LA ASOCIACION. no se diga que hay abnegación, fraternidad 3' caridad entre nosotros. Por otra parte, repito que, estos sacrificios que todos debemos imponernos son más ficticios que reales. Los asociados, que indudablemente seremos los más, nos impondremos á los menos por nuestro proceder y nuestro ejemplo, que es el lenguage que más persuade, y estos, en un día no muy lejano, vendrán á fortalecer la mil veces bendita asociación. ¿Qué hacer, sino, estos insensatos, aislados y despreciados de sus compañeros en medio de las amarguras que consigo lleva la vida profesional? Volver al redil salvador, y entonces ya no habrá más que hermanos en vez de pensionados que cercenaran nuestra modesta fortuna. En el entretanto, y para acelerar la llegada de este dichoso y venturoso día, insisto en el establecimiento de nuestra asociación con su sección de socorros, como bagel que á todos nos ha de salvar del naufragio que nos amenaza. Eairáquc 8,ó¡)i'/. Ktsix. Cutanda v Junio 1887. SECCION CIEMTIFO PROÏlíffl LA ESPECIE. Hablaré de lo que no existe. Yo no admito más que existencias positivas: pero vivo como si lo fueran. Y vamos al caso. El caso es, que ¡a especie es una idea. Un pacto sin bases fijas ni claras. Es convencional: Es una personalidad sin persona: es un sér sin existencia: es un universal. No es ni concepto, como un Abelardo querría. Y sin embargo se crean especies: se descubren nuevas: se fraccionan las mal conocidas: se publican obras notabilísimas que tratan del Origen de las especies, á manera de Darwin, que según Flacmarión no se ocupa de lo que anuncia; y se discute 3' más se discute lanzando tajos al aire y martillazos en el vacío. ¿Y la especie? Una colectibidad no es una existencia: no buscamos fuera de nuestros sentidos algo más sólido que lo que los sentidos nos indican. La especie orgánica no existe. El género ménos. — Una sociedad es una agrupación por convenienCia, pacto, ínteres, necesidad etc.: un género; una familia. Su existencia es puramente subget'Va, su positividad la niego fundado en su génesis ideal. Y ahora voy á los señores que vocean, predican, enseñan que la especie es fija; que no es"Ja; que progresa; que letrogresa: que aumenta; que disminuye; no solamente en la Historia natural sino en las ciencias físico-químicas, que, pedir el progreso ó aniquilamiento de esa idea; desear su desenvolvimiento lento ó rápido, revolucionaria ó darwinianamente y abandonar al individuo molécula, átomo á su tradicionalismo, es desconocer la esenca de las cosas y las propiedades del ente positivo. Ejemplos mil tenemos. En la Farmacia pedir mejoría, permaneciendo el farmacéutico, boticario: en la Medicina, dignidad, continuándo el médico, curandero: en la España, ilustración, cuándo los españoles nos hallamos á la altura de los turcos Si la especie fuera concebida por los naturalistas con exactitud matemática ¿daría lugar á esas filosofías estupendas? ¿Aparecería Kuntze con su Rosa sativa para las especies cultivadas y R. silvestris para todas las especies incultas? ¿Daría lugar á que M. Crepin, en sus Fascículos escribirera que las «nuevas creaciones de especies en el género Rosa no son más que variaciones de un mismo tipo que puede variar hasta el infinito»? ¿ocurriría, por último, y por el extremo opuesto, que M. Gaudoger predicara en su Tabules Rhodológicez que para él todas esas variaciones son especies perfectamente distintas 3' perfectamente independientes? Tengo observado que el ser, que menos entiende en un asunto, es el que con más desfachatez afirma ó niega. Así es que se asombra de leer que H. C. Watsón nota 182 plantas de la Flora inglesa que generalmente se admiten corn o va riedades á pesar de haber sido creadas especies nuevas por varios botánicos (y no cuenta algunas simples variaciones ni incluye los géneros muy polimorfos): que BabingtÓN nombra 25i especies en los géneros muy variables y Benthan 112: y que, sin salir de nuestras cosas y casa, muchas variedades se admitan como llenas especies, y otras no menos buenas espe- cies se admitan como variedades. fijeza ¿Y aún hay quien pretenda mentar ia específica? Y entonces la ¿especie qué es? jamás las hipótesis reputáranse por verdades: son concepciones de nuestro espíritu sin otro fin que engañar nuestro cuerpo: son disfraces que usa nuestra ignorancia. Ninguna hipótesis por práctico que sea su fundamento tiene defensa: los castillos no se han construido para la filosofía: ni fosos, murallas, ni defensores. Alrededor de la teoría todo es sombrío: es como el crepúsculo: las líneas más puras de los ebjetos se tornan confusas. Terminaré con un caso. Decandolle dió á luz su famosa memoria que trata de los robles de todo el mundo. Con las formas del Qnevcns Robuy L. forma 28 variedades, que exceptuadas seis, se dividen en tres subespecies, Q . fredunculata, Sessilifilora y I