Teruel 15 de Junio de 1885. Núm. 59. LA ASOCIACION, DIREGTOR: D. José Garcés y Tormos, Médico titular de Santa-Eulalia (Teruel), donde se dirigirá toda la correspondencia. CRÓNICA. El hombre es esclavo de las circunstancias, y nosotros no podemos eludir esa fatal inclinación que nos arrastra á hablar de cosas que no quisiéramos para nuestro pais. Y lo que priva, lo actual, el asunto del dia, el que hoy han elevado las circunstancias hasta lo inconcebible en cuestión de hablar y escribir, y no poco en el de decir y hacer es el estado sanitario de la provincia de Valencia. El còlera, v el &acillus virgula y el Dr. Ferrán, pue-, es la preocupación de todos, j están dando estos días no poco que hablar y discurrirá la prensa, al Ministro de la Gobernación, al Consejo de Sanidad, á la Academia de Medicina y á todos los qué, en más ó en menos, nos alarmamos ante la presencia de un coma ó virgula como presunta avanzada del caballero del Ganges. Callar nosotros, pues, cuando todo Madrid lo sabia...., sobre impropio del carácter de nuestro periódico acusaría mala voluntad para con esos bichillos á los que si no conocemos en su última evolución virgula, vemos y tratamos, ha largos dias y sin necesidad de microscopio, algunas do las familias de su árbol genealógico cuyo horno ¿s el microbio. Al consignar en nuestro periódico las impresiones que acerca de tan temible enfermedad corren de boca eu boca y señala la prensa en sus detalles, protestamos de nuestra ninguna intención en querer extraviar la opinión pública ni mucho menos llevar la intranquilidad al seno de las familias. Porque, señores, apesar de todos los microbicidas ó mejor dicho antiferranislas, al frente de los cuales se halla el Dr. Romero con los deigual cuña, Castellote, Escobar, Oldemilla , la verdad, la verdad entera, es, que el virgula vive y crece entre nosotros y hasta se cultiva ni mas ni menos como se cultivan los tomates y melones, es decir, mejorando las clases, géneros y famdias. Y ello, Sr. Dr. Romero, etc., ello, ya es adelantar algo. En este caso, pues, ante la presencia de esa horrible epidemia; ante esas virgulas cultivadas 6 sin cultivar, yo cambio de tono, considero la iminiscencia del peligro en que nos hallamos v muy de veras pido á la Providenibre del terrible azote que nos ame- cia nos naza. Con este objeto, al mejor servicio de la salud pública, se ha armado tal belén, en el asunto Ferrán, que no há tiempo ni aun á leer, cuando menos á extractar, el sinnúmero de artículos de que estos dias vienen llenos los periódicos políticos y profesionales. Ello es bueno, prueba guando menos que aquí en España todavía hay quien piensa y discurre en favor de los altos intereses de la ciencia y por ende en los de la h umanidad á la que van encaminados, perollevan tantas dudas y confusión tanta á nuestro ánimo, que si ahora mismo me preguntára; y V. que opina, que és?: sencillamente contestaría, misto, esto es, ni creoni dejo de creer; conténtome con poder permanecer, como el otro, á cierta honesta distancia de los virgulas y de sus padres los microbios. Declaro, pues, como muy cuerdamente ha dicho el Sr. Perillán y Buxó en su Correspondencia Imparcial, cuyas cartas recomendamos, de paso, á los que quieran estar al tanto del asunto, que no me ofusca la pasión, ni estoy al lado de los que combaten y desairan á Ferrán, ni estoy con los fanáticos, que abren suscriciones populares para erigir una estàtua de plata al regenerador de la Humanidad. Con tan imparcial criterio teníamos dispuesto un trabajo para ésta crónica en el que hacíamos mención de la estancia de Ferrán en Madrid, del discurso de Gimeno en aquel Ateneo, de las visitas de éstos al ministro de la Gobernación y otras autoridades, de las instrucciones dadas á la Comisión oficial, déla llegada de éstas á Valencia, del recibimiento entusiasta, á aquellos, en Alcira y otros pueblos del tránsito, de la actitud de los Diputados Sastron y Baselgas ante las inconsideraciones de la oficial, de la visita de éstos á Burjn ;ot, etc., etc., dé todo nos ocupábamos para venir á parar, diciendo, que según confesión de todos ó casi todos, lo que en Valencia hay es cólera morbo-asiático. Pero como después de todo, esto y mucho mas habrán leído, los leclores de este papely en otros periódicos, retiramos esos trabajos, para dar lugar á otros que sobre mas autorizados, por proceder del hombre en quien se hallan encarnadas las aspiraciones de la clase, hacen relación á lo que mas directamente puede interesarnos. Aludido el Sr.'Sastron, en la sesión del Congreso del dia 8, por el diputado Sr. Rodríguez Rey, que entre otras cosas quiere que el Dr. Romero se convierta en dictador, en. benefi -