LA ASOCIACION. «Nuestro colega Dticastel, nos ha demostrado los beneficios que se podían obtener con esta medicación etóreo-opiada, y yo mismo he obtenido con ella buenos resultados cuando estuve encargado del servicio de Variolosos que se encuentra en esto hospital. Emplear el éter eu inyecciones subcutáneafij teniendo cuidado de hacerlas penetrar todo lo profundamente posible; el opio le usareis en forma de extracto tebaico á la dosis de 10 á 20 centigramos. Podéis también serviros del método de administración aplicado por Constantino Paul para combatir el delirio en las enfermedades febriles, y dar cada hora ó cada dos horas 10 gotas de láudáno. A estos medios hay que añadir el alcohol bajo todas sus formas: el café, la cafeina? las preparaciones de quina; en una palabra, todos los agentes de la medicación tónica». El Dr. Tennesón, de Chile, es ferviente partidario de este método. Con objeto de disminuirla tensión inflamatoria de la piel y de impedir la reabsorción purulenta, se aconsejó ya por Avicena desahogar las pústulas con -una aguja de oro; práctica que luego se ha recomendado por JIuvàam y en nuestros1 días recomiendan Serres y Velpeau seguido de la cauterización coa nitrato de plata, lo que constituye el método ectróíico que también ha preconizado Bretonneau. «Yo suelo emplearle — dice el Dr. Santero en sa Clínica — en las pústulas de la cara, con el objeto de rebajar al menos la tensión en una parte tan próxima al cerebro, y de que no ahonden tanto en la piel del rostro, evitando así que dejen muy marcada la huella que producen». Gregoy^ úsa los baños de vapor para favorecer la descamación. Hujfeland, decía apropósito de la aprensión á la renovación del aire en las habitaciones, que «el calor y el aire no renovado, bastaban por si solos para convertir en malignas y pútridas las viruelas más inocentes y benignas. Muchísimos son los que aconsejan como medio abortivo una capa de colodión que cubra la cara, y sobre ello escribe Qrissolle, «puatro veces lo he ensayado, y las cuatro sin el menor éxito. He hecho más; he aplicado una buena capa de colodión en la mitad de la cara, abandonando la otra mitad á los solos cuidados de la naturaleza, y las pústulas de la segunda mitad se han curado más pronto, dejando cicatrices mucho menos deformes que las de las primeras». El Dr. CJiristen, de Alemania, asegura haber obtenido el mismo resultado. Van-Swieten, Tisot, Rosen, Stoll y los dos Frank, se limitan á la práctica usada por ios árabes, que se reduce á abrir las pústulas con una lanceta, y enjugar cuidadosamente la materia que de ellas sale. El profesor Wimei^ aplica un tópico compuesto de Acido fénico 4 gramos. Aceite de olivas. ... 30 — Creta pulver. ..... 60 — - El Dr/Vm; Valdés, del Hospital provincial de Madrid, usa para prevenir las cicatrices el colodión (pirosalína, éter y alcohol) con carbón vegetal ó el negro de humo, 15 gramos de cada cosa, aplicado dos veces al día. El Dr. Qarcia Ortiz, emplea como muy eficaz la glicerina fenicada al 2 por 30 en pinceladas, «que ès el tópico que- mejor éxito me ha dado en la última epidemia de Cuba.» El Dr. Golleville, de Reims, preconiza el uso de la vaselina iodofórnica para evitar los enfriamientos de la cara, y los de las partes donde haya comezón ó prurito. La fórmula que usa es esta: Vaselina ' . 40 gramos. Polvo de iodoformo. . . 2 — Polvo de alcanfor. ... 4 — El Dr. Montefusco, de Ñapóles, ha estudiado la acción del ácido fénico al esterior y al interior. Al interior bajo la forma de una pomada con aceite ó el carbonato decaí, con cuya mezcla se empapaban compresas que aplica sobre la cara, cuidando de renovarlas cada cuatro ó cinco horas. Al interior los resultados eran muy satisfactorios. Empleó la dósis de 1 á 2gramos;eu los niños, de 10 centigramos á 50, en una porción de 200 á 300 gramos de agua con jarabe. Tiene sus inconvenientes, y sobre esto, hallará el lector datos preciosos en el Tomo VIII, del «Anuario de Medicina y Cirujía.» Julio á Diciembre de 1888. El Dr. Muñoz, de Olios del Rey ( Toledo), emplea en la forma hemorrágica, la ergotina en inyecciones subcutáneas con las que modificaba la erupción. El Dr. Estévez, usa para prevenir las cicatrices una solución concentrada de nitrato de plata en agua, partes iguales, que después lava con un pincel empapado en una disolución de sal comúa. El Dr. Valdés, aconseja para evitar las cicatrices hacer una embrocación mañana y tarde con una mezcla de colodión elástico y negro de humo en cantidad suficiente para obtener una masa uruposa, á la que se agrega una pequeña porción de timoi, ácido salicílico ó fénico. El Dr. Berrueco, de Madrid, corroborando lo dicho por el Dr. Muñoz acerca de la ergotina en inyecciones subcutáneas, la administra también en solución á ia dósis de nn gramo diario, pudiendo observar, que, «el proceso seguía una marcha lenta, que las pápu-