LA ASOCIACION. alcanzar lo que buscamos. La asociación sin el pacto no se concibe. El colegio.. .. acaso nazca, tal vez viva, pero morirá de muerte prematura, como murieron las Asociaciones, las Asambleas, los Congresos,.... como murieron Y morirán todas las sociedades formadas sin |l prévio pacto. "Vamos á pactar, pues. El asunto ú objeto del pacto, es privativo, ó peculiar ó esclusivo de las partes contratantes. Yo no he de meterme pues en él, entre otras razones porque á nadie importa lo que nosotros vamos á pactar, ello fuera, por otro lado, expuesto á inteligencias con autoridades que bien están donde están y yo con decir lo que únicamente debo decir. Su realización, forma ó manera de pactar, es sencillísima, hemos dicho, y no cabe mas: yó pacto, ó asiento, ó convengo, ó trato, ó me entiendo con mi farmacéutico sobre una cosa ú objeto determinado, ó con éste ó el otro Hn, etc.; éste y yó, con el veterinario, practicante ú otros profesores del pueblo y tenemos la primera piedra del nuevo edificio, donde caiga, trabajo les doy á los impactantes (valga la frase) para removerla ó maltratarla: todos nosotros, ó uno de ellos debidamente autorizado, pacta con mi vecino el médico del pueblo inmediato, éste y los anteriores con el farmacéutico del otro pueblo, los tres con el veterinario de aquí, los cuatro con el practicante de allá, todos con el de acullá y así sucesivamente con los demás del pueblo, del partido ó de la provincia y resulta la federación ó pacto federal médico facultativo, ó como le queráis llamar, del pueblo, del partido ó de la provincia táí. Mas claro. Constituida la federación de un pueblo, v. gr., se halla en condiciones para poder pactar con el inmediato: puestos de acuerdo estos dos, con el de mas allá; éstos con el otro, y de esta manera hasta formar la Asociación federativa del partido cuál. Esta á su vez, pacta con la del partido inmediato, las dos con el otro, y todos entre sí hasta realizar la Asociación federaiioa de la provincia tal. M sic de ceteris, hasta la formación de la Asociación federativa Española, médicamente considerada. ¿No os parece realizable el pensamiento? De esta manera y solo así, podríamos formar algo estable y duradero. Nada mejor, en nuestra humilde opinión, á llenar el vacío que todos sienten, que la Asociación federativa, ó lo que es igual, y lo repetiremos cien veces, la unión é inteligencia do nuestros compañeros, que empezando por el pueblo llegue hasta la provincia, y de allí hasta generalizar la común aspiración de todos los profesores de la nación. De ésta manera, y solo así, arrancando el proyecto de nosotros y llegando poco á poco del individuo, al pueblo, de éste, al partido, da a 'a Pl"ov'ac'a> alcanzaríamos por fin á «adrid, esperanza de todas y tantas esperanzas, y faro del proceloso mar profesional en qué na¬ vegamos. De ésta manera, y solo así, mereceríamos de aquellos centros y de sus hombres, nuestros eternos protectores, la consideración y respeto que se nos niega. De esta manera, y solo asi, veríamos á nuestros periodistas médicos y á todos agitarse en el sentido de la verdadera conveniencia á nuestros intereses, no á los particulares que cada cual y bajo miras distintas se propusiera. De esta manera, v solo así, por fin, la figura geométrica de que antes hablaba, sustentándose sobre su propia y verdadera base, admirarla habíamos con respeto, soberbia y magestuosa, destacándose en último término sobre su vértice el Madrid, ánsia de nuestras ánsias, cual vislumbramos al Eterno, sobre cúspide de apiñadas nubes, infundiendo alientos y despertando esperanzas en el camino del azorado viagero. IX. Constituida nuestra agrupación bajo las bases que ligerísimamente venimos apuntando, y que poco á poco iremos desenvolviendo, la ponemos á cubierto do mal veladas ambiciones, y por ende de fracasos como los porque hasta hoy ha pasado. La federación ó asociación general de la clase, por regiones, por distritos, ó por provincias, con reglamentos especiales para cada región, distrito o provincia, en armonía con los usos, costumbres, é intereses de cada comarca, es la única que nos puede procurar el anhelado bienestar que deseamos. ¿Por qué? Fácil es alcanzarlo. Arrancando de nosotros y subiendo poco á poco desde el pueblo á la provincia y desde éstas ú Madrid, allí nombraríamos nuestra suprema Junta, bien por delegación (cada provincia podría nombrar un vocal) bien por representación directa, (cada provincia podría mandar un representante durante cierto tiempo en qne tuviera que entender de asuntos generales). Estos no tendrían ó so adjudicarían el carácter de legisladores, como ahora sucede, sin saber nada de lo que en los pueblos sucede y necesidades que reclaman, sino que fieles mandatarivs se atemperarían á las instrucciones que recibieran del cantón ó región federal que los delegara ó mandara; y no sin hacerles jurar también en iguales ó parecidos términos con que nuestros ascendientes hadan jurar á sus reyes. «Nosotros — •les diríamos, — los del consejo tdl ó cuál, cada uno de los cuales vale tanto como vos, y juntos mis que vos, os nombramos representante en ésta ó la otra parte, guardando y cumpliendo y haciendo guardar y cumplir las instrucciones en esta ó la otra forma recibidas, y si non non». Yá allá: si su actitud y conducta no respondia á la confianza en él depositada, fácil sería decirle: «...el consejo ó la Junta de la región ó provincia tdl, por lo demás, aquí ó p;)r lo demás allí, le retira los poderes concedidos, etc., etc., y tendrá por nulo y do ningún valor dentro nuestro consejo ó pro-