Año I. Teruel de 31 Marzo de 1883. Núm. 6. LA ASOCIACION, REVISTA PROFESIONAL Y CIENTIFICA DE MEDICINA Y CIRUGIA, FARMACIA Y VETERINARIA DE LA PROVINCIA DE TERUEL. REDACCION Y ADMINISTRACION. Galle de Alcañiz, núm. 4. PRECIOS DE SUSCRICION. Un año 6 pesetas. Un semestre 3»50 > Adelantado. SE PUBLICA LOS DIAS QUINCE Y ÚLTIMO DE CADA MES. LUCHA Y GLORIA. Las almas atribuladas por el exceso de los pesares y cabilaciones, sienten á cada instante un desfallecimiento angustioso, que contribuyen á aumentar los seres soberbios y altaneros que no las comprenden. Los poetas y los que como ellos sienten y piensan, experimentan con mayor intensidad ese dolor sin límites, cuyos arcanos conoce tan solo la Providencia. Yo de mí sé decir, que No ya la gloria mundanal me inspira, No la riqueza ya, ni los honores. No de mujeres bellas los amores, Ni por quimeras mi alma ya delira. Conocí de este mundo proceloso. La falsedad y la apariencia insana, Y por eso mi numen no se ufana. De ser de la ilusión éco armonioso. Busqué ternura y encontré falsía. Mis sueños me han herido con su encanto, Y la noche al cubrirse con su manto, Me ofrece peor que no me ofrece el día. Los médicos, cirujanos, farmacéuticos y veterinarios, pues todos formamos una pléyade de apóstoles investidos de una misión salvadora y humanitaria, tenemos que prescindir de nuestras propias penas, para consagrarnos al noble des¬ empeño de esa misión que el Eterno coronará de gloria inmortal, pese á los que ni aun esa lisongera gracia quisieran que conquistásemos. Preséntase en el firmamento de la ciencia, una nueva irradiación. Los astros que hasta la hora presente estaban pálidos y próximos á extinguirse, empiezan á resplandecer. Desde que se pensó en asociar á los apóstoles de la salud, no brillaron como su hermosura lo necesitaba, en ese espejo del empíreo, ejerciendo la supremacia que tanto bien hace á los que lloran y gimen, sumidos en lecho de angustias. El grupo de tantos héroes condensado en la expresión de mártires, compuesto de almas tan magnánimas, como generosas, era el único que centellear debe luz de alegría, el único que á los pueblos conserva en la integridad de sus fuerzas productoras. Pasaban por el horizonte, y apesar de su potencia luminosa, no era conocido el explendor de su gloria. El ruido de horrendos cataclismos sociales, manifestándose con una luz rojiza y siniestra, era presagio de todos los males que á nuestra clase afligían. Querían que nos odiásemos con ódio implacable: que los astros chocasen furiosamente contra nosotros, produciendo nuestra destrucción. Esa trágica luz, va extingiéndose visiblemente, merced á las fuerzas nobles y generosas que