LA ASOCIACION. organización que ias ItAgá independiefites de autoridades extrañas, con estabilidad en sus puestos, sin que se las pueda remover de- ellos á no ser por la falta del cumplimiento en los mismos probado por expediente justiíicativo. Y Quinto. — Que para conseguir esas reformas el principal medio es íá unión de las clases y asociación de las mismas, para de este modo acudir ante Los Poderes públicos en reclamación de todo cuanto las clases crean conveniente para la socie.lad y para las mismas, sin que esto excluya que por si puedan poner en práctica, para alcanzar su bienestar cuanto crean conveniente^ estando dentro de la ley. He dicho. S*a««iíííS 4Tto>Vás. Ait: ni la . TRATAMIENTO DE LA DIFTERIA POR LA IB é 1 e ss i ss « . ■ (Continuación.) Obsirvsción 2.a María Brun Moya, habitante de, la casa núm. 32 de la calle de Teruel, de seis años, de una constitución regular, da temperamento linfo-nervioso, enfermó' en 19 de Mar¿o del corriente año. Los- antecedentes patológicos de familia, los suyos han influido en el desarrollo de enfermedad que aqueja. El 19 de Marxo que fui llamado,, encontré á la en ferm i ta sentada en su cama, con la cara muy encendida, rojizos sus ojos, piel quemante, la voz gangosa, algo de inquietud, percibiéndose en las regiones sabraaxilares un pronunciado infarto gangliònar. . Al examinar la garganta deprimiendo la lengua con e! depresor, noté una marcada rubicundez en- la pared posterior de la faringe, velo del paladar, pilares, y las amígdalas sumamente tunfefacfàs, é implantada en ambas una falsa membrana de algún grosor que casi las cubría, de una coloración blanquecina y de forma oval, la lengua bastante saburrosa. La respiración algo más frecuente que en estado normal. El pulso latía 106 veces por minuto. El calor estaba aumentado 39 con 5 décimas. Tenía dolor en la garganta y ligera cefalalgia. Diagnostiqué el caso de una angina diftérica de forma grave. La causa debió ser ci contagio adquirido en su misma casa, en donde fallecieron dos niños de la misma enfermedad. La marcha fué aguda y el curso continuo. La duración ha sido un poco más larga que en la 1.a observación. Terminación. En la salud. - Pronóstico grave. Tratamiento, el establecido en el primer caso. Di .trio clínico. — Día 19 tarde. — Prescripción — De aceite de ricino 3p gramos para xorresn» la saburra gástrica, la solución gomosa con ^la helenina para tornarla al interior en ¡as 24 ho ras, localmente, el alcanfor y la disolución d" aceite con helenina. Día 20 mañana. — Ei calor lo tenia aumentado y el pulso muy frecuente, no permitió que yo la curara, ni se dejó poner ei termómetro "en "la axila. Le hizo la cura su padre y le sacó con los dados las falsas membranas. La misrna pres¬ cripción, menos el aceite de ricino por hajjgj hecho la noche anterior dos deposiciones. Día 21. — -La encontré con las falsas membra-. nas reproducidas pero algo disminuidas, ei calor y la frecuencia en el pulso no habían rebajado. Prescripción la misma. Día 22. — La frecuencia del pulso y el calor habían rebajado, la garganta mejorada la curé con bastante trabajo y le saqué las falsas membranas. La misma prescripción. Por la tarde seguía Jo mismo y no alteré el tratamiento. Día 23 mañana. — El calor más bajo que el día anterior y el pulso lo tenía menos frecuente, la garganta mas aliviada, las falsas membranas reproducidas, pero disminuidas en grosor v en extensión. La misma prescripción. Por la tarde lo mismo. Día 24. — Su estado era bastante satisfactorio, calor y pulso casi normales; las falsas membranas aunque se reproducían de un día para otro, eran insignificantes, la misma medicación caldo y vino. Día 20. — Siguió el alivio. Día 26 mañana.— La encontré con el pulso más frecuente, el calor era bastante elevado,, aumentada la rubicundez de la garganta y mayor el exududo de las amígdalas, debido todo esto á un exceso en la alimentación y el haberla levantado de la cama sin mi permiso y exponerla á una corriente de aire algo fría. Le prescribí un ligero purgante para corregir el extre-; ñimiento producido por ¡a ación de la helenina, continué con la medicación anterior y le suspendí el cajdo y el vino. Tarde. — La encontré más aliviada, había hecho dos deposiciones. Prescripción la misma, menos el purgante. Día 27. — El calor había rebajado, el pulso era menos frecuente, tenía mejorada la garganta y noté da particular que ni podía hacer movimiento ninguno en el brazo derecho, ni en la pierna del mismo lacjo. La misma prescripción, y que le dieran fricciones. con la pomada alcanforada en la pierna y brazo paralizado. Día 28. — Seguía la mejoría, la misma prescripción, caldo, sopas, y vino. Días 29 v 3o. — Lo mismo, más carne asada. Día 3í.— La temperatura y el pulso en estado normal, la garganta mejorada, la parálisis de las estremidades derechas lo mismo. Suspenni los polvos de alcanfor, dispuse que solo le tocaran dos veces al dia la garganta con el aceite de helenina y que le dieran la mitad de la