LA ASOCIACION. que verdaderamente quieran pasar por prácticos al dia. ' \ ' ... Lleva tres anos de existencia, y publicado e\ número 93; es decenal y los precios de suscrición en España son: un trimestre, o pesetas; mi semestre, 8; un año, 15. ' Toda la correspondencia se dirige al Director-Gerente D. José Maria Ruiz Marqués; Escalinata, 8 y 10, segundo izquierda, Madrid. Gomólos anteriores, también sirve números de muestra gratis á quien los pide, y nosoíros esperamos que serán muchos los que se apresuren á conocer las condiciones científicas y materiales de esta publicación, que por ser poco conocida en esta provincia tenemos el deber do recomendar eficazmente á nuestros amigos. Jíssá Gsaa'cés. {Continuará.) LAS CONSULTAS. II. En otra correspondencia, y al ocuparse el señor Delgado, de este importantísimo asunto, dice lo siguiente, que no nos cansaremos de recomendar á nuestros compañeros. «Siguiendo el asunto de las consultas, cuya opinión en general apuntado queda en mi anterior, voy á continuar con la tarea. Opino, y esta es mi conducta, que cuando se hallen igualados con mas de un médico, el primero que sea llamado es desde lijego el de cabecera, y la consulta con el otro compañero debe ser en la misma forma que dejo expuesto. Las visitas subsiguientes las debe de hacer el de cabecera, sin perjuicio de verificar las consultas parciales que reclame el estado del enfermo, porque cuando simultáneamente visitan dos ó más médicos á un enfermo, se ofrecen tantas dificultades, que todo se vuelve confusión y rodamientos, y el paciente 'suele obtener pocos resultados prácticos y menos el buen nombre de los profesores. Ahora bien: como todo trabajo implica remuneración y no es lo mismo hacer una visita que venncar una consulta, convendría, por ser justo y equitativo, que en los ajustes ó igualas no se comprendiesen las consultas, y se cobrasen honorarios por todos los profesores, incluso el de cabecera, con tanto más motivo cuanto que se nace un trabajo extraordinario, y como tal debe Pagarse. De esta manera se evitaría en mucho que ios ç icos fuésemos continuamente explotados, Omo lo somos en todas partes, y muy particu- mente en los pueblos rurales, debe ^étocío ^USÍ ^ de seguirse en las consultas ser, y en el supuesto de ser privadas, que el médico de cabecera dé los antecedentes del enfermo y haga la historia clínica de una manera breve }' concisa, razonando el diagnóstico }' pronóstico, prescribiendo el tratamiento que crea más oportuno, 3' luego den su opinión los consultantes en el orden de edad. Caso de haber alguna discrepancia, se debe procurar venir á un acuerdo sin que se aperciban los interesados, y terminada la conferencia, debe hacerse de ella un resumen verbal y mejor por escrito de cuanto convenga saber á los interesados. Se evitarán esas controversias doctrinales 6 de otro género, porque traen para la ciencia la incredulidad y el excepticismo, 3' sobre los médicos esas burlas á lo Rabelais, que mucho abundan y que importan evitar. Cuando se hallan igualados con más de un facultativo, tiene el cliente el derecho de llamar al que le parezca, 5' por lo tanto los facultativos no llamados primero sólo deben admitir la consulta con e! de cabecera, y si los interesados no acceden y prefieren visitas simultáneas, debe hacérseles ver la irregularidad de tal proceder en términos claros y categóricos. Porque es sabido que las familias que de este modo proceden, son de esas que afectadas de sensiblería ó mala fé se congratulan en buscar conflictos y disgustos á los médicos, y debemos saber que todo cliente ó ajustado, que es malo para un profesor lo es para todos. Por lo tanto la energía no es incompatible con el deber, y ios derechos del profesor son tan sagrados como los del enfermo y sus familias., ., ■ , Si un médico es solicitado para ver un enfermo que ya tiene asistencia, debe negarse completamente á ello, á no ser que particularmente sea reclamado por el de cabecera, ó en aquellos casos en que no encontrando al profesor encargado del enfermo, y habiéndose éste agravado, se necesite llenar alguna indicación urgentísima. Fuera de estos casos, debemos mantener nuestros fueros y ser enérgicos. Las recetas se deben de firmar sólo per el de cabecera, el cual lleva la representación del resultado de la consulta. Todo enfermo que vaya de consulta á otro pueblo debe de llevar por escrito su historia clínica, en cuya redacción debe exponerse especial cuidado, según la lleve el mismo enfermo ó. ya le lleven reservadamente los interesados. Cuando un médico abandona á un enfermo, cosa que sucede muy pocas veces, entonces no veo inconveniente en que sea asistido por otro profesor. Persuadido estoy que la conducta que debe, observarse en materia de moral médica todos la sabemos porque nos la dicta la razón, pero no es ménos cierto que muchos lo olvidamos, sin duda porque no la queremos practicar, y por eso es necesario repetir una y mil veces las