LA ASOCIACION. Así venia engañando á los infelices que lograba seducir, y, francamente, yo lo sabía y me era forzoso el callar, por que no había entre tantos enfermos y familias ninguno que se atreviese á declarar, lo que había sucedido, ante los Tribunales de Jascicia. En una palabra, faltábanme las pruebas y tenia que resignarme y seguir en el mismo estada de inercia que antes. Así las cosas, se llegó un dia á visitar á una enferma á quien yo trataba una menorragia pasiva y crónica y el esposo de aquella le despidió en términos y con ademanes que no admitían réplica, al ver el decidido empeño que manifestó de subir á ver la enferma y tomarle el pulso. A los pocos días, volvió á insistir en lo mismo y fué despedido como la vez primera; se introdujo en el Batan (es de advertir que esto sucedía en una Fábrica de hilados y tejidos de lana, que posee en esta el Dip itado á Córtes don Antonio Igual) y se encuentra con José Aura, Batanero de dicha Fábrica y le propone su curación (pues ya sabia que estaba enfermo). Pide el enfermo parecer antes de entregarse en sus manos al Contramaestre de dicha Fábrica y este le advierte de qu:en era aquel curandero, y sin atender razones se lo lleva á su casa y plantea el tratamiento por el purgante Leroy. En resumen: este individuo padecía una dispepso-gastralgia hacia seis meses, y al parecer era de las llamadas esenciales. Yo fui combatiéndola por los medios que creo inútil enumerar y así marchábamos hasta que vino el curandero y desde entonces me abstuve de dar medicación alguna, no sin antes abvertirle las consecuencias que le pudieran sobrevenir. Para terminar, diré que este enfermo murió casi repentinamente; y que murió por anemia cerebral consecutiva á la retención y salida de sangre por el último tramo intestinal. Que la autopsia, vino á confirmar mis sospechas; que no habiendo sido la muerte la terminación que yo había pronosticado, me aferré en la idea de que habían sucedido trastornos impropios de la dolencia que él padecía y por lo mismo me abstuve de dar el certificado de defunción, hasta tanto que judicialmente se me reclamó, procurando indicar en ella mis sospechas, para que el juzgado esclareciese los hechos. Se tomaron declaraciones; hice entrega al Juzgado de una botella y unos paquetes de polvos (Rua pargante y vomitivo, según me dijo el enfermo) se verificó la autopsia por ü. Anselmo Pomar, titular de Mora y D. Bernabé Polo, titular de Nogueruelas, por mandato del dignísimo Sr. Juez del partido D. Ramon Regal, y, por fin que de todo lo anterior ha resultado la detención del citado Palleter, y qué..,., no puedo por ahora decir una palabra más por vedármelo el estado de sumario en que la causa se encuentra. Es cuanto ocurre y cuanto puedo decirles, por ahora, no teniendo inconveniente en facilitarles, en ocasión oportuna, los datos necesarios para que puedan formar un concepto claro de lo que aquí ha sudedido, y, si como espero, la Justicia cumple con su elevada misión, tendrán mucho que agradecerle la humanidad en general y nuestra desventurada clase en particular. Suyo afectísimo S. S. Q. B. S. M., Juan R. Arnau. t D. FERMi GARCIA Y LICENCIADO EN MEDICINA Y CIRUGIA, TITULAR DE FORMICHE ALTO, falleció el dia 5 de Abril de 1883, Á LOS 31 AÑOS DE EDAD. La Redacción de La Asociación demuestra su profundo sentimiento por la dolorosa pérdida de tan jóven como ilustrado compañero, y se asocia al infausto dolor .que embarga á su atribulada familia. -— '~— — iiinniiiiiiii iiiiMiiiiiiiiiiiiii Imprenta de Nicolás Zarzoso.