Era, es de la cultura a la que pertenecen los vestigios hallados en la vertiente Norte del Pirineo en Mas D'Azll, Pech-Merle, Niaux, Gargas... En el Megalítico se comporta de una manera parecida. Es en el Neolítico que el Hombre procede a la segunda y definitiva ocupación de los Pirineos, hasta una altura aproximada de dos mil quinientos metros. (Violant y Simorra "Síntesis Etnográfica del Pirineo Español"). De este momento, de este remoto tiempo, data la red de senderos recorridos hoy por "MONTAÑEROS DE ARAGON", que trazados en el césped, cruzan la Montaña en todos los sentidos, franqueándola por los puertos más elevados. Con más propiedad y diez mil años antes que el Rey Sol, pudieron exclamar aquellos hombres: "Ya no hay Pirineos", inaugurando así una página de la Historia al tomar contacto unos y otros hombres de una y otra vertiente del Pirineo de climas y razas bien diferentes. CUANDO GUARRINZA NO TENIA NOMBRE En este alto, ancho y soleado valle emplazado a 1.2(M) metros de altura, surcado por el alto curso del AragónSubordán, infranqueable por el Sur al hombre primitivo que osado, buscaba nuevos horizontes y nuevos cotos de caza y pesca, pero de fácil acceso por el Norte por puertos y pasos que comunican con las llanuras prepirenaicas que se extienden hacia el bajo Garona, y separado por una dilatada franja montañosa, inhósiiita que en profundidad se adentra hasta encontrar los llanos de más acá de las sierras de Santo Domingo, Gratal y Guara, primeras gradas del escalonado Pirineo Español» que en dificultad creciente alcanza la divisoria de aguas para que en orografía breve y cortada mueve el Pirineo y nazcan a sus pies las dilatadas llanuras de Aquitania pertenecientes a otro clima influenciado por las brumas atlánticas que procedentes del mar al Sur británico, sin obstáculo topográfico, llegan hasta la muralla pirenaica, sin poder salvar su altura, estacionándose, dando origen a esos mares de nubes prensadas por el sol, que contemplamos abajo de las cunas tres mil, de espalda a España y cara al país galo. Esté valle, decimos —Valle de Guarrinza— , fue elegido por unas tribus cántabras como morada. Renos, ciervos y osos; pesca abundante, leña y cobijo en los bosques y cielo sin brumas debieron de ser partes decisivas en su elección. \ De su estancia, han perdurado por más de diez mil años sus monumentos funerarios. De sus luchas guerreras contra intrusos en defensa de su valle o por su pertenencia, nos hablan elocuentemente los túmulos que a un lado y a otro del incipiente Aragón-Subordán, con más profusión en las laderas a su derecha, coronan un cierto número de pequeñas colinas. Círculos de unos cuatro metros de diámetro trazados con piedras en cuyo interior y en disposición radial enterraban a sus guerreros muertos en combate acompañados de sus armas; y en el centro, a su jefe si había sucumbido. Siete en la orilla derecha y uno en la izquierda, son aún perfectamente visibles pese a la profanación. Restos de un dolmen emplazado también en la Perspectiva de la Selva de Oza orilla derecha en un montículo elevado sobre el río, quizá de la misma época de que se habla sobre Biescas, y en mitad de camino entre el refugio militar y el llamado "Puente de los gitanos", conserva sus losas laterales abiertas a levante y la losa encimera, sin lugar a duda, es la que se encuentra resbalada en la pendiente entre el dólmen y el río. En el verano de 1936, el arqueólogo don Martín Almagro inició unos trabajos de investigación y estudio. ¡Le sorprendió en plena actividad el Movimiento Nacional y fue invitado por las autoridades militares a replegarse de la frontera. Don Martín Almagro cita también dos tumbas emplazadas en Oza. Una década más tarde don Roque Herráis, médico en Jaca, descubridor del dolmen, de Biescas, reseñado el hallazgo en esta misma revista. Puesto de acuerdo con el señor Almagro intentó proseguir sus trabajos y a finales de septiembre de 1948, acompañado de don Ramiro Brufau, se establecieron en el Refugio Militar de la Mina con este fin. Exploraron todos el valle, encontrando todos los túmulos profanados, diseminadas alrededor las piedras que formaban el vértice del cono. El tamizado de tierras del suelo del dolmen citado, dio por fruto una supuesta punta de flecha de silex y un probable diente que fueron remitidos para su estudio sin que se conozca el criterio de arqueólogos sobre estos dos supuestos. EL TESORO DE ítA REINA MORA Leyendas navarras en el transcurrir de los tiempos de abuelos a nietos en los pueblos de la cabecera del valle de Hecho, dicen de una reina mora que con todo su séquito y escolta buscó refugio en el valle (Guarrinza) cuando los francos intentaron rechazar las huestes del árabe invasor. Todas sus riquezas acrecentadas con el hallazgo del oro en el valle — La Mina — le persuadieron a estacionarse allí. Construyeron cabanas y chozas y en el aire lím!i?ido vibró reiteradamente la palabra árabe DACHERA. (Traducción: pequeño poblado). Y el puerto cercano que les permitía la comunicación con sus hermanos aún en país gale, vino a ser el "Puerto de LA DACHERA", y así se denominó también el laguito y arroyo próximos. Aquellos guerreros en derrota que su misión ahora sólo consistía en salvaguardar la vida de su soberana se percataron que su valle fue campo de batalla de antiquísimas luchas, perpetuadas victorias y derrotas de aquellos hombres por sus monumentos funerarios en los altozanos a lo largo del río. Su moral de derrota, su asilo, su ocultación entre bosques y montañas, compenétranse con la suerte y epopeya de los que allí yacían. No disponen de almenara para sus oraciones por sus vidas y para sus muertos y en cada puesta del sol. la almenara era sustituida por uno de aquellos diseminados túmulos sobre altozanos y desde allí entonaban a la orilla del OUED (Traducción del árabe: rio pequeño o valle), su RINZA (Traducción del árabe: oración fúnebre). La leyenda no narra lo que les deparó la suerte a la Reina Mora, su séquito y escolta. Queda cortada, incompleta olvidada en el pasar de los años. Pero es de hoy la noticia, del hecho de que cierto pastor que sus rebaños apacentaba por las laderas de Guarrinza, asombrado, contemplaba el quehacer de aquellos señores buscando muertos de siglos atrás. Su mente e ignorancia no admitía la realidad, pero sí, relacionaba el tesoro de la Reina Mora, el oro de la mina de Guarrinza con aquel buscar entre piedras en aquellos raros montículos. Su codicia le obligó a saquear, a demoler en su nervioso deshacer, cuándo no podía encontrar. El bosque de Oza, el bosque de ADUDA (Regreso) de aquella Beina Mora, guarda el secreto de su tesoro, de su Mina, y el misterio de unas tumbas diez veces milenarias. MARIA PILAR BRUFAU SANZ (Dejo para personas autorizadas el estudio de la relación que puede existir entre los vocablos árabes DACHERA, OUíEID, RINiZA. con la toponimia actual del "Castillo de Acher o Hadher", "Puesto de Lacherito", "Ibón de Lacherito'^ "Barranco de Laciherito" y "Guarrinza". Mis asertos tienen sólo valor deductivo de fortuna.) 6 —