 3 ° «San Francisco y los pajaritos», por la niña cordigera Mi guela Subiza. 4.° «Las huellas del Caudillo», por el coro de señoritas Terciarias. 5 ° «Memoria de la V. O. T. de Teruel», por den Antonio Férriz, secretario. 6. ° «Contemplando aSan Francisco», por la señorita Edelia Hern ández. 7. ° «Madre mía», por el coro de señoritas Terciarias. 8. ° «La mujer y la Tercera Orden», por Visitación Valero, se cretaria. 9. ° «El cordón franciscano», por el niño cordígero Pepito M. Carmona. 10. «Apostolado social trancis cano», por el ministro de la V. O. T.», den Francisco de Diego. PAGINAS DE LA VIDA MI MADRE LA PARROQUIA ñidas: también frecuento las Calle adelante van los dos amigos en animada plática. Clara mañana de domingo en la que todo es fiesta, la luz, el cielo azul, la animación, el eco de las altas campanas. Hay alegría hasta en el mismo aire, la alegría del día del Señor. Y de ella están bañadas, saturadas las almas de ambos jóvenes que, siguiendo igual camino, se hallaron al azar. —Voy a misa amis monjas— habla el uno— y las llamo mis monjas porque allí profesó y murió j una tia mía y allí es novicia mi i hermana Rosarito... Si no has estado en misa, ven conmigo, te 'gustará oir la de esa iglesia tan I bonita y tan limpia... Y además cantan las religiosas como los propios ángeles y el altar está es- : pléndido de luces y de flores y el capellán, que es un curita joven, f muy simpático y listo, suele es la de ir a la misa mayor, al gran echarnos unas lecciones sacras es- acto oficial de todas las semanas» tupendas... ¡Y qué público! A pe- durante el cual me siento muyen sar de que todavía es temprano, el regazo de mi madre la Iglesia, se congrega allí una de gente muy de la inmensa familia catóbien... ¡Anda, acompáñame, que lica, muy unido con Dios... Y no te pesará! | además ¿no es a mi parroquia, co- — No puedo— dice el otro— por- mo te he dicho ya, a la que acudo funciones de conventos y oratorios, castos refugios donde toao es fervor; más así como hay mu chas mujeres, pero madre una sola, así una sola es mi iglesia preferida, mi parroquia, en cuyo seno se realizan los actos oficiales de mi vida cristiana, por cuyo vínculo permanezo adherido a la Iglesia Católica, cuyas oraciones y acciones son las mías en la fecunda y cristiana solidaridad que encierra el dogma de la comunión de los santos... Por mi párroco al obispo, por mi obispo al Papa, por el Papa a Jesucristo... Esa es la cadena de oro que no quiero romper. —No te digo que la rompas por venirte ahora conmigo. — ¡Claro que no! Pero hoy, día de fiesta, mi obligación, la dulce obligación que me he creado yo, que yo también voy ahora a misa, sólo que a mi parroquia... No tengo allí parientas, pero ella misma es mi madre del espíritu. No hay derroche de luces y de flores, pe- para todos los actos trascendentales de mi vida? ¿Y no será ella la que a su vez acuda a fortalecerme en mi última hora y la que rece por mí después de mi partida?... ro brilla en su litúrgia el decoro y ¿Cómo no amarla y cómo no dela solemnidad. No recrea el oído mostrárselo así? la galana y almibarada frase de| —¿Así?... un doctor recien hecho, pero vaj —Así, frecuentándola, contriai corazón la palabra persuasiva, | huyendo a su culto, sosteniendo paternal, ungida de evangelio y | sus obras, su catecismo, su boleexperiencia, de mi cura... I tin, su asistencia a los pobres, su —Eres un católico a la antigua, j labor por los jóvenes, sus asociaciones, el decoro de su liturgia... —Y me precio de ello. — Quiero decir... — Sí, ya te entiendo; que hay que modernizarlo todo, hasta el culto, para atraer a los fieles y a los infieles a la_iglesia. „ Conforme... También a mi me gustan | mino y sigo el tuyo Mira, eres tú quien desde este domingo vas a venir conmigo. — ¡Ya lo creo que voy! Instintivamente, sin sentir, hablando hablando, me he desviado de mi ca- esas capillas relucientes y bruñí 11. «Himno a San Francisco», por el coro de señoritas Terciarias. 12. «La paz y la V. O. T.», discurso por el muy ilustre s ñor don Víctor Alegi e, vice- ministro de la V. O. T. y 13. «Proclamación», de las Juntas de la V. O. T. 14. Discurso final, por el padre Luis Mestre, rector del Colegio. 15. «La Cruz del Mártir», juguete lírico dramático por algunos alumnos del Colegio. Se ruega la asistencia de todos los Terciarios a estos actos. EL P. VISITADOR. — Qup, no debes dudarlo, a esta hora y en éste día, es el mejor. Estaban ya ante la carcomida y severa fachada de una vetusta iglesia. Franquearon sus atrios. Al fondo de la nave temblaban las seis luces del altar y en el centro dei refeblo de oro un gran jesús rédente— talla arcaica de exquisita e ingènua factura— eleva» ba la diestra en ademán de paterna bendición y regio amparo. J. LE BRUN.